B¨¦lico de tralla

A pesar de que con anterioridad ya se hab¨ªan realizado obras cr¨ªticas respecto de las guerras, la mayor¨ªa de especialistas suele considerar el estreno de Senderos de gloria(1957) como el punto de inflexi¨®n en el que el cine b¨¦lico se convirti¨® en antib¨¦lico. Desde entonces, buena parte de las pel¨ªculas de, en y sobre la guerra suelen poner su granito de arena ¨¦tico, sobre todo a la hora de valorar las luchas entre los que mandan y los que obedecen en un mismo bando como una contienda tanto o m¨¢s esencial que la que llevan a cabo los enemigos puros de la lucha, algo que distingue el b¨¦lico del antib¨¦lico. Y aunque no sean pocas las producciones militaristas que se han realizado desde entonces, en los ¨²ltimos tiempos suelen destacar m¨¢s ¨¦stas, por su escasez, que las abiertamente cr¨ªticas.

En El ¨²nico superviviente, pel¨ªcula de Peter Berg basada en hechos reales, hay infinita tralla y un estimable retrato de la tensi¨®n, la emoci¨®n y el marasmo mental que rodea a un ser humano cercado por la muerte, pero no hay visos de estudio b¨¦lico m¨¢s all¨¢ del panfleto ensalzador de la labor de los Navy Seals en la Guerra de Afganist¨¢n, casi como un spot publicitario de al¨ªstate a las fuerzas armadas, pero a lo bestia.

Desde las im¨¢genes documentales que abren la pel¨ªcula, junto a los cr¨¦ditos, lo que nos quiere contar Berg es una especie de tesis sobre los efectos de la lucha en el cuerpo humano y el aguante de ¨¦ste, cerebro incluido. Cerca por tanto de las cintas b¨¦licas m¨¢s viriles, aquellas dirigidas por gente como Robert Aldrich (Attack), Don Siegel (Comando) o Walter Hill (La presa), El ¨²nico superviviente, eso s¨ª, sin una gota de an¨¢lisis pol¨ªtico ni de clase, es cinta para amantes del b¨¦lico de fuerza y estopa, de tensi¨®n y de liberaci¨®n, y contiene la, seguramente, ca¨ªda por una colina m¨¢s espectacular que se haya rodado jam¨¢s.