La ¨²ltima frontera de los Beatles: el circo
¡®Love¡¯ es la ¨²nica remezcla autorizada de canciones de la banda, un paisaje sonoro m¨¢gico para el Circo del Sol
Durante medio siglo, los Beatles y sus herederos han sido muy cuidadosos con lo que se hac¨ªa con su monumental obra: evitaron su uso publicitario, persiguieron los discos pirata, dosificaron con cuentagotas el material in¨¦dito, incluso retrasaron durante a?os la aparici¨®n de su discograf¨ªa en las tiendas digitales. Hasta muchas d¨¦cadas despu¨¦s de rota la banda en 1970 no fue posible la primera remezcla autorizada de su material. Y se hizo para abrir una nueva frontera para la m¨²sica de la banda: el circo. ?O deber¨ªamos decir el teatro? Las dos cosas: el Circo del Sol.
Love es una muy novedosa mirada actual a las canciones de los Beatles en las manos del productor de casi todos sus ¨¢lbumes, George Martin, junto a su hijo Giles. Ambos consiguieron, tras tres a?os de trabajo, crear un paisaje sonoro de hora y media sin apenas interrupci¨®n (la del descanso), que va ensamblando y modificando algunas de sus canciones m¨¢s memorables para el ambicioso espect¨¢culo que el Circo del Sol estren¨® en 2006, y contin¨²a representando con ¨¦xito, en Las Vegas. Es m¨²sica pensada para un sonido envolvente y al servicio de un bello espect¨¢culo, pero esa servidumbre puede llegar a convertirse en virtud. Por ejemplo, las largas transiciones a que obliga una funci¨®n del circo resultan sugerentes y crean una atm¨®sfera propicia para la comuni¨®n entre lo sonoro y lo visual.
¡°Me dijeron que pod¨ªa usar cualquier sonido que quisiera de los que hice con ellos en los sesenta. Me invitaron a jugar con ellos¡±, explic¨® al presentar el ¨¢lbum George Martin, afectado de sordera, a quien ayud¨® su hijo, quien adem¨¢s aport¨® el dominio de los medios digitales. ¡°No era s¨®lo pegar trozos de cinta entre s¨ª. Quer¨ªamos crear un sentimiento a trav¨¦s de una hora y media de m¨²sica acerca del amor¡±.
Love es un proyecto que hab¨ªa impulsado George Harrison, amigo de Guy Lalibert¨¦, fundador del grupo art¨ªstico quebequ¨¦s. Tras morir Harrison en 2001, continuaron con la idea los supervivientes Paul McCartney y Ringo Starr y las viudas de sus colegas, Yoko Ono y Olivia Harrison. El documental All together now cuenta c¨®mo vivieron ese reencuentro tras su anterior proyecto com¨²n, el macrodocumental y triple ¨¢lbum Anthology de 1995.
Los Beatles tuvieron algo de banda de feria, sobre todo en la ¨¦poca de Sgt Pepper's..., cuando gustaban de los disfraces. Son las piezas de esta etapa psicod¨¦lica las que m¨¢s juego dan en este ¨¢lbum, porque aguantan mejor una vuelta de tuerca. Se aprovechan tambi¨¦n el ¨¢lbum blanco y? Abbey road, llenos de piezas breves, casi inacabadas, aptas para usarse en injertos. Hay menos canciones de sus inicios (apenas I want to hold your hand) porque la sencillez de esa etapa admite menos adornos.
As¨ª, entre las piezas m¨¢s sorprendentes se encuentra Being for the benefit of Mr. Kite!, a la que sienta muy bien el poderoso guitarreo de I want you (She's so heavy). Una de sus mejores canciones, Strawberry fields forever, empieza muy b¨¢sica pero acaba m¨¢s on¨ªrica que nunca con las trompetas de Sgt Pepper's y las cuerdas barrocas de In my life y Piggies. La muy india Within you without you encaja como un guante con la psicod¨¦lica Tomorrow never knows.
No era extra?o que los melanc¨®licos arreglos de guitarra de Blackbird y Yesterday casaran bien; tampoco que Julia maride con Elanor Rigby y sus dos cuartetos de cuerda, ambas en tono nost¨¢lgico. Lady Madonna acaba m¨¢s rockera que nunca convertida en Hey bulldog. Las piezas de Harrison (Here comes the Sun, Something o While my guitar gently weeps) aparecen m¨¢s apacibles, m¨¢s delicadas.
No es un disco original de los Beatles, de acuerdo, pero tiene mucho de su magia y una calidad del sonido que no era posible en su ¨¦poca. Tampoco ser¨ªa la primera vez que George Martin hiciera de las suyas, por su cuenta, con lo que los cuatro de Liverpool iban grabando en el estudio.
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