Arte contempor¨¢neo para entender cinco siglos de historia
La primera edici¨®n de la Bienal Internacional de Cartagena de Indias (Biaci) gira en torno a la ciudad y al di¨¢logo con su pasado
Una muestra sobre los aparatos utilizados por la Inquisici¨®n espa?ola para torturar a sus v¨ªctimas comparte espacio en el Museo Hist¨®rico de Cartagena de Indias con tres largas mesas de madera sobre las que se apoyan cuencos, cubiertos y vasos. Los primeros son utensilios de hierro que recuerdan la monstruosidad del Santo Oficio; los segundos evocan la expulsi¨®n de los jud¨ªos de Espa?a en 1492, cuando los Reyes Cat¨®licos firmaron el Edicto de Granada, que daba a los jud¨ªos cuatro meses para convertirse al cristianismo o exiliarse. Los aparatos del horror se utilizaban en el siglo XVII y son parte de la colecci¨®n permanente del Museo de la Inquisici¨®n mientras que la instalaci¨®n -Veil of the Memory/ Prologue: The Last Supper (La ¨²ltima cena), 2014 - es una obra de la artista estadounidense Terry Berkowitz que forma parte de la primera Bienal Internacional de Arte Contempor¨¢neo de Cartagena de Indias (Biaci). Decir que pasear por las calles de la ciudad colombiana es un encuentro con el arte y la historia es, desde hace casi dos meses y hasta el pr¨®ximo 7 de abril, m¨¢s cierto que nunca.?
El reto era may¨²sculo: crear una bienal de arte contempor¨¢neo en una ciudad sin tradici¨®n de arte contempor¨¢neo. Se trataba del principal hueco en la amplia oferta cultural de Cartagena de Indias, escenario - entre otros - del Hay Festival, del Festival de Artes Esc¨¦nicas del Caribe y del encuentro de cine m¨¢s antiguo del continente, que este a?o ha celebrado su edici¨®n n¨²mero 54. Cartagena tiene muestras de casi todas las disciplinas art¨ªsticas: m¨²sica, literatura, cine, teatro. Pero no tiene un museo de arte contempor¨¢neo.?
Por eso, la primera edici¨®n de la bienal ha despertado tanta expectaci¨®n en la ciudad. Por eso y por la variedad y calidad de sus obras. Bajo el mando de Berta Sichel - directora durante casi 10 a?os del Departamento de Audiovisuales del Museo Reina Sof¨ªa de Madrid -, la ciudad ha acogido una ¡°bienal sin tema pero que juega con el concepto presencia-ausencia del pasado. El reto es c¨®mo representar el pasado a trav¨¦s del presente, a trav¨¦s del arte contempor¨¢neo¡±, explica la comisaria brasile?a.?
Es una primera edici¨®n sin tema pero s¨ª con un hilo conductor: la historia y las tradiciones de una ciudad con casi cinco siglos de antig¨¹edad. La esclavitud, el comercio, la artesan¨ªa y la relaci¨®n entre la colonia y la metr¨®poli est¨¢n en el trasfondo de muchas de las obras. ¡°No quer¨ªamos que la bienal aterrizara como algo ajeno o hecho desde fuera. Est¨¢ pensada para que las obras puedan tener un di¨¢logo con la ciudad, para que sea inclusiva¡±, dice Sichel.?
180 obras de artistas de todos los continentes intentan poner a Cartagena en el mapa art¨ªstico. Es un paso m¨¢s que sigue al estreno de la primera feria internacional de arte contempor¨¢neo de la ciudad - Art Cartagena - que se celebr¨® el pasado mes de enero y en la que participaron 15 galer¨ªas nacionales y extranjeras. A pesar de que Sichel defienda que esta es una bienal ¡°sobre todo de arte y no solo de artistas¡±, es inevitable pararse al ver en la lista de participantes nombres como el de Bill Viola - a quien el Grand Palais de Par¨ªs acaba de dedicar una retrospectiva -, Miguel ?ngel Rojas y Trisha Brown. Tambi¨¦n los de j¨®venes artistas como el espa?ol Guillermo Mora, con su escultura de pintura s¨®lida Penta Pack (2012).?
Junto a la cuidada selecci¨®n de Sichel, una parte de la muestra re¨²ne la obra de una treintena de artistas colombianos - algunos con fama internacional y otros locales - que ayuda a dibujar el panorama del arte contempor¨¢neo en el pa¨ªs. Algunos de los artistas fueron elegidos mediante una convocatoria abierta que recibi¨® m¨¢s de 400 solicitudes. As¨ª, los visitantes han podido conocer - por ejemplo - el trabajo del cartagenero Jos¨¦ Olano, que juega con el equilibrio y la inestabilidad en sus esculturas y crea tensi¨®n con objetos de la vida cotidiana.?
La humedad y el calor acompa?an al visitante en su estancia en Cartagena. Durante casi medio a?o, aparecen las lluvias. ¡°El clima ha hecho m¨¢s dif¨ªcil la organizaci¨®n: no se pueden traer todo tipo de obras [como las de papel] y la bienal tan solo puede celebrarse en una determinada ¨¦poca del a?o porque el calor es insoportable¡±, explica Natalia Bonilla, directora de la Fundaci¨®n que organiza la bienal y que se sustenta de fondos privados. Tambi¨¦n ha influido en el calendario la proximidad con la 31? Bienal de Sao Paulo, que se celebrar¨¢ entre septiembre y diciembre de este a?o.?
Entre los problemas de log¨ªstica, el principal ha sido la falta de espacios donde exponer, lo que ha despertado la imaginaci¨®n de los organizadores a la hora de encontrar lugares en la ciudad. Adem¨¢s de las cuatro sedes principales - magn¨ªficos edificios hist¨®ricos de la ciudad - y de los espacios p¨²blicos, las obras se reparten por una decena de espacios, entre ellos el interior de las murallas que rodean el Casco Hist¨®rico cartagenero. ¡°Ha sido un aut¨¦ntico reto pero tambi¨¦n una oportunidad de acercar la muestra a los habitantes de la ciudad¡±, cuenta Bonilla.
¡°Ojo pelao: pi¨¦rdele el miedo al arte¡±
El grupo de escolares que recorren el Museo Naval se detiene frente a Drive-By, el v¨ªdeo del artista estadounidense Nick Cave en el que sus coloridos soundsuits o trajes sonoros se mueven al ritmo de la m¨²sica. Es una de las obras que m¨¢s llama la atenci¨®n de los estudiantes. Como ellos, casi 2.000 j¨®venes de colegios p¨²blicos y privados han visitado la bienal con sus escuelas. Muchos llevan una carpeta de la organizaci¨®n con el t¨ªtulo ¡°Ojo pelao: pi¨¦rdele el miedo al arte¡±, que pretende acercar la muestra a los m¨¢s j¨®venes.?
¡°La gente empieza a apreciar el arte contempor¨¢neo despu¨¦s de ver. Estamos dando una oportunidad de dominar el lenguaje. Al igual que se aprenden idiomas, se aprende el lenguaje del arte contempor¨¢neo¡±, cuenta Berta Sichel.?
Adem¨¢s de la relaci¨®n con la ciudad, la formaci¨®n ha sido uno de los puntos en los que esta edici¨®n de la bienal ha querido poner mayor ¨¦nfasis. ¡°La parte buena de un p¨²blico que no tiene mucha informaci¨®n previa sobre arte contempor¨¢neo es que est¨¢n m¨¢s abiertos a la experiencia. Hay obras muy relacionadas con la vida diaria y la historia de Cartagena. Es una manera de ense?arles que tambi¨¦n se puede hablar de nuestra historia, pero de otra manera¡±, dice Rafael Ortiz, el artista colombiano encargado de esta ¨¢rea.?
Cartagena de Indias sigue sin tener un museo especializado, pero comienza a construir su propia tradici¨®n de arte contempor¨¢neo.?
Colombia y el arte m¨¢s all¨¢ del conflicto
El arte contempor¨¢neo colombiano vive un momento de vino y rosas. Adem¨¢s de la primera edici¨®n de la bienal y de la feria de Cartagena, se celebran ferias en Medell¨ªn y Cali y otras cuatro en Bogot¨¢: ArtBo (la de mayor repercusi¨®n internacional), Ode¨®n, La Otra y la Feria del Mill¨®n (donde el precio de las obras no supera el mill¨®n de pesos colombianos, unos 500 d¨®lares). Adem¨¢s, el pa¨ªs ser¨¢ el invitado en la edici¨®n de 2015 de ARCO, la feria de arte contempor¨¢neo de Madrid.
Entre la tem¨¢tica de la treintena de artistas que forman la parte colombiana de la bienal no destaca el conflicto armado que durante a?os sufre el pa¨ªs. ¡°Esta no es una exposici¨®n sobre arte pol¨ªtico colombiano. Yo no vivo aqu¨ª y me parecer¨ªa una intromisi¨®n. Hay obras cargadas de sentido hist¨®rico, pol¨ªtico y social, pero no hay panfletos¡±, explica Berta Sichel.
Miguel Gonz¨¢lez es uno de los tres comisarios de El ocioso imperfecto o cuando las cosas desaparecen junto a Gabriela Rangel y Stephanie Rosenthal, la parte colombiana de la bienal. En la conversaci¨®n con expertos bajo el t¨ªtulo Colombia Emergente, Gonz¨¢lez defend¨ªa que "Colombia es un pa¨ªs con una gran riqueza argumental: est¨¢ lleno de conflictos m¨¢s all¨¢ del conflicto armado, de etnias, de diferencias que lo hacen privilegiado en la tem¨¢tica del arte".
En la mesa tambi¨¦n intervinieron Jos¨¦ Antonio Roca, comisario de arte latinoamericano y director del espacio bogotano Flora ars+natura, el periodista y cr¨ªtico de arte Jason Edward Kaufman y Jaime Cer¨®n del Ministerio de Cultura de Colombia. Los participantes analizaron los factores que han ayudado a aupar el arte contempor¨¢neo colombiano en los ¨²ltimos a?os.
Entre los motivos que se se?alaron destaca la proliferaci¨®n de galer¨ªas y escuelas de arte en el pa¨ªs y tambi¨¦n la aparici¨®n de publicaciones especializadas. Pero, sobre todo, el creciente mercado interno en el mundo del arte. "Siempre ha habido mucha producci¨®n, poca mediaci¨®n y un mercado casi inexistente. En los ¨²ltimos a?os han crecido los intermediarios pero el nuevo jugador es el mercado, con el surgimiento de nuevos coleccionistas", explic¨® Jos¨¦ Antonio Roca. "Hay grandes colecciones en Colombia que son desconocidas, tal vez por cuestiones de seguridad. Ser¨ªa interesante que se abrieran porque puede animar a otros a seguir los mismos pasos", a?adi¨® Kaufman.
En un momento de expansi¨®n como este, surge la inevitable pregunta. ?Qu¨¦ parte de las obras est¨¢n determinadas por el mercado? "El peligro de que el mercado est¨¦ creciendo es que la producci¨®n acabe regida por este, pero creo que es algo que no va a pasar por un tiempo en Colombia, porque a¨²n no es tan fuerte como en otros pa¨ªses", opin¨® Roca.
Durante la presentaci¨®n de la bienal, Berta Sichel fue rotunda en este aspecto: "Hay artistas conocidos mundialmente pero tambi¨¦n los hay que ni siquiera tienen galer¨ªa. No pod¨ªa dejar que el mercado decidiera".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.