Retorno triunfal para Ghesqui¨¨re
El modisto presenta en Par¨ªs su primera colecci¨®n para Louis Vuitton
El d¨ªa de ayer pasar¨¢ a los anales de la historia de la moda. A las diez y veinte de la ma?ana el dise?ador franc¨¦s Nicolas Ghesqui¨¨re (Comines, 1971) present¨® su primera colecci¨®n para Louis Vuitton. Un momento cumbre y, sin duda alguna, el desfile m¨¢s esperado de la temporada.
Los motivos para tama?a expectaci¨®n son al menos tres. En primer lugar, la comprensible ansiedad generada ante un potencial cambio de rumbo en la casa gala despu¨¦s de 16 a?os de direcci¨®n por parte del estadounidense Marc Jacobs. En segundo lugar, la especulaci¨®n sobre cu¨¢l ser¨ªa el m¨ªnimo com¨²n denominador entre el trabajo de Ghesqui¨¨re en la maison Balenciaga y su propuesta para una firma tan distinta como Vuitton. Y, tercero, la necesidad de medir el impacto de la labor de Ghesqui¨¨re, posiblemente el creador m¨¢s influyente de su generaci¨®n, ahora amplificado a la en¨¦sima potencia por el inmenso poder de sus nuevos empleadores.
El galo fue director creativo de Balenciaga durante 15 a?os. En la d¨¦cada y media transcurrida entre 1997 y noviembre de 2012, convirti¨® a una let¨¢rgica casa especializada en art¨ªculos de free shop en una marca de vanguardia. En ese plazo Ghesqui¨¨re impuls¨® el pantal¨®n cargo por primera vez hacia la estratosfera fashion, puso de moda el look ultradelgado y tradujo a tiempo presente la visi¨®n arquitect¨®nica de Crist¨®bal Balenciaga ¡ªentre tantos otros cambios fundamentales que moldearon la silueta de nuestros tiempos¡ª.
El dise?ador dej¨® una nota en cada asiento anunciando ¡°un nuevo d¨ªa¡±
Pero Balenciaga era (y sigue siendo) una plataforma de impacto limitado. Una casa cuyo alcance se circunscribe a una consumidora de ¨¦lite. No es este el caso de Louis Vuitton, el mayor productor de art¨ªculos de cuero del planeta, ni de LVMH, el grupo de bienes de consumo suntuario n¨²mero uno del mundo del que la casa es propiedad. Si se tiene en cuenta el valor esencial que representa la continuidad, la pregunta es: ?qu¨¦ se mantiene y qu¨¦ se renueva en la era Vuitton by Ghesqui¨¨re?
El sitio del desfile, una constante. Ghesqui¨¨re decidi¨® hacer su presentaci¨®n en la antesala del museo del Louvre, donde Marc Jacobs present¨® todas sus colecciones. Y fue all¨ª donde, en cada asiento, se encontr¨® una nota mecanografiada en la que resalt¨® una declaraci¨®n simult¨¢nea de cambio y continuidad.
La casa gala cambia de direcci¨®n despu¨¦s de 16 a?os con Marc Jacobs al frente
Firmada simplemente ¡°Nicolas¡±, la carta anunciaba: ¡°Hoy es un nuevo d¨ªa. Un gran d¨ªa. (¡) Tengo la gran felicidad de saber que mi visi¨®n est¨¢ aunada a la filosof¨ªa de Louis Vuitton. (¡) Saludo el trabajo de Marc Jacobs, cuyo legado espero, de todo coraz¨®n, poder honrar¡±.
La colecci¨®n, sin embargo, poco tuvo que ver con la herencia de Jacobs. Una h¨¢bil intersecci¨®n entre la mujer joven y deportiva que siempre proyect¨® Ghesqui¨¨re y las admirables proezas t¨¦cnicas de las que es capaz Vuitton. Intangiblemente situada en la d¨¦cada de los setenta, la hero¨ªna de este desfile se ci?¨® a una silueta ce?ida y estructurada. Una sucesi¨®n de microvestidos, microabrigos y microfaldas sugiri¨® juventud. Una pl¨¦tora de pantalones, leggingsy zapatos de tac¨®n bajo implic¨® dinamismo. Y una inesperada exposici¨®n de escotes profundos habl¨® de sex appeal. A diferencia de Jacobs, la mujer Ghesqui¨¨re es seductora y real.
Pero al igual que en los tiempos de Jacobs, aflor¨® la riqueza material. A¨²n en el m¨¢s sencillo de los minivestidos, las combinaciones de texturas fueron asombrosas: pa?os de cashmere mezclados con cuero, brocados enteramente bordados a mano y plumas cortadas al bies recordaron al espectador la verdadera gloria del savoir faire parisiense.
Similar fue el caso en la propuesta de Hedi Slimane (Par¨ªs, 1968) para otro baluarte franc¨¦s, la casa Saint Laurent. Con una colecci¨®n m¨¢s enfocada en la consumidora que en los cr¨ªticos de moda, Slimane envi¨® al frente un ej¨¦rcito de j¨®venes enfundadas en breves capas y vestidos. Una silueta similar a la de Ghesqui¨¨re, aunque menos rica en detalle y elaboraci¨®n. Exultantes lentejuelas, caprichosas pieles te?idas y diminutas piezas micromini que no generar¨¢n cambios s¨ªsmicos en la moda pero que har¨¢n feliz a las clientas de la casa.
Como dijo a EL PA?S la iconoclasta modelo Jamie Bochert al final del desfile: ¡°Por fin una colecci¨®n en la que me lo pondr¨ªa todo¡±. Todo un criterio a tener en cuenta para la temporada que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo mes de agosto.
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