Petados
Qu¨¦ miedo para los que volamos que aquellos que controlan nuestra supervivencia en el aire sean conscientes de lo atormentado que est¨¢ su cerebro
En un cap¨ªtulo estremecedor de Breaking bad un hombre que ha encontrado muerta y con una jeringa clavada en el brazo a su hija decide en tiempo alarmantemente corto volver a su trabajo. Se supone que despu¨¦s de esa tragedia el padre atraviesa un estado de shock, pero ¨¦l asegura que est¨¢ en condiciones de reincorporarse a su profesi¨®n. Este se?or es controlador a¨¦reo. Y est¨¢ roto por dentro, tambi¨¦n son¨¢mbulo por exceso de dolor y estupefacci¨®n, pero se comporta con aparente normalidad. El resultado de su conmoci¨®n es que un avi¨®n se estrella. La vida de un mont¨®n de gente puede depender del estado an¨ªmico y la capacidad de concentraci¨®n de las personas que controlan el tr¨¢fico a¨¦reo.
Recuerdo a ese personaje de ficci¨®n al escuchar la venturosa noticia de que 121 colegas suyos van a ser encausados por un juez ins¨®lito, debido a aquella arrogante barbarie que cometieron en 2010 ceb¨¢ndose con 700.000 inocentes viajeros, con la gente que les esperaba, con el pa¨ªs entero de una forma u otra. No fue una huelga anunciada. Tampoco frontal, dando la cara, afrontando los riesgos. Resulta que casi todos declararon que aquel d¨ªa se hab¨ªan puesto malitos, aseguraban sufrir de ansiedad y presi¨®n psicol¨®gica. Y claro, qu¨¦ miedo para los que volamos que aquellos que controlan nuestra supervivencia en el aire sean conscientes de lo atormentado que est¨¢ su cerebro, a diferencia de aquel desgraciado padre en Breaking bad.
Intentando aplacar el encabronamiento de la gente (esta vota, luego existe para la clase pol¨ªtica), decretaron el estado de alarma y enviaron al ej¨¦rcito. El simulacro fue aparatoso, pero hasta el ciudadano con el cerebro m¨¢s leve deduc¨ªa que la salvajada de los controladores quedar¨ªa impune con el paso del tiempo. Imagino que ellos tambi¨¦n. Pero resulta que no. Que aquellas bravatas soeces de los reivindicativos h¨¦roes como ¡°el puto pa¨ªs va a petar entero¡± y ¡°lo que hay que hacer es cerrar el espacio a¨¦reo por un a?o¡±, o su tono jocoso comentando que si todo el mundo les iba a odiar por dejarlos en tierra, ese ser¨ªa exclusivo problema del mundo, tal vez ahora se torne en pavor. El odio te puede resbalar, el trullo no.
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