La tensi¨®n po¨¦tica y narrativa
An¨¢lisis de la obra literaria de Moix: desde sus primeros poemarios,'Call me Stone' y 'Baladas del Dulce Jim', hasta su 'Manifiesto personal' pasando por sus relatos
De los nov¨ªsimos poetas antologados por Castellet en su celeb¨¦rrima antolog¨ªa, me ha acompa?ado siempre la voz de Ana Mar¨ªa Moix, que en 1968 publicara dos libros de poemas: Call me Stone y Baladas del Dulce Jim -precedido por un memorable pr¨®logo de V¨¢zquez Montalb¨¢n, que lo calific¨® de ¡°ejercicio de libertad imaginativa y cultural que termina en un precioso beso entre el Che Guevara y Gustavo Adolfo B¨¦cquer¡±-, a los que seguir¨ªa No time for flowers (1970). Eran poemas anticolumnarios, como ella los llamaba, cuajados de im¨¢genes brillantes, que se nutr¨ªan de cine y canci¨®n, de imaginaci¨®n y fantas¨ªa, de sombras y ensue?o, de literatura -"Morir¨¦ en Par¨ªs, como C¨¦sar, una tarde de lluvia y aguacero¡±- y de ciudad: asfalto y mar con gaviotas muertas de fr¨ªo. Poemas que caminaban hacia la tensi¨®n narrativa del poema en prosa o breves chispazos que se deten¨ªan tras el hallazgo de una imagen: ¡°Clav¨¦ mis u?as en los ojos de un p¨¢jaro, y all¨ª estaba la noche: inmensa, h¨²meda¡±.
De ese momento data la primera novela de AMM, Julia, la historia de formaci¨®n o aprendizaje de una joven hasta sus veinte a?os, que incluye el an¨¢lisis de los distintos espacios que atraviesa ¨Cescuela, familia, mundo exterior, universidad-, una novela intimista o interior, l¨ªrica en alguno de sus tramos, y a la par cr¨®nica ¨Caguda, mechada de humor- est¨¦tica y sentimental de una generaci¨®n, junto con el testimonio de una ¨¦poca. No tardar¨ªa en aparecer el libro de relatos Ese chico pelirrojo a quien veo cada d¨ªa, donde esa veta humor¨ªstica y hasta ir¨®nica se acent¨²a, sin desatender ¡°el miedo que sienten los adolescentes cuando cesan en su llanto por las noches y se inventan un amable desconocido¡±. Y, de haberlo permitido la censura franquista, tambi¨¦n por esas mismas fechas habr¨ªa visto la luz la segunda novela de Ana Mar¨ªa Moix, Walter, ?por qu¨¦ te fuiste?, que no pudo aparecer hasta 1973, tras sufrir el manuscrito original algunas tachaduras.
Fue una irrupci¨®n deslumbrante y memorable la de aquella Nena que siempre supo que su ¡°pie derecho descansaba sobre un mundo, y el izquierdo sobre otro¡±, dudando entre cu¨¢l elegir. Y as¨ª pasaba el tiempo, y Ana Mar¨ªa Moix publicaba art¨ªculos y entrevistas en publicaciones destacadas, traduc¨ªa a Beckett o Duras, nos descubr¨ªa a diez jmujeres Extraviadas e ilustres o retrataba la barcelonesa gauche divine (o gauche caviar).
Reanudar¨¢ su trayectoria literaria, ya anclada exclusivamente en la narraci¨®n, con los relatos reunidos en Las virtudes peligrosas (1985), que nos devolv¨ªan a las sendas ya abiertas, mirando el pasado entre la melancol¨ªa y la crueldad, o iluminando las zozobras y los peligros de ciertas virtudes, en unos y otros.
En Vals negro (1994), Ana Mar¨ªa Moix nos entregaba una inolvidable novela en la que conoc¨ªamos a Elizabeth de Baviera a trav¨¦s de la mirada de cinco personajes muy singulares y distintos entre s¨ª, anulando as¨ª la edulcorada imagen de ¡°Sissi¡± para revelar a la mujer de ideas republicanas, protectora de los h¨²ngaros en su lucha por la independencia del imperio, apasionada lectora de Heine, poeta ella misma tambi¨¦n, adem¨¢s de deportista y viajera pertinaz; una mujer amante de la libertad, y tan enamorada del amor como salpicada de muerte.
En 2011, Ana Mar¨ªa Moix nos entregaba Manifiesto personal, donde quiso reflejar por escrito su visi¨®n de ¡°las preocupaciones, vicios morales particulares y p¨²blicos, males sociales y pol¨ªticos, apat¨ªa y otras taras an¨ªmicas¡± que a su entender se han abatido sobre la sociedad civil espa?ola en los ¨²ltimos a?os, y que han sembrado en la autora un torbellino de sentimientos y emociones lo suficientemente poderoso como para detenerse a meditar y redactar estas p¨¢ginas, en las que a menudo se entrelazan la melancol¨ªa y la rabia. El paso del tiempo propiciaba cierto tinte melanc¨®lico que a ratos aflora en sus p¨¢ginas, no por nostalgia endeble sino debido al abultado (y sobrecogedor) contrapunto ¨®ptico que ofrece el ayer del hoy.
Nacida y crecida en un popular barrio barcelon¨¦s repleto de problemas de toda ¨ªndole, formada en el resistencialismo antifranquista, aliada siempre a las causas m¨¢s nobles y justas ¨Cal servicio de las cuales ha puesto a menudo su pluma de periodista-, la autora sab¨ªa bien de lo que hablaba: a su inteligencia y lucidez, a sus convicciones, a su ¡°posici¨®n¡± -que le permit¨ªa codearse y conversar con gentes notorias y bien situadas en distintas esferas sociales, incluido el mundo de la cultura-, se sumaba un estilo de vida y una naturaleza viva y curiosa que la llevaba a pisar las calles para charlar y escuchar: la quiosquera, una vecina reci¨¦n enviudada, el due?o de un bar y sus asiduos o los clientes de las tiendas que frecuenta, m¨¢s amigos y conocidos y pr¨®ximos, son los interlocutores cuyas voces e ideas ¨Cy cuyo sentir- incorporaba Ana Mar¨ªa Moix a su Manifiesto personal, que tantos podr¨ªamos suscribir.
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