Sobreactuaci¨®n de gimnasio
Reivindicar a Renny Harlin a estas alturas ni siquiera tiene ya la nobleza de las causas perdidas
Reivindicar la figura de Renny Harlin a estas alturas ni siquiera tiene ya la nobleza de las causas perdidas. Y, no obstante, antes de dejar su ¨²ltimo trabajo, H¨¦rcules: el origen de la leyenda, a la altura (del bet¨²n) que merece, no estar¨ªa de m¨¢s recordar que, en sus mejores momentos, el finland¨¦s pareci¨® encontrar un territorio propio, donde el blockbuster era gratamente infectado por la libertad del trash del subproducto directo-a-v¨ªdeo: ah¨ª est¨¢n, por ejemplo,¡°Pesadilla en Elm Street 4 (1988) ¨Cdelirante puesta en im¨¢genes de la locura exc¨¦ntrica y casi contracultural de un guion del escritor William Kotzwinkle, autor de la inolvidable?El hombre ventilador (Tusquets)-,?M¨¢ximo riesgo (1993) ¨Csorprendente integraci¨®n de ecos de viejo serial cinematogr¨¢fico en la ¨¦pica muscular de Stallone- o Deep Blue Sea (1999) ¨Cuna pel¨ªcula que sab¨ªa satisfacer con creces los bajos instintos l¨²dicos del espectador con sentido del humor-.
H?RCULES: EL ORIGEN DE LA LEYENDA
Direcci¨®n: Renny Harlin.
Int¨¦rpretes: Kellan Lutz, Gaia Weiss, Scott Adkins, Roxanne McKee, Liam Garrigan, Liam McIntyre, Rade Serbedzija, Luke Newberry.
G¨¦nero: aventuras. Estados Unidos, 2014.
Duraci¨®n: 99 minutos.
H¨¦rcules: el origen de la leyenda es un exploit paup¨¦rrimo, para adictos a la sobreactuaci¨®n de gimnasio, de la ya de por s¨ª bastante infausta?300 (2006) de Zack Snyder. Un peplumde s¨ªntesis, con claro repudio a los elementos fant¨¢sticos, que parece plantear su direcci¨®n de actores como ¨¦pica competici¨®n de esputos con los m¨²sculos del cuello en tensi¨®n. Las secuencias en que H¨¦rcules blande una espada-trueno o se libera de sus cadenas para repartir contundentes repartir contundentes golpes de pedrusco logran evocar algo del Renny Harlin que ya fue.
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