El espect¨¢culo de Guillaume Gallienne
El actor y realizador franc¨¦s estrena 'Guillaume y los chicos, ?a la mesa!', C¨¦sar a mejor pel¨ªcula La opera prima relata la asunci¨®n de la propia identidad en un mundo hostil a lo diferente
Guillaume Gallienne se parece a Guillaume, la imagen de s¨ª mismo que protagoniza su opera prima, Guillaume y los chicos, ?a la mesa!. La camisa y jersey claros, el pelo rizado y el acento parisino remiten a su alter ego, que llega hoy a los cines espa?oles. El Gallienne de esta entrevista, realizada en Madrid mucho antes de que empezara a intuirse la primavera, no sabe todav¨ªa que su filme se llevar¨ªa cinco C¨¦sar (premios del cine franc¨¦s) incluido mejor pel¨ªcula el pasado 28 de febrero, aun compitiendo con La vida de Ad¨¨le, de Abdellatif K¨¦chiche, o La Venus de las pieles, de Roman Polanski. Pero Gallienne ya es consciente de ser un director de ¨¦xito.
Su relato sobre la construcci¨®n de la propia identidad ¡ªsobre todo en su vertiente sexual y de g¨¦nero¡ª en un mundo que no admite los grises arras¨® en los escenarios en 2008, se llev¨® un premio Moli¨¨re y gust¨® a conservadores y progresistas. Y eso que las historias del ni?o afeminado que se empe?a en ser su madre (se interpreta a s¨ª mismo y a ella en la pantalla), o del supuestamente homosexual que descubre no serlo tanto y se casa con una mujer, pod¨ªan no resultar para todos los p¨²blicos. Su versi¨®n de celuloide ha vuelto a cosechar halagos, incluido el premio de la quincena de los realizadores en el festival de Cannes.
Trailer en espa?ol de 'Guillaume y los chicos, ?a la mesa!'.
¡°La ¨²nica forma de explic¨¢rmelo es que he sido muy sincero. No he intentado gustar. Y creo que funciona. Cada uno ve las cosas a su manera, hay gente que solo ve la parte c¨®mica, hay gente que desde el principio no comprende que los dem¨¢s r¨ªan tanto¡±, cuenta el actor y director. El secreto del furor en torno a Guillaume parece residir en este encantador de serpientes de voz dulce y conversaci¨®n r¨¢pida que mantiene todo el peso de la trama y ha aceptado exponer su vida desde hace ya cinco a?os ante miles de espectadores.
La pel¨ªcula lleva fragu¨¢ndose mucho m¨¢s tiempo. ¡°Estaba en el psicoanalista y me di cuenta de que mi madre dec¨ªa ¡®Guillaume y los ni?os, a la mesa¡¯. Esa frase fundacional y neur¨®tica me hizo desarrollar el hilo conductor de lo que era una serie de an¨¦cdotas que contaba en las cenas para hacer re¨ªr¡±. Guillaume no formaba parte de ese todo unitario de la palabra ¡°ni?os¡±, que s¨ª inclu¨ªa a sus hermanos. Pero tampoco, como descubrir¨ªa m¨¢s tarde, de la palabra ¡°ni?as¡±. ¡°Me gusta la frontera, entre lo p¨²dico e imp¨²dico, heterosexual u homosexual, inocente o no inocente en absoluto. La frontera, es ah¨ª donde puedo profundizar m¨¢s¡±. Y es ah¨ª donde se mueve el filme. Entre la comedia y el melodrama. Entre lo atrevido y lo puritano. Entre el montaje apote¨®sico y el teatro puro, rodado en estilo documental directamente sobre el escenario.
¡°Me gusta la frontera, entre lo p¨²dico e imp¨²dico, heterosexual u homosexual, inocente o no inocente en absoluto.
La autobiograf¨ªa recoge la censura de un padre preocupado porque su hijo se disfrace de Sissi Emperatriz con un edred¨®n de plumas, la extra?eza de unos hermanos que le ven como a un extraterrestre y el mundo de clubes de ambiente que no deja de considerarle un advenedizo. Pero tambi¨¦n retrata un descubrimiento salvador: los escenarios. El crecimiento de un ni?o "demasiado pasivo, demasiado bien educado" que se transforma en "activo-actor" hasta convertirse, en la vida real, en socio de la Com¨¦die Fran?aise, la mayor instituci¨®n teatral gala, un honor concedido solo a 526 personas desde el siglo XVII.?
?C¨®mo mantener la distancia cuando se trata de narrar su propia vida? ¡°Se paga a muchos psicoanalistas durante mucho tiempo. Pero no he hecho esta pel¨ªcula para contar mi vida, he hecho la pel¨ªcula porque me parec¨ªa una historia bonita. No soy muy interesante. Soy como todo el mundo". Como todo el mundo, salvo porque desciende, por la v¨ªa materna, de la aristocracia rusa, creci¨® en el barrio m¨¢s rico de Par¨ªs y pas¨® parte de su adolescencia en un internado en Inglaterra.
Y por otra peque?a particularidad. Cuando se le pregunta por c¨®mo hace para derribar sus propios prejuicios, no contesta con palabras, sino con una suerte de mon¨®logo improvisado. Evoca una noche de flamenco en Sevilla, en mitad de una fiesta gitana (¡°ten¨ªa prejuicios con respecto a ellos¡±). Encarna ¡ªcomo en la obra de teatro, en la que representaba ¨¦l solo a 52 personajes¡ª a cada asistente. A Pepe, un bailaor bajito, a su esposa, sudorosa y embutida en una falda, a los tres amigos parados de Daniel... Los gestos, primero m¨¢s sutiles, se convierten en un zapateado y unas palmas, aprendidos seguramente en la L¨ªnea de la Concepci¨®n, C¨¢diz, donde pas¨® un verano para aprender espa?ol. Cuando la funci¨®n acaba, dan ganas de aplaudir. Guillaume Gallienne, actor, experto en hacer de su vida un espect¨¢culo andante.
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