Avispas
Twitter y WhatsApp se han situado en un mercado saturado como soluciones de comunicaci¨®n no solo en expansi¨®n, sino con una enorme facilidad de juego y participaci¨®n global
La compra de WhatsApp por Facebook consolida un gesto ya reconocido en la nueva merienda de negocios virtuales. Pueden llamarlo pelotazo, pero es a lo que aspiran much¨ªsimos emprendedores en el terreno de las nuevas tecnolog¨ªas. Estrategia inatacable desde un punto de vista empresarial, ti?e de sospecha a muchas de las marcas que pugnan con hacerse un nombre en la Red. Negocios algunos dotados de m¨¢s impulso entusiasta y fe a raudales que beneficios reales, pero que aguardan a que alguna empresa mayor venga a engullirlas en su desesperada necesidad de presencia en el mercado, de ideal de competitividad y de imagen de innovaci¨®n.
Twitter y WhatsApp se han situado en un mercado saturado como soluciones de comunicaci¨®n no solo en expansi¨®n, sino con una enorme facilidad de juego y participaci¨®n global. Si Facebook se interesa por WhatsApp es porque reconoce la implantaci¨®n del m¨®vil telef¨®nico como primordial objeto de negocio, algo evidente tras el exitoso Congreso Mundial de Barcelona. Hoy por hoy el m¨®vil es imbatible y nadie le disputa el reinado en la intimidad y flexibilidad del usuario. Todo lo que no termine en un m¨®vil se dice que fracasar¨¢ en los pr¨®ximos tres a?os. Y ser¨¢ la evoluci¨®n del tel¨¦fono m¨®vil mismo la que marcar¨¢ el desarrollo tecnol¨®gico de los pr¨®ximos tiempos. El precio pagado por Facebook no es un disparate si lo que intenta es trasladar a los usuarios, que comienzan a estar insatisfechos y anquilosados, hacia una comunicaci¨®n m¨¢s viva y abierta que la de su red social.
Las cuestiones de seguridad y privacidad son despreciadas. Convertida la humanidad en vigilante y paparazi de s¨ª misma, en la aldea transparente donde se ha forjado la Red esas cuestiones son secundarias hasta para los derechos ciudadanos, pisoteados por los servicios de espionaje nacionales. El gran reto de la adquisici¨®n es saber si por fin las grandes empresas de telefon¨ªa sabr¨¢n competir. Ya hace tiempo que los SMS son gratuitos para el usuario, pero los due?os de ese negocio se conforman con seguir facturando por el servicio primario sin ofrecer innovaci¨®n y agilidad a los clientes capturados. Carecen de imaginaci¨®n y riesgo, y por tanto son vapuleados por visiones m¨¢s l¨ªquidas y atrevidas. El elefante siempre pierde frente a la avispa.
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