Vicente Todol¨ª: ¡°El clientelismo en los museos refleja la sociedad en que vivimos¡±
El comisario y experto en arte ha lanzado un nuevo espacio en Mil¨¢n que ya cotiza en los cen¨¢culos del arte contempor¨¢neo
Vicente Todol¨ª (Palmera, Valencia, 1958) sigue elaborando pacientemente aceite de las olivas que cultiva en el alicantino Valle de la Gallinera, pero ahora parece haber acompasado el ritmo vertiginoso de su habla a su actividad art¨ªstica. En unos meses ha lanzado un nuevo espacio en Mil¨¢n, que ya cotiza en los principales cen¨¢culos del arte contempor¨¢neo, y ha sido comisario de cuatro exposiciones de grandes artistas internacionales como Tacita Dean, Antoni T¨¤pies, Dieter Roth y Richard Hamilton. Con este ¨²ltimo, padre del pop, Todol¨ª ha vuelto a la Tate Modern, cuya direcci¨®n dej¨® en verano de 2010 tras siete a?os.
Pregunta. Ha pasado de un museo de multitudes como el londinense a un espacio minoritario como el italiano Hangar Biccoca. ?Ha sido una reacci¨®n?
Respuesta. Nunca programo por los n¨²meros. Son una consecuencia y pueden ser peligrosos. Despu¨¦s de estar en una gran instituci¨®n, un mamut en el nivel organizativo y de gesti¨®n, tom¨¦ la decisi¨®n de dejar la gesti¨®n de los museos y dedicarme s¨®lo a trabajar con los artistas. Despu¨¦s de la Tate, me dedico solo a trabajar con ellos. Hice el libro de Robert Frank, la exposici¨®n con Paul Graham, la colaboraci¨®n con Ferran Adri¨¤... No quiero dirigir museos. Con Hangar Biccoca, de la Fundaci¨®n Pirelli, me compromet¨ª a confeccionar la programaci¨®n desde fuera con un equipo que la ejecuta, siendo el comisario de la mitad de exposiciones. Y en la Fundaci¨®n Bot¨ªn presido el consejo asesor y rector.
P. Tambi¨¦n asesora a coleccionistas privados...
R. Con dos condiciones: que las colecciones tengan un car¨¢cter p¨²blico, con un espacio de acceso libre y que las obras que se compran no se puedan vender. Si es como inversi¨®n, el arte no me interesa. Conozco el mercado, porque lo tienes que conocer, pero no es algo que me gu¨ªe.
P. ?Su actividad entronca ahora con el IVAM, del que fue responsable art¨ªstico, y su posterior etapa como director de la Fundaci¨®n Serralves de Oporto?
Si es como inversi¨®n, el arte no me interesa. No me gu¨ªa el mercado
R. Son lugares donde intervine desde cero. La Tate era un portaviones... A m¨ª me gustan los equipos peque?os, de comando, que ponen todo el esfuerzo en el contenido y no en la envoltura, ni en el efecto escaparate. La Tate depende mucho de la financiaci¨®n privada. Ten¨ªas que tener una vida social muy intensa. Ahora no la tengo. Me concentro en el arte.
P. Ha trabajado en EE UU, Inglaterra, Italia, Portugal y Espa?a. ?Hay muchas diferencias entre el mundo anglosaj¨®n y el latino?
R. Son completamente diferentes. Lo que m¨¢s admiro del anglosaj¨®n es la separaci¨®n de poderes, la base de la democracia. En la Tate a ning¨²n pol¨ªtico se le ocurre hacer ninguna indicaci¨®n. Es admirable esa diferenciaci¨®n entre lo p¨²blico y lo privado. El comit¨¦ de ¨¦tica analiza todas las trasacciones, vigila, por ejemplo, que un patrocinador no proceda del negocio de las armas... Adquirir un gran n¨²cleo de obras de solo un galerista ser¨ªa impensable. Tambi¨¦n se hacen grandes investigaciones.
P. ?Y el latino?
R. Fui asesor del Museo de Novecento en Italia y decid¨ª no trabajar m¨¢s en el sector. La independencia es clave y sin ella... Hay mucha injerencia. En Espa?a se ha ganado terreno pero...
P. ?Y clientelismo?
R. El clientelismo en los museos es un reflejo de la sociedad en que vivimos. En vez de intentar hacer el mejor producto posible y que hable por s¨ª mismo se va a por los contactos.
P. ?Alguna virtud?
R. En el mundo anglosaj¨®n se demanda mucha antelaci¨®n y se pierde agilidad. Es el mundo de la meeting culture. Hay muchas reuniones sobre procesos m¨¢s que sobre objetivos. En el latino hay m¨¢s agilidad, pero siempre que puedas ser aut¨®nomo.
P. ?Lo era en el IVAM, que acaba de cumplir 25 a?os?
Admiro en el mundo anglosaj¨®n la distinci¨®n entre lo p¨²blico y lo privado
R. El IVAM ha tenido al frente buenos profesionales e independientes. En las etapas de Tom¨¢s Llorens y Carmen Alborch nunca tuvimos un intento de condicionar la programaci¨®n Hasta 1995 creo que hubo una gesti¨®n profesional. De repente, fue un shock ver que tu ¨¦xito pod¨ªa ser tu derrota. Por primera vez que yo conozca, un museo se convirti¨® en uno de los centros de la batalla pol¨ªtica de la campa?a. Y eso era porque se hab¨ªa convertido en un referente internacional y porque creo que hubo un malentendido: alguien pod¨ªa pensar que, como sucedi¨® con Carmen Alborch, se pod¨ªa pasar de directora del museo a ministra de Cultura. Desde entonces, el museo se ha utilizado como un instrumento pol¨ªtico. En Espa?a, los pol¨ªticos a menudo confunden la administraci¨®n con la propiedad. Me fui del IVAM con un resquemor, porque quer¨ªa mostrar en una exposici¨®n todos los fondos que hab¨ªamos comprado. Y se nos dijo que hab¨ªa que esperar a que comprara el PP. ¡®Perd¨®n, antes no compraba el PSOE, compraban profesionales¡¯, dije. Se acab¨®. Y ya no he vuelto a entrar m¨¢s en el IVAM.
P. ?Los museos a¨²n marcan el canon en el mundo del arte?
R. Su papel es mucho m¨¢s reducido a medida que el mercado ha ido ganando poder. Pero, de nuevo, es la sociedad misma. ?Alguna vez el mercado ha tenido tanta preponderancia? No. En el arte es lo mismo. Por otro lado, el mundo de las subastas, del mercado del arte, no tiene un ¨ªndice de referencia, el precio es arbitrario, no est¨¢ reglamentado. Entre varias personas podr¨ªamos hacer que suba el precio de una obra. A medida que este mundo se ha ido ampliando, ha tenido un gran impacto medi¨¢tico y sociol¨®gico Que por una obra se paguen 20 millones de euros no quiere decir que es mejor que una que vale 200.000 euros. En los medios de comunicaci¨®n la gente asocia el ¨¦xito econ¨®mico con el de los artistas. Incluso peri¨®dicos como EL PA?S o el Herald Tribune han llegado a comparar en un art¨ªculo la Documenta de Kassel con la feria de Basilea, como si fueran lo mismo. Un museo ha de resistir todo eso y dar otros valores si no est¨¢ vac¨ªo de contenido, disecado.
Los pol¨ªticos en Espa?a a menudo confunden la administraci¨®n con la propiedad
P. ?Qu¨¦ opina del prop¨®sito del Gobierno de Portugal de vender 85 obras de Mir¨®?
R. Los estados no deber¨ªan vender nada. Las colecciones marcan la sensibilidad y el gusto. Y me parece que la venta de los Mir¨® no resuelve el problema de ese pa¨ªs. Portugal, que tiene un patrimonio muy rico, sin embargo, del siglo XX tiene poqu¨ªsimo. Vender esos mir¨®s es una ceguera y un desprecio. ?Qu¨¦ valor le dan a la cultura los pol¨ªticos?
P. ?Le interesan m¨¢s las excepciones que las reglas?
R. S¨ª, en el arte soy absolutamente pataf¨ªsico. Seguidor de Alfred Jarry. Normalmente, el arte est¨¢ hecho por un individuo que est¨¢ en contra y ve algo que los dem¨¢s no ven. Cuando los artistas utilizan reglas es para llevarlas al paroxismo.
P. ?Es imprescindible estar a la ¨²ltima en el arte contempor¨¢neo? ?Y es posible, siendo muchas veces tan ef¨ªmero?
R. Todo el arte naci¨® como contempor¨¢neo y despu¨¦s hay una selecci¨®n y una recuperaci¨®n. Es contempor¨¢neo porque lo haces hoy y aqu¨ª, pero has de tener una perspectiva. Y has de estar a la ¨²ltima de todo tambi¨¦n. Desde el principio, desde el arte rupestre. Las acotaciones son arbitrarias. Me interesa el arte, me da igual de qu¨¦ siglo. Me pasa lo mismo en la literatura y en el cine. El arte es libertad. Uno tiene que estar abierto pero con esp¨ªritu cr¨ªtico y de reflexi¨®n.
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