?Mapplethorpar¨ªs!
Veinticinco a?os despu¨¦s de su muerte, la capital francesa se vuelca en el homenaje al fot¨®grafo estadounidense mientras se publica una nueva biograf¨ªa
Bob Mapplethorpe no sab¨ªa que llegar¨ªa a ser Robert Mapplethorpe, ni siquiera que ser¨ªa fot¨®grafo, cuando se encontr¨® por segunda vez con Patti Smith ¡ªla que ser¨ªa su confidente y musa durante a?os¡ª en el Tompkins Square Park de Manhattan a finales de los a?os sesenta. Ambos proven¨ªan de familias humildes, estaban gestando su vocaci¨®n art¨ªstica y ten¨ªan la sana intenci¨®n de no morirse de hambre en Nueva York. Acabar¨ªan comi¨¦ndose el mundo, pero a¨²n no lo sab¨ªan. Lo que s¨ª decidi¨® Smith en ese instante es que iba a llamar Robert a su nuevo amigo, porque intu¨ªa que ten¨ªa enfrente a alguien muy especial y Bob, simplemente, no encajaba con esa premonici¨®n.
A ra¨ªz de ese encuentro surgir¨ªa una complicidad rememorada por Smith en Just kids (2010) y fotografiada por Lloyd Ziff, en un porfolio que exhibi¨® la galer¨ªa Danziger de Chelsea (Nueva York) el a?o pasado. ¡°En 1968 Robert viv¨ªa con Patti en un apartamento de Clinton Hill, en Brooklyn. Siempre estaban trabajando, haciendo pinturas, dibujos, esculturas¡¡±, recordaba Ziff con motivo de la exposici¨®n.
Dos a?os m¨¢s tarde, el joven estudiante de arte pasar¨ªa, de realizar dibujos y collages con fotos ajenas, a hacer sus propias fotograf¨ªas por recomendaci¨®n de Patti Smith, con una c¨¢mara Polaroid que le prest¨® la artista Sandy Daley. Hab¨ªa nacido Robert Mapplethorpe, el fot¨®grafo.
Una muestra explora las similitudes entre Auguste Rodin y el artista neoyorquino
Han transcurrido veinticinco a?os desde que Mapplethorpe, el artista de formaci¨®n cat¨®lica que profan¨® los usos, los temas y la recepci¨®n del arte fotogr¨¢fico, falleci¨® en Boston, enfermo de sida y devorado por demonios internos. Ahora, Par¨ªs bendice por partida doble al fot¨®grafo malogrado (1946-1989) con una gran retrospectiva en el Grand Palais y con una muestra comparativa (con im¨¢genes y esculturas yuxtapuestas) en el museo Rodin.
La muestra en el Grand Palais aborda, a trav¨¦s de m¨¢s de 250 obras, la carrera del fot¨®grafo con una intenci¨®n omnicomprensiva, de manera que el visitante pueda valorar las diferentes etapas del artista y completar su visi¨®n m¨¢s all¨¢ de sus im¨¢genes ic¨®nicas (desnudos, retratos, flores). Se trata de ir m¨¢s all¨¢ de una muestra parcial, como las que han reflejado l¨ªneas tem¨¢ticas o la selectiva mirada de artistas (Isabelle Huppert, Pedro Almod¨®var).
Todas las facetas de su pr¨¢ctica fotogr¨¢fica est¨¢n representadas en esta exposici¨®n, que muestra a un autor empe?ado en desposeer sus im¨¢genes de cualquier filtro o barrera entre su idea y la obra final. Para expresarlo en sus propias palabras: ¡°Busco la perfecci¨®n en la forma. Lo hago con los retratos, con las pollas, con las flores¡±, dijo en una entrevista con Barbara McKenzie.
Resultado de esa traslaci¨®n sincera de sus fijaciones y enso?aciones en im¨¢genes, sin concesi¨®n alguna al puritanismo, es la decisi¨®n de los organizadores de vetar el acceso a una parte de la muestra, de alto contenido sexual, a los menores de 18 a?os. Algo que no se ve¨ªa en la capital francesa desde la exposici¨®n del fot¨®grafo y cineasta Larry Clark (Kids).
El autorretrato como proyecci¨®n de un ideal
Pocos fot¨®grafos han cultivado como Mapplethorpe el autorretrato. La imagen en la que aparece maquillado, travestido, proyecta a una persona resuelta a apropiarse de cualquier recurso que potencie su ideal de belleza. En el cat¨¢logo de la retrospectiva, los comisarios lo sit¨²an al lado de otro autorretrato en el que aparece con el torso desnudo y con ese maquillaje, pero en el que la mirada denota fragilidad. En unos parece buscar el reconocimiento de su estatus de artista, mientras que en otros se representa como rockero, diablo, fauno o s¨¢tiro, o subvierte la imaginer¨ªa religiosa de Cristo cruficado. La persona que conect¨® mejor con su concepto l¨²dico del retrato fue Louise Bourgeois, a quien retrat¨® con un pene gigante y con una sonrisa c¨®mplice.
La obra de Mapplethorpe est¨¢ muy ligada al conflicto entre el arte contempor¨¢neo y su aceptaci¨®n en la sociedad. El 12 de junio de 1989, la Corcoran Gallery de Washington se neg¨® a albergar su exposici¨®n itinerante The perfect moment en el ¨²ltimo momento por las presiones recibidas, que tildaban la muestra de obscena. El p¨²blico se moviliz¨® contra la censura: varios seguidores proyectaron im¨¢genes de la exposici¨®n sobre la fachada del museo. La muestra inclu¨ªa un autorretrato del fot¨®grafo, de espaldas y mirando hacia la c¨¢mara, con un l¨¢tigo a modo de cola con el que se hab¨ªa autosodomizado.
El director del museo de Cincinnati, que alberg¨® esa misma exposici¨®n poco despu¨¦s, fue procesado en lo que The New York Times llam¨® ¡°el primer juicio penal contra un museo basado en el contenido de una muestra¡±. Un jurado lo declar¨® inocente, despu¨¦s de que los testigos de la defensa consiguieran dejar claro que las fotos denunciadas eran la obra de un artista, no un porn¨®grafo.
El debate sobre la subvenci¨®n del arte heterodoxo, meses despu¨¦s de la pol¨¦mica sobre la obra Pissing Christ, de Andr¨¦s Serrano, llevar¨ªa a la aprobaci¨®n, en el Congreso estadounidense, de una enmienda que supeditaba las ayudas gubernamentales a la evaluaci¨®n de material considerado como obsceno. El Whitney Museum, la instituci¨®n que hab¨ªa realizado la primera gran exposici¨®n individual de Mapplethorpe cuando este languidec¨ªa, inici¨® una campa?a nacional con anuncios en prensa bajo el lema ¡°?Va a permitir que la pol¨ªtica mate el arte?¡±.
Hoy, la imagen del l¨¢tigo forma tambi¨¦n parte de la retrospectiva de Par¨ªs, junto con otras de sadomasoquismo y miembros viriles pertenecientes a su X Portfolio. Y en 2012 esas fotos fueron exhibidas en Los ?ngeles tras la adquisici¨®n de una parte del archivo de Mapplethorpe por parte del J. Paul Getty Trust y el museo LACMA.
Actualmente, la obra del fot¨®grafo de Floral Park (Queens, Nueva York) sigue invitando a sumergirse en sus referencias art¨ªsticas, en su vida y en el entorno hist¨®rico del Nueva York de los a?os setenta y ochenta. Hasta ahora, los textos del cr¨ªtico de arte de The Nation, Arthur C. Danto; del vicepresidente de la Fundaci¨®n Robert Mapplethorpe, Dimitri Levas, y de la escritora Patricia Morrisroe eran algunas de las referencias m¨¢s citadas en la bibliograf¨ªa sobre el autor, junto con los de la cantante y poeta Patti Smith y del escritor Edmund White. Ahora hay que a?adir a ese inventario el cat¨¢logo de la retrospectiva de Par¨ªs, en el que escriben, adem¨¢s de Smith y White, los comisarios J¨¦r?me Neutres (Reuni¨®n de Museos Nacionales-Grand Palais), H¨¦l¨¨ne Pinet (Museo Rodin) y Judith Benhamou-Huet. Joree Adilman (Fundaci¨®n Robert Mapplethorpe) y H¨¦l¨¨ne Marraud completan el equipo de expertos.
White describe el ambiente pol¨ªtico y de reivindicaci¨®n social de los a?os setenta en EE UU, una ¨¦poca en la que la sodom¨ªa era delito en muchos estados, y afirma que entonces muchos galeristas y coleccionistas rehusaban exponer o comprar obra de Mapplethorpe por miedo a ser identificados como homosexuales. Tambi¨¦n es importante su texto por las reflexiones que hace los prejuicios raciales y el cuestionamiento, desde este punto de vista, de algunas de sus fotos.
Benhamou-Huet, periodista y cr¨ªtica de arte, acaba de publicar su biograf¨ªa titulada En la vida en blanco y negro de Robert Mapplethorpe (Grasset), que recoge testimonios de personajes clave ¡ªamistades, amantes, comisarios, galeristas y coleccionistas¡ª en la vida de Mapplethorpe. En esa relaci¨®n se incluye, en la parte francesa, a Pierre Berg¨¦, presidente de la Fundaci¨®n Pierre Berg¨¦-Yves Saint-Laurent, y a Samia Saouma, ¡°la primera persona que expuso su obra en Paris, en 1979¡±. Sus declaraciones evocan la escena gay y sociocultural de los a?os setenta en Nueva York, que hall¨® en las artes visuales y performativas un ¨¢mbito de expresi¨®n. El libro intenta dibujar, asimismo, a un personaje que proyect¨® en la fotograf¨ªa tanto su personalidad como sus criterios est¨¦ticos.
En el plano personal, el inter¨¦s del artista por el sadomasoquismo y el ocultismo pueden haber sido una reacci¨®n visceral a su educaci¨®n como cat¨®lico y al rechazo de sus padres, avergonzados de su estilo de vida. ¡°Hab¨ªa, sin duda, una parte oscura en ¨¦l¡±, dice en el libro Marcus Leatherdale, el que habr¨ªa sido su ¨²ltimo amante blanco. ¡°Creo que estaba verdaderamente perdido entre sus demonios, sus monstruos¡±. Aunque Michael Stout, presidente de la Fundaci¨®n Robert Mapplethorpe, afirma que el fot¨®grafo ¡°no era una persona que amara particularmente el dolor y el placer obtenido a trav¨¦s de ¨¦l¡± y lo retrata como "voyeur".
Que el fot¨®grafo fuera gay y que la sexualidad entre hombres fuera una parte importante de su obra no quita para que su verdadera obsesi¨®n transversal fuera atrapar la belleza de las formas. Para J¨¦r?me Neutres, ¡°la primera provocaci¨®n de Mapplethorpe fue fotografiar sus modelos desnudos y sus amantes negros con el idealismo de Miguel ?ngel, y reivindicarlos como c¨¢nones de la belleza de 1980¡±. El artista, asegura, ¡°utiliz¨® la fotograf¨ªa para hacer escultura y termin¨® su obra haciendo fotos de esculturas¡±. La exposici¨®n confirma que utiliz¨® tambi¨¦n su dominio de la geometr¨ªa en la composici¨®n y que explor¨® diferentes formas de impresi¨®n y enmarcado con el fin de hacer de cada foto un objeto art¨ªstico depurado.
Para Patti Smith, era ¡°hijo del surrealismo, de la magia negra y del ¡®pop art¡±
Su opini¨®n coincide con la de Arthur C. Danto, que hablaba de ¡°la tensi¨®n que hay en el coraz¨®n del arte de Mapplethorpe, rozando la paradoja¡±, entre el contenido de una fotograf¨ªa y el modo de presentarlo. Para el cr¨ªtico de arte, fallecido en 2013, dicho contenido ¡°es, con frecuencia, suficientemente er¨®tico para ser considerado pornogr¨¢fico, incluso por el propio artista, mientras que la est¨¦tica de su presentaci¨®n es cl¨¢sica: es dionis¨ªaca y apol¨ªnea a la vez¡±.
Para verificar esa teor¨ªa, el museo Rodin de Par¨ªs propone por su parte explorar las similitudes entre el escultor franc¨¦s Auguste Rodin (1840-1917) y Robert Mapplethorpe con una exposici¨®n que muestra, yuxtapuestas, 50 esculturas y 102 fotograf¨ªas. Catherine Chevillot, directora del museo, destaca que es la primera vez que la instituci¨®n invita a un fot¨®grafo a dialogar con las obras del maestro. El visitante, dice, se ver¨¢ sorprendido ¡ªa partir del 8 de abril¡ª por ¡°el eco estupefaciente¡± entre las obras White Gauze (1984) y el Torse de l¡¯?ge d¡¯airain drap¨¦ (c. 1895-1896). El proyecto expositivo sigue la estela de la muestra que organiz¨® en 2009 la Galleria dell¡¯Accademia en Florencia.
Patti Smith lo llama, en su semblanza escrita para el cat¨¢logo, ¡°hijo del surrealismo, de la magia negra y del pop art¡±, y concluye que el fot¨®grafo ¡°transform¨® algunos de los aspectos m¨¢s complejos de la sexualidad en obra de arte¡±. Habla de c¨®mo le influyeron la pel¨ªcula Cowboy de medianoche (1969) y los filmes de Fellini y Pasolini, de ¡°su admiraci¨®n por los maestros del retrato fotogr¨¢fico, como F¨¦lix Nadar y August Sander¡±, y del papel esencial que tuvo en su vida su pareja y mecenas Sam Wagstaff.
El mi¨¦rcoles, Smith estar¨¢ en Par¨ªs para asistir a la inauguraci¨®n y participar en una charla en el Grand Palais. Quiz¨¢ recordar¨¢ lo que escribi¨® en Just kids: al relatar el momento en el que el hermano peque?o de Robert le llam¨® para notificarle su fallecimiento, se dio cuenta de que ¡°comenz¨® a sonar en la televisi¨®n el gran aria Vissi d¡¯arte de Tosca: ¡°He vivido del arte, he vivido del amor¡±.
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