La pasi¨®n irrefrenable de escribir
Ana Mar¨ªa Moix inici¨® su carrera con media docena de libros de poes¨ªa y narrativa en apenas cinco a?os, amor por las letras que la condujo a la edici¨®n y la traducci¨®n
La ¨²nica chica entre los rapsodas de los Nueve nov¨ªsimos; La Nena, entre sus amigos de la Gauche Divine; la que, durante unos a?os era ella la que ten¨ªa un hermano escritor, Terenci de nombre art¨ªstico; la editora exquisita, la poeta siempre detr¨¢s de un cigarrillo que le hac¨ªa entrecerrar los ojos... Ana Maria Moix (Barcelona, 1947) ha fallecido en su ciudad natal tras a?os de dura lucha contra un c¨¢ncer. Su capilla ardiente se instalar¨¢ este domingo (a partir de las 14 horas en el tanatorio de les Corts de Barcelona) y el lunes, a mediod¨ªa, se celebrar¨¢ el funeral.
De familia catalana, Ana Maria Moix desarroll¨® sin embargo toda su carrera literaria en castellano, trayectoria que inici¨® muy joven, vincul¨¢ndose a ese movimiento de intelectuales de izquierda pero de casa bien que sacudi¨® la rancia cultura franquista de los a?os 60 y 70 que inundaba Barcelona. All¨ª, entre arquitectos, fot¨®grafos, editores, escritores y cineastas hizo algunos de sus grandes amigos, como fueron los editores Carlos Barral y Esther Tusquets, Pere Gimferrer, F¨¦lix de Az¨²a y Ana Mar¨ªa Matute.
As¨ª, con 22 a?os debut¨® por partida doble con sus dos pasiones: la poes¨ªa y la narrativa. Se trataba del poemario Baladas para el dulce Jim y de la novela Julia. Ser¨ªa un inicio explosivo, de una pasi¨®n literaria fren¨¦tica porque en menos de cinco a?os le dar¨ªa para siete libros. La poes¨ªa ser¨ªa entonces su primera y dominante pulsi¨®n: Call me Stone (1969) y No time for flowers (1971), una expresi¨®n l¨ªrica en la que combin¨® sorprendentemente lo experimental con lo l¨ªrico. Este ¨²ltimo t¨ªtulo le report¨® su primer reconocimiento a una obra obra propia, el premio Vizcaya.
Pero como si con esa tierna edad ya hubiera acumulado un sinf¨ªn de experiencias que necesitaban ser contadas, su biblioteca ¨ªntima creci¨® en esos cinco a?os fren¨¦ticos con la novela ?Walter, por qu¨¦ te fuiste? y La maravillosa colina de las edades primitivas, una incursi¨®n en el libro infantil. Ambos aparecieron en 1973. Ser¨ªa el inicio de una obra como escritora que sobrepasar¨ªa una quincena de t¨ªtulos y que con los a?os le reportaron, entre otras distinciones, el premio Ciutat de Barcelona de 1985 (con Las virtudes peligrosas) y de 1995 (Vals negro).
Tras esa salida fulgurante, Ana Mar¨ªa Moix entr¨® en un particular silencio que dur¨® casi una d¨¦cada, que en parte compens¨® su faceta de traductora, b¨¢sicamente del franc¨¦s. En esa labor, debut¨® con una elogiada traducci¨®n de Louis Aragon, que acab¨® llev¨¢ndola a grandes nombres de las letras francesas como Beckett, Duras, Nothomb y Fran?ois Sagan. La salida de nuevo a la superficie literaria se dar¨ªa con la obra Los robots. Las penas (1982), al que seguir¨ªa un nuevo poemario, A imagen y semejanza (1983). Pero la segunda ¨¦poca de escritora quedar¨ªa dominada por la narrativa, como demostrar¨ªan, am¨¦n de las novelas premiadas, dos libros m¨¢s de cuentos: La niebla y otros relatos (1988) y De mi vida real nada s¨¦ (2002).
Lectora voraz, la pasi¨®n por el mundo de las letras ten¨ªa que llevarla a estar presente en todo los ¨¢mbitos. Por ello, tanto o m¨¢s significativa que su carrera literaria est¨¢ la de su labor como editora, que desarroll¨®, entre otros sellos, en Plaza & Jan¨¦s y en Ediciones B. Sus conocimientos de los detalles m¨¢s inveros¨ªmiles sobre la vida y man¨ªas de los escritores, unido a una afabilidad que la predispon¨ªa a evitar rechazar toda colaboraci¨®n, la condujo a aceptar un sinf¨ªn de colaboraciones en medios impresos, entre ellos este mismo diario.
Muy amiga de sus amigos, en especial de Gil de Biedma, Ana Mar¨ªa Moix emprendi¨® en 2003, m¨¢s all¨¢ del obvio compromiso fraternal, un particular compromiso por la memoria de su hermano Terenci, fallecido en abril de ese a?o. No se trat¨® tanto de una gesti¨®n de su producci¨®n libresca (que a partir de un momento tuvo siempre car¨¢cter de best-seller) como de la manera de aqu¨¦l de ver y entender la vida y la cultura. Ello se tradujo en 2005 en la creaci¨®n de los pluridisciplinares premios internacionales Terenci Moix. Todo ello, junto a su trayectoria literaria, le valieron en 2006 la m¨¢xima condecoraci¨®n que otorga la Generalitat, la Creu de Sant Jordi.
Los Premios Terenci Moix daban otra pista sobre la personalidad de Ana Mar¨ªa Moix. Am¨¦n de honrar la memoria de su hermano mayor, buscaban reconocer tambi¨¦n la defensa en las obras galardonadas de los derechos humanos y la lucha contra la injusticia social. Esos temas deb¨ªan ir en el c¨®digo gen¨¦tico de la familia porque aparec¨ªan tambi¨¦n cada vez con m¨¢s fuerza en sus ¨²ltimos escritos, en especial en Manifiesto personal (2011), de corte claramente memorial¨ªstico. ¡°El capitalismo es insaciable; es fascista y asesino¡±, aseguraba contundente sobre unos males que ella ubicaba en los a?os 80, cuando se desarroll¨® ¡°el individualismo y el narcisismo extremos y un culto al dinero¡±.
En realidad, Ana Mar¨ªa Moix, a pesar de ser de estatura peque?a, constituci¨®n delgada y de voz un poco ronca pero muy suave, siempre fue contundente y nunca se escondi¨® ante los problemas sociales, aunque eso le comportara algunos malentendidos con el establishment de la cultura catalana, como cuando en 1996 fue una de las firmantes del Foro Babel en favor del biling¨¹ismo en Catalu?a. Tambi¨¦n hace poco m¨¢s de un a?o terci¨® en el tema del independentismo, plasmando su apoyo en 2012 al manifiesto Crida a la Catalunya federalista i d'esquerres. Quiz¨¢ de todo ello hablen las memorias en las que trabajaba desde hac¨ªa ya un tiempo.
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