Consorte
La defensa de la Infanta ha carecido del apoyo que le ha sobrado a Ana Mato o a Cospedal y su partido, que han logrado que la opini¨®n p¨²blica se trague el cuento
En el rito de la lapidaci¨®n son imprescindibles los libres de pecado. Despu¨¦s de d¨¦cadas de meapilismo, que convirtieron a la familia real en la m¨¢s irreal de las familias, las tornas cambiaron y abierta la veda ya sobran cazadores. Si la infanta Cristina se ha convertido en el ejemplo perfecto de la corrupta consorte, no han corrido la misma suerte otras personas en situaci¨®n parecida. La defensa de la Infanta ha carecido del apoyo que le ha sobrado a Ana Mato o a Cospedal y su partido, que han logrado que la opini¨®n p¨²blica se trague el cuento de sus simulaciones de finiquito y divorcio.
El consortismo ha encontrado en la infanta Cristina una cabeza de turco dorada y coronada. Ha resultado ser mucho m¨¢s costoso estar casada con el urdangarinismo, que es la extracci¨®n de beneficio desde una condici¨®n de privilegio, que desde el g¨¹rtelismo, que es la extracci¨®n de beneficio desde la organizaci¨®n de actos costeados con dinero p¨²blico. El barcenismo, que es la recogida de fondos preconcursales para costear las finanzas de un partido, ha provocado un sobreesfuerzo medi¨¢tico para lograr que consideremos al protagonista un extraterrestre en la sede, un empleado con sueldo, despacho y chofer, pero que actuaba de manera espont¨¢nea, como un objeto volante no identificado que iba por la sede redactando libretas de contabilidad, como otro empleado marginado se dedica a hacer avioncitos de papel.
La infanta Cristina ha asumido una infrecuente declaraci¨®n de fidelidad. Se ha mantenido de consorte, pese a contar con todas las papeletas para borrarse de la foto, para poner distancia con el marido y salvar la cabellera. Si es capaz de asumir la culpa judicial, sin exilios de lujo, cuando resulte inapelable, y si a los jueces se les deja trabajar sin zancadillas, estar¨ªamos sentando un precedente que quiz¨¢ abra los ojos para el relato penal de otros consortes que por ahora han logrado imponer su distancia higi¨¦nica con el compa?ero de cama y sof¨¢. La euforia de tanto festejo alrededor de la guillotina para nuestra Mar¨ªa Antonieta, puede estar abriendo una puerta de atr¨¢s medi¨¢tica para que escapen sin culpa corruptos consortes, a los que tambi¨¦n ser¨ªa imprescindible obligar a que rindieran cuentas entre la misma felicidad colectiva.
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