Bajo dos soles furiosos

Actor capaz de alternar el papel de Andrew Lockhart en la serie Homeland con su galardonada (con un premio Tony) interpretaci¨®n del George de ?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf? en los escenarios, Tracy Letts es tambi¨¦n un dramaturgo marcado por cierta bipolaridad: entre la vocaci¨®n de enfant terrible y la creciente tentaci¨®n de encontrar su lugar entre Tennesee Williams y Eugene O¡¯Neill, o de afirmarse como una suerte de desaforado Anton Chejov ¨Cs¨ª, el concepto es toda una contradicci¨®n- de Oklahoma. Hasta el momento, William Friedkin hab¨ªa sido su gran valedor en la gran pantalla, con dos adaptaciones que trasladaban a im¨¢genes nerviosas y convulsas su gusto por una brutalidad verbal a lo Jim Thompson y por el sentimiento desgarrado en clave hist¨¦rica: Bug (2006), versi¨®n de la segunda obra teatral de Letts, era una pesadilla paranoica y claustrof¨®bica rodada sin voluntad de hacer amigos. Killer Joe (2012), segunda aproximaci¨®n de Friedkin al universo creativo de Letts, tuvo bastante m¨¢s fortuna, aunque las mismas claves y el gusto por el exceso segu¨ªan ah¨ª.

Ganadora del Pulitzer a la mejor obra dram¨¢tica en 2008, August: Osage County, cuarto texto teatral de Letts, parece, en comparaci¨®n con sus anteriores trabajos, casi un ejercicio de estilo: el intento (algo forzado) de escribir a la manera de sus maestros, pero sin poder huir de s¨ª mismo. La obra tambi¨¦n podr¨ªa interpretarse como un artefacto envenenado: la simulaci¨®n de un paradigm¨¢tico drama g¨®tico-sure?o, bajo el que podr¨ªan discurrir las corrientes subterr¨¢neas de la comedia negra marca Letts. La obra, que pudo verse en nuestro pa¨ªs en dos ambiciosos montajes, en catal¨¢n ¨Cbajo la direcci¨®n de Sergi Belbel, con Anna Lizar¨¢n y Emma Vilarasau en cabeza de reparto- y en castellano ¨Cdirecci¨®n de Gerardo Vera, con Amparo Bar¨® y Carmen Machi-, recibe ahora el tratamiento royale por parte de Hollywood de la mano de un John Wells que, al contrario de lo que hizo Friedkin con los textos del autor, toma la decisi¨®n de desaparecer (o de invisibilizarse a trav¨¦s de una puesta en escena elegante y funcional) para dejar que sea el reparto quien, literalmente, se arranque los ojos ante el respetable.

Si Killer Joe pod¨ªa considerarse un aguafuerte sobre la versi¨®n terminal de la familia americana, Agosto desvela la bestia negra que latir¨ªa bajo un retrato hiperrealista: recital presidido por dos hidras (Meryl Streep como matriarca oscura y Julia Roberts como hija en pie de guerra), la pel¨ªcula habla de la familia como territorio de desintegraci¨®n y logra que todas sus piezas aparentemente menores brillen alrededor de esos dos soles furiosos. La obra sigue siendo puro exceso, pero Wells y el impecable reparto logran que el espectador pueda respirar en el tenso territorio Letts.