Brahms y Beethoven se citan en Bilbao en el festival Musika-Musica

Beethoven se inspir¨® en dos poemas de Goethe para su obra de coro y orquesta Mar en calma y viaje feliz. A ¨²ltima hora del pasado s¨¢bado, Christoph Spering dirigi¨® magistralmente esta atractiva pieza en el auditorio principal del Palacio Euskalduna de Bilbao, contando con la colaboraci¨®n impagable de Das Neue Orchester y el Coro de Colonia. La decimotercera edici¨®n de Musika- M¨²sica se podr¨ªa identificar con el t¨ªtulo de esta obra beethoveniana. Desde 2002 la fiesta musical cl¨¢sica m¨¢s popular de nuestro pa¨ªs se ha consolidado en su calidad art¨ªstica y en sus objetivos sociales. 80 conciertos este a?o alrededor de Beethoven y Brahms han posibilitado una venta de 36.000 localidades, de las cuales 29.000 ya estaban reservadas antes de comenzar el marat¨®n de actuaciones el viernes 7. De ellas 10.000 hab¨ªan ido a parar a Francia. Hasta 44 conciertos lograron poner el cartel de "no hay billetes". En esta edici¨®n el festival bilba¨ªno se emancipaba por primera vez de sus tutores franceses de Nantes. No se not¨®. O quiz¨¢s s¨ª. Musika- M¨²sica funcion¨® mejor que nunca.

No s¨¦ si es m¨¢s importante hablar, en primer lugar, del equilibrio de la programaci¨®n, o m¨¢s bien de la repercusi¨®n sociol¨®gica. En realidad impresiona tanto o m¨¢s la atm¨®sfera que se respira en los pasillos y alrededores del Palacio Euskalduna que el mism¨ªsimo desfile de cualificados int¨¦rpretes. No conozco ning¨²n evento musical en nuestro pa¨ªs donde el protagonismo del silencio en los conciertos sea tan elevado. Ni un m¨®vil, ni un caramelo, ni una tos. Tambi¨¦n es emocionante la asistencia de familias con ni?os. Hasta una docena cont¨¦ en la actuaci¨®n del cuarteto Artis de Viena a las 11 de la ma?ana del s¨¢bado, con los cuartetos 1 y 11 de Beethoven. El comportamiento fue ejemplar. Luego est¨¢ el desfile de agrupaciones de conservatorios con sus alumnos-m¨²sicos. Vienen de Calahorra, Gij¨®n, Haro, Tarazona, Madrid, Pontevedra, Astorga, Avila, Belorado, Baracaldo, Valladolid, Burgos, Miranda de Ebro, Santander, Soria, Segovia, Torrelavega, Valladolid, Palencia y, por supuesto, varios de de Bilbao, del mism¨ªsimo Bilbao. El p¨²blico charla hasta por los codos en las colas. No hay entradas numeradas. Los precios oscilan entre 5 y 9 euros para los conciertos profesionales, y son dos euros para las actuaciones de los conservatorios. Dado el car¨¢cter monogr¨¢fico rom¨¢ntico-alem¨¢n cada una de las cinco salas se ha bautizado para la ocasi¨®n con nombres de poetas y escritores: Schiller, Goethe, Heine, Ruckert y Morike. A cualquier hora se celebran cinco conciertos paulatinamente. Por mucho que uno se multiplique solamente puede asistir a 16 de los 80 conciertos anunciados.

El apoyo a los m¨²sicos espa?oles es rotundo tanto a nivel individual como colectivo. Int¨¦rpretes como Javier Perianes, Iv¨¢n Mart¨ªn, Iagoba Fanlo, Marta Zabaleta, Asier Polo, Judith J¨¢uregui, Olatz Saitua, Rub¨¦n Fern¨¢ndez Aguirre, Antoni Ros Marb¨¢ o Jose Luis Estell¨¦s son habituales de estas convocatorias, pero este a?o tambi¨¦n han brillado con luz propia Marta Infante, Jos¨¦ Manuel Montero, Gustavo Pe?a, Vanessa Goikoetxea, Ainhoa Zubillaga, Carlos Goikoetxea, Carmen Sol¨ªs, Massimo Spadano, Jos¨¦ Vicente Castell¨® y tantos otros. Cada una de las sinfon¨ªas de Brahms, pongamos por caso, ha sido interpretada por una orquesta espa?ola diferente. El nivel art¨ªstico conseguido, por ejemplo, en los recitales de lieder de Beethoven, y especialmente en los de Brahms, ha sido sencillamente portentoso. Y todos ellos con cantantes espa?oles.

Respecto a los int¨¦rpretes de fuera, han destacado una vez m¨¢s Christoph Spering, Abdel Rahman el Bacha, Miguel Da Silva, Miguel Borges, Paul Daniel, Howard Griffiths, Peter Csaba, los cuartetos Sine Nomine o Artis, el tr¨ªo Pennetier- Pasquier- Pidoux, la orquesta de c¨¢mara de Munich y la Sinfonia Varsovia con Kantorow.

Un festival de estas caracter¨ªsticas debe combinar lo m¨¢s popular con lo menos conocido, y as¨ª se han podido escuchar en alternancia con las integrales de los conciertos para piano de Beethoven o las sinfon¨ªas y danzas h¨²ngaras de Brahms, ciclos menos frecuentados como los quintetos y sextetos de Brahms o m¨²sicas esc¨¦nicas como la de Egmont, de Beethoven. Cada espectador elige en cada momento lo que su sensibilidad o su intuici¨®n le demanda. El ambiente que se respira es el de una fiesta tranquila. Se quiera o no, todo el mundo vuelve a su realidad cotidiana con una sonrisa en los labios.