Telenovelas en el banquillo

En los a?os noventa, las telenovelas venezolanas se exportaban a 38 pa¨ªses de todo el mundo. Sus ventas internacionales generaban beneficios de alrededor de 50 millones de d¨®lares anuales (36,7 millones de euros). En medio de las limpiezas ¨¦tnicas en Bosnia de aquellos a?os ¡ªrecordaba recientemente, en una entrevista en El Nacional de Caracas, el poeta y gionista Leonardo Padr¨®n¡ª el ¨²nico momento de tregua entre las facciones en guerra era el de la emisi¨®n de Kassandra, un culebr¨®n de ambiente gitano producido en Venezuela. Y la leyenda urbana sostiene que el desmoronamiento de la democracia de partidos se inici¨® con una telenovela, Por estas calles ¡ªdel escritor y dramaturgo Ibsen Mart¨ªnez¡ª, que mostraba el auge de la corrupci¨®n y el crimen en esos tiempos.

Pero a este g¨¦nero televisivo tan arraigado en la cultura y en la industria del espect¨¢culo venezolanas, al que quiz¨¢s la revoluci¨®n bolivariana le deba algo de su poder actual, ahora se sienta en el banquillo. El acusador es el propio presidente, Nicol¨¢s Maduro. Acuciado por la inquietud p¨²blica ante el incremento de la violencia en el pa¨ªs, puesto de relieve por el asesinato de la exreina de belleza y actriz de telenovelas M¨®nica Spear, el pasado 6 de enero, el sucesor de Hugo Ch¨¢vez solo ha tenido reflejos para activar una acci¨®n concreta: hacerse con un control todav¨ªa mayor de los contenidos de los medios de comunicaci¨®n de masas, a los que atribuye el haber propagado ¡°antivalores¡±.

Maduro quiere vetar los contenidos que propagan ¡°antivalores¡±

Como reacci¨®n al crimen de Spears, Maduro se refiri¨®, por ejemplo, a la trama de la telenovela De todas maneras rosa, que transmite en horario estelar Venevisi¨®n, el principal canal en abierto del pa¨ªs. La contrafigura femenina de la historia, Andre¨ªna Vallejo (personaje que encarna la actriz Norkys Batista, tambi¨¦n exreina de belleza), comete varios asesinatos, entre ellos, el de su propia madre. Para el presidente venezolano, el guion (original de Carlos P¨¦rez) muestra c¨®mo el g¨¦nero ¡°convierte en h¨¦roes a los criminales¡±.

Que durante 2013, el a?o de mayor ¨ªndice de criminalidad en la historia (74 homicidios por cada 100.000 habitantes, seg¨²n los registros extraoficiales de organizaciones no gubernamentales; 32, seg¨²n el ministerio del Interior), solo se haya transmitido una telenovela producida localmente ¡ªprecisamente De todas maneras rosa¡ª, no es una coincidencia que estropee la hip¨®tesis que el Gobierno impulsa acerca de la relaci¨®n de causalidad entre televisi¨®n y aumento de los homicidios. En su edad dorada, Venezuela pod¨ªa producir de 10 a 15 telenovelas al a?o ¡ªhistorias de alrededor de 120 cap¨ªtulos de una hora cada una¡ª entre cadenas y productoras independientes.

Tras las denuncias presidenciales, los propietarios de canales de televisi¨®n fueron convocados a una primera reuni¨®n en el palacio de Gobierno. El prop¨®sito era sumar argumentos para la ¡°pacificaci¨®n del pa¨ªs¡±, objetivo que Maduro ha se?alado como una de sus prioridades. Una de las principales exigencias de la Administraci¨®n a los operadores es la de restringir a cuatro horas la difusi¨®n diaria de telenovelas. En la actualidad, algunos canales privados exceden ese l¨ªmite, con una parrilla que rellenan con seriales comprados a M¨¦xico, Colombia, Brasil y a la televisi¨®n hispana de Estados Unidos. Muchos talentos venezolanos, desde actores y libretistas hasta t¨¦cnicos, han emigrado a esos lugares, buscando oportunidades que la crisis econ¨®mica y el control oficial sobre los medios les niegan su pa¨ªs.

Se espera que en una pr¨®xima reuni¨®n, los propietarios de medios y el presidente Maduro suscriban un acuerdo para expulsar de pantalla esos contenidos que el chavismo entiende como ¡°antivalores¡±. Y parece un objetivo en el que el Gobierno no pretende cejar. En la convocatoriahan sido incluido los representantes de los cableoperadores y otros medios de televisi¨®n de pago que distribuyen las se?ales de HBO, Warner o Fox. ¡°La idea¡±, afirm¨® Maduro, ¡°es que todo lo que se vea por la pantallita en territorio venezolano, sea moderado o regulado por el Estado¡±.