Wagner en el mundo del videoarte
La versi¨®n, forjada hace diez a?os por Sellars, Viola y Gerard Mortier, se ha representado antes en Par¨ªs y Toronto El compositor recibi¨® influencias del budismo para esta obra
Trist¨¢n e Isolda exig¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de la propia pieza. As¨ª lo cre¨ªan Bill Viola, el director de escena Peter Sellars y Gerard Mortier. Hace 10 a?os, se embarcaron en un rompedor proyecto para revolucionar la legendaria historia de amor que Richard Wagner convirti¨® en una ¨®pera entre 1857 y 1859. Un montaje donde el videoarte y esta transgresora partitura ampl¨ªan el relato original y desempolvan referencias, a veces olvidadas, como el inter¨¦s del compositor alem¨¢n por el budismo mientras la escrib¨ªa. La producci¨®n, convertida en uno de los grandes iconos de la carrera de Gerard Mortier como gestor cultural, aterriza en Madrid, donde se estrenar¨¢ este domingo.
Sellars (Pittsburgh, 1957) y Viola (Nueva York, 1951), a quien acompa?a su pareja y colaboradora, Kira Perov, se citan en el Teatro Real y rememoran para EL PA?S los or¨ªgenes de este proyecto. La conversaci¨®n, en la que exponen sus particulares visiones sobre la ¨®pera, el arte actual y la irrupci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas como dinamizador art¨ªstico, se interrumpe al cabo de 20 minutos. Despu¨¦s de tres horas, una larga rueda de prensa y la inauguraci¨®n de la exposici¨®n de Viola en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la charla termina en la terraza de uno de los restaurantes de la plaza de Isabel II mientras Viola y su pareja saborean por primera vez unas cocochas de merluza.
Bill Viola: ¡°Esta obra es capaz de absorber la tecnolog¨ªa moderna¡±
Pregunta. ?C¨®mo empez¨® este proyecto?
Peter Sellars. Siempre les ped¨ª a Bill y Kira que trabajaran en algo de teatro. Pero les parec¨ªa que no obtendr¨ªan la misma calidad que en un museo. Me invitaron a trabajar con ellos en la retrospectiva de los 25 a?os de Bill Viola y desde entonces han pasado a ser parte de mi vida. Luego surgi¨® en Los ?ngeles el comienzo de este proyecto con Esa-Pekka Salonen. Y claro, no puedes subir a escena a Wagner a secas. Necesita salir del teatro y permitirse ser algo m¨¢s. Mortier hablaba tambi¨¦n esos d¨ªas con Salonen y el proyecto acab¨® uni¨¦ndose.
Bill Viola. En Los ?ngeles deconstruimos los tres actos.
Kira Perov. Cada acto se representaba una noche diferente, a?adiendo otros programas de m¨²sica contempor¨¢nea.
P. S. No se trataba de llegar a Trist¨¢n e Isolda desde el siglo XIX, sino a trav¨¦s de Alban Berg o Debussy. Quer¨ªamos que se escuchase con o¨ªdos modernos. Cuando la escribi¨®, Wagner dijo que estaba haciendo su obra budista. Algo impresionante en aquella ¨¦poca. Kira y Bill ten¨ªan un maestro zen y vivieron un tiempo en Jap¨®n cuando estaban aprendiendo. Y un di¨¢logo con ellos significaba que la pieza pod¨ªa dar un salto hacia un lugar so?ado.
B. V. Llegas a la obra y tienes que ir m¨¢s all¨¢, trascender; no importa el medio del que hablemos. Y el problema de muchos es que siguen concentr¨¢ndose en lo mismo que conocieron en un determinado momento de su vida. Lo que Wagner nos pide como primer paso es ir m¨¢s all¨¢. Adem¨¢s, esta obra es capaz de absorber la tecnolog¨ªa moderna.
P. ?Cu¨¢l fue la primera reacci¨®n a la propuesta?
¡°Se aprovecha la crisis para destruir la cultura¡±, cree el director de escena
B. V. ?Decir no! ?Un alem¨¢n rom¨¢ntico del siglo XIX con un videoartista del siglo XX? De ninguna manera. [Se r¨ªe] Pero fue fant¨¢stico. Lo que Wagner intuitivamente entendi¨® es que todo esto trata de conectar elementos que ya existen. Y ahora podemos hacerlo en todas las direcciones. Esa es la experiencia budista. Todo este universo es un globo que est¨¢ conectado.
P. ?Cu¨¢l es la lecci¨®n de esta obra hoy en d¨ªa?
P. S. Una de ellas se basa en las oposiciones. El juego de contrarios entre noche y d¨ªa, hombre y mujer, vida y muerte¡ Lo que nos ense?a es que todo se completa a trav¨¦s de su opuesto. Pero la lucha es intensa. Pero al final todo gira sobre la plenitud. Esta pieza va sobre el amor entre dos personas que se odian. Es un refugio para profundizar en las contradicciones e ir siempre m¨¢s all¨¢. As¨ª son los seres humanos. No entiendes la vida hasta que te sientas con alguien que se muere. Esta obra habla tambi¨¦n sobre los cambios que introducen el amor y la muerte en tu mundo. Wagner la hizo durar cinco horas, as¨ª que no puedes pasar por ella como si nada. De alguna manera siempre te cambia. Y es inc¨®moda: la gente se mata cant¨¢ndola, para la orquesta es dificil¨ªsima¡ Lleva a todo el mundo a sus l¨ªmites. Pero tienes que seguir m¨¢s all¨¢, como dice Bill.
La conversaci¨®n empieza a girar sobre las posibilidades de democratizar la cultura y la ¨®pera a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa. Tambi¨¦n sobre los altos precios en los teatros de ¨®pera, de los que Viola se queja. Sellars explica a sus interlocutores la situaci¨®n en Espa?a y la subida de 13 puntos del IVA en la cultura.
P. S. Intentan cargarse el arte y asegurarse de que la audiencia es limitada. El ensayo general de hoy es la ¨²nica manera de venir a ver esta obra para muchos. El arte se est¨¢ tratando como un lujo. Se est¨¢ aprovechando la crisis para destruir las artes y hacerlas menos democr¨¢ticas devolvi¨¦ndolas a un peque?o grupo de gente. Devolverlas a la provincia. Y eso es porque las artes son una fuerza democr¨¢tica.
P. ?Creen que al mismo tiempo que Internet nos conecta, nos hace m¨¢s superficiales?
B. V. Algo est¨¢ sucediendo, pero sobre todo tiene que ver con la educaci¨®n. Ahora lo importante es aprender a parar, sentarse, tranquilizarse y analizar las posibilidades de lo que tenemos delante. Todo el mundo hoy est¨¢ muy distra¨ªdo. No hay nadie en las aulas ense?ando de qu¨¦ va realmente todo esto.
P. S. Doy gracias a Dios que tenemos Internet. Es solo una herramienta, pero haber puesto a todo el mundo a conversar es algo muy profundo. Lo malo es la cantidad de im¨¢genes superficiales intentando vendernos algo todo el tiempo. Pero quiere decir que tenemos hambre de im¨¢genes reales. Lo que me encanta del trabajo de Bill y Kira es que han usado el instrumento del diablo, la televisi¨®n, para aportar profundidad.
K. P. ?No es una televisi¨®n! [protesta en broma] Werner Herzog dijo una vez que ya no quedaban im¨¢genes en el mundo.
P. Pues las apps y los m¨®viles est¨¢n convirtiendo a los ciudadanos en artistas. Miren los selfies, la m¨²sica, los v¨ªdeos.
B. V. Lo que sucede tambi¨¦n es que nadie juzga a estos supuestos artistas en este asunto tecnol¨®gico que iguala las cosas. Muchos hacen cosas geniales, pero el compromiso no suele ser muy alto. A menos que hagan de eso un trabajo de vida.
P. S. Lo malo de c¨®mo est¨¢ organizada la sociedad capitalista es que unos pocos son los creativos, y el resto hace el trabajo gris. Por eso la gente necesita vacaciones de su horrible empleo. Lo bueno de la tecnolog¨ªa es que ha puesto estas posibilidades en la punta de los dedos de la poblaci¨®n en un sentido positivo. Cuanta m¨¢s gente haga cosas creativas, mejor. Pero lo que hacemos en el teatro, o en el museo, es otro fen¨®meno. Un grupo de gente que cobra por algo que los dem¨¢s no pueden hacer, porque no tienen tiempo, dinero o talento, para ir mucho m¨¢s lejos.
K. P. Eso tambi¨¦n est¨¢ basado en la tradici¨®n. En otra cultura, ser¨ªan los chamanes. Alguien que nos dirige espiritual y creativamente. Y que nos mantendr¨ªa sanos y salvos creando formas de expresi¨®n art¨ªstica. Si vas a lo que llamamos culturas primitivas, encuentras todas esas formas de expresi¨®n. Y son mucho m¨¢s profundas y tienen m¨¢s sentido porque guardan relaci¨®n con nuestra supervivencia.
P. S. Ahora hay toda una generaci¨®n de artistas que est¨¢ recuperando eso. Est¨¢ involucrada en asuntos pol¨ªticos, m¨¦dicos, sociales¡ Y buscan soluciones creativas. Hacen arte que es profundamente ¨²til. Hoy muchos de los grandes problemas de la sociedad se dirimen en el reino del arte. Porque los pol¨ªticos se han rendido y las leyes son in¨²tiles. La inmigraci¨®n, por ejemplo. La ley es in¨²til y no ayuda. Deber¨¢ ser una cuesti¨®n cultural. A medida que el mundo pol¨ªtico se paraliza y se toman m¨¢s decisiones est¨²pidas, la gente pasa a lidiar con esas cuestiones convertidas ya en un asunto cultural. Vivimos un momento muy doloroso en la historia de la pol¨ªtica, pero muy f¨¦rtil en la del arte. No se trata de qu¨¦ nos gusta, sino de qu¨¦ nos importa.
P. ?La ¨®pera puede responder a todos estos fen¨®menos?
P. S. La ¨®pera, tal y como la invent¨® Monteverdi, es algo colaborativo. Es un espacio donde gente de diferentes sitios pone algo distinto sobre la mesa y construye algo mucho m¨¢s grande de lo que podr¨ªan hacer individualmente. La belleza de la ¨®pera es lo que significa: un trabajo. La ¨®pera es la forma de arte del futuro, y no por lo que representa ese edificio, sino porque es una met¨¢fora del futuro de este planeta. Nuestros problemas solo se resolver¨¢n trabajando de manera colaborativa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.