Orlando viaja en moto
'Los lanzallamas' de Rachel Kushner se lee como un interesante y divertido alarde novel¨ªstico
En su primera novela, T¨¦lex desde Cuba, Rachel Kushner ya hab¨ªa mostrado su talento para aunar invenci¨®n e historia sin que cupiera perderse en las costuras, trazando un pachtwork de la Cuba de Batista y la colonia americana antes de la revoluci¨®n que denotaba una aguda sensibilidad para describir desde variados puntos de vista un mundo colonial que se desvanec¨ªa. Ahora, con Los lanzallamas, adem¨¢s de entretejer personajes y ambientes en el devenir hist¨®rico, la escritora de Oreg¨®n ofrece un interesante y divertido alarde novel¨ªstico en beneficio del lector. La protagonista de esta novela, Reno, nos recuerda de lejos al fant¨¢stico personaje de Orlando, pues tambi¨¦n viaja de alguna manera en el tiempo con su r¨¢pida moto italiana. Mujer polifac¨¦tica pero no heroica, en realidad se deja llevar por el ¨ªmpetu de su creadora, que la ha construido con el fin de que asista a la puesta en escena de un mundo inflamable. As¨ª, cabalgando sobre la inercia, va de lo masculino a lo femenino; es adicta a la velocidad y una enamorada del cine, as¨ª como observadora privilegiada del arte neoyorquino de vanguardia, novia del inasible y elegante Sandro Valera, amiga de la genial Giddle y sombra final del fot¨®grafo Ronni, cuyo sue?o es fotografiar a todas las personas del mundo, adem¨¢s de contar todos los cuentos del mundo.
En Los lanzallamas Kushner vuelve a entretejer personajes y ambientes en el devenir hist¨®rico
Reno tiene una curiosidad omn¨ªvora y una gran capacidad para vivir y absorber lo vivido, as¨ª como para ver lo que hay detr¨¢s de la apariencia. Es ingenua, claro, apenas tiene veintid¨®s a?os, pero lo suficientemente despierta como para dejarse llevar por el destino, lo que llegue. Y volar con su moto, dejando su natal Reno, para ir a Utah para participar en una competici¨®n de velocidad. En Nueva York se encuentra con Sandro y el mundo del arte de los a?os dorados, con sus galeristas sofisticados y la Factory de Andy Warhol, dibujados con perfecta maestr¨ªa por Kushner, que sabe de lo que escribe, es evidente. Esta parte, con buenos di¨¢logos (¡°los actos m¨¢s cobardes de un hombre son mostrar ambici¨®n, hacerse famoso o suicidarse¡±, dice Giddle, que trabaja de camarera), resulta la m¨¢s lograda de la novela, en tono y atm¨®sfera.
Kushner suele mezclar escenarios y dar a su narrativa un aire cosmopolita. As¨ª hizo en la novela anterior con la Cuba de los cincuenta y en este caso es Italia, pues Reno estudi¨® un a?o en Florencia y luego la vemos en la mansi¨®n de los Valera con Sandro. En ambos casos, la novelista crea una veros¨ªmil empresa, la United Fruit Company, en el primero, y la compa?¨ªa Valera en el que nos ocupa. Aqu¨ª vemos c¨®mo el fundador luch¨® en la Gran Guerra, luego estuvo relacionado con los futuristas de Marinetti, se afili¨® al partido fascista y finalmente se dedic¨® a explotar el caucho para neum¨¢ticos en Brasil. Todo ello muy bien descrito, aunque a veces nos preguntamos por qu¨¦ tanta inventada exactitud y qu¨¦ tiene que ver con Reno. La cuesti¨®n es que la protagonista vive la revuelta en Roma, y la vemos correr con la multitud, alej¨¢ndose de los gases y los palos de los carabinieri. La prosa nos envuelve, y nos encontramos con im¨¢genes como la de los ¡°fiat chatos¡± que ¡°reluc¨ªan bajo la lluvia como los impermeables de pl¨¢stico de los ni?os¡±.
En el fondo, Kushner sigue la tradici¨®n de la gran novela americana, desde Henry James a Scott Fitzgerald, jugando con una protagonista ingenua pero resistente que vive el romance, la violencia y pertenece a la Historia, formando parte de ella con pasiva determinaci¨®n. Como a toda novela, le encontramos defectos, pero aqu¨ª lo son en su mayor parte por excesos o perversiones de sus mismos logros. Es decir, Kushner llega a poner tanta levadura que la masa, una vez alcanzada su mayor efervescencia, se desinfla por alg¨²n lado. Por ejemplo, la obsesi¨®n final por encontrar justificaci¨®n al t¨ªtulo con an¨¦cdotas infantiles de Sandro y Reno. Y la implicaci¨®n algo forzada de la protagonista en las juventudes romanas a trav¨¦s del activista Gianni. En realidad, lanzallamas quieren ser todos los personajes de esta novela salpicada de hallazgos. Sandro y Reno desean unir ¡°el paisaje con la velocidad y el movimiento¡±, y adem¨¢s incendiar el realismo burgu¨¦s. Algo muy propio de los futuristas, y luego, dentro de un orden comercial, de los artistas radicales de Nueva York; como tambi¨¦n del terrorismo de las Brigadas Rojas, que secuestran al hermano de Sandro, y de los j¨®venes airados de Roma. Novela, por tanto, inflamable, de personajes que quieren llamar la atenci¨®n con sus llamas, que se arriesgan, no como los ¡°que se tiraron por la casa de pap¨¢ y mam¨¢ en Park Avenue, pero no me digas que eso no lo puede hacer cualquiera¡±.
Los lanzallamas. Rachel Kushner. Traducci¨®n de Amelia P¨¦rez Villar. Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2014. 415 p¨¢ginas. 15 euros?
Haz clic aqu¨ª para comprar Los lanzallamas de Rachel Kushner.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.