Luis Villoro, ciudadano de Nepantla
Fil¨®sofo del indigenismo, era uno de los pensadores hispanohablantes m¨¢s influyentes
Nepantla es un vocablo maya que significa estar en vilo o alerta o en suspense, y que Luis Villoro invocaba para designar el lugar de un pensamiento consciente de su papel social. Desde que formara parte del Grupo Hiperion (1948-1952), que agrupaba en M¨¦xico a j¨®venes disc¨ªpulos de Jos¨¦ Gaos, Villoro ten¨ªa claro que un pensador responsable no pod¨ªa hacer abstracci¨®n de su tiempo y espacio, pero tampoco perderse en particularismos casticistas. ?l, nacido en Barcelona y de padres mexicanos, se sent¨ªa mexicano y tambi¨¦n heredero de una Europa ilustrada que conoc¨ªa como pocos. Uno de sus primeros libros, Los grandes momentos del indigenismo en M¨¦xico (1950), refleja bien esta tensi¨®n entre sus dos mundos.
El pasado 5 de marzo, a los 91 a?os, mor¨ªa en la ciudad de M¨¦xico uno de los fil¨®sofos hispanohablantes m¨¢s influyentes y carism¨¢ticos. Su prestigio estaba anclado en una s¨®lida obra acad¨¦mica que abarca campos tan diversos como la epistemolog¨ªa, la fenomenolog¨ªa de la religi¨®n o la pol¨ªtica. Libros suyos, como Creer, saber, conocer (1982) o El poder y el valor (1997) son obligados para quien quiera adentrarse en la teor¨ªa del conocimiento o en el de la ¨¦tica pol¨ªtica, respectivamente. Pero el rasgo m¨¢s descollante de su investigaci¨®n filos¨®fica es la atenci¨®n de los problemas del entorno. Su relaci¨®n con el subcomandante Marcos, que ha dado origen a un sabroso epistolario, refleja la personalidad intelectual de un fil¨®sofo que cuando piensa trata de responder a las preguntas que se formula la sociedad en la que vive. En Los retos de la sociedad por venir (2000), por ejemplo, forja una teor¨ªa de la justicia que responde a las injusticias de los pa¨ªses dominados, distanci¨¢ndose elegantemente de teor¨ªas que, so capa de rigor y universalidad, venden ideolog¨ªas justicieras de los pa¨ªses dominantes.
Nacido en Barcelona,
Aunque son muchos los campos que ha cultivado ¡ªsu obra Vislumbres de lo otro es un sobresaliente estudio de filosof¨ªa de la religi¨®n¡ª fue siempre leal al tema de sus or¨ªgenes, esto es, al lugar de una cultura como la mexicana, atravesada por un pasado ausente y por un presente que se busca. En su ¨²ltima visita a Madrid, en 2007, aprovech¨® una invitaci¨®n del Instituto de Filosof¨ªa del CSIC, que quiso reconocerle sus m¨¦ritos, para dejar a modo de testamento intelectual unas reflexiones magistrales sobre si es posible hablar de una comunidad cultural iberoamericana. Todo depende, dec¨ªa, de c¨®mo respondamos a la pregunta qu¨¦ significa pensar en espa?ol. Asunto nada f¨¢cil dado que el castellano es la lengua del dominador, pero tambi¨¦n, a?ad¨ªa, la lengua en la que los dominados plantean sus demandas. Habr¨¢ comunidad iberoamericana si entendemos el pensar en espa?ol como interpelaci¨®n a la cultura dominante desde la experiencia de dominaci¨®n. Nuestro lugar ser¨ªa Nepantla, ese no-lugar o margen de occidente que no buscar¨ªa ni el mestizaje ni suplantar al dominador de anta?o sino cuestionar la asociaci¨®n de cultura y poder. Solo entonces, ¡°el espa?ol dejar¨ªa de ser la lengua peninsular para transformarse en el motor de una comunidad iberoamericana a¨²n por construir¡±.
Esas ideas que conquistaron a muchos han animado proyectos como la monumental Enciclopedia Iberoamericana de Filosof¨ªa, iniciada hace 25 a?os, y los Congresos Iberoamericanos de Filosof¨ªa que siempre honr¨® con su magisterio. Este disc¨ªpulo de Gaos y de tantos otros exiliados ha abierto avenidas que nos han permitido encontrar un pasado reciente y al tiempo descubrir nuestra responsabilidad hist¨®rica. Al final de su escrito ped¨ªa a Espa?a ¡°ser testigo de lo otro, de las otras culturas, de las ind¨ªgenas de Am¨¦rica, y de otra realidad cultural que rebase con mucho la realidad europea¡±. Espa?a est¨¢ bien situada para dar testimonio de esas otras culturas que ella misma, entre otros pueblos europeos, neg¨®, y sobre cuya negaci¨®n se ha construido el presente de Europa. Lo que ah¨ª se promete es algo nuevo, algo mucho mayor que la suma de pa¨ªses y culturas. Una gran tarea a la altura de la ambici¨®n intelectual de este caballero, noble y generoso, que nos acaba de dejar.
Reyes Mate es profesor del CSIC. Fue premio Nacional de Ensayo en 2009 por La herencia del olvido (Errata Naturae). Su ¨²ltimo libro es Tratado de la injusticia (Anthropos).
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