¡°La globalizaci¨®n y la tecnolog¨ªa han acabado con la reacci¨®n¡±
Juan Diego estrena ¡®Anochece en la India¡¯, premio al mejor actor en M¨¢laga
Juan Diego no se hab¨ªa ido, pero ha vuelto. No se hab¨ªa ido porque siempre ha estado trabajando, mezclando secundarios de televisi¨®n y cine junto con el teatro ¡ªahora mismo est¨¢ de gira con el mon¨®logo La lengua madre, de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s¡ª. Sin embargo, su premio al mejor actor en el festival de M¨¢laga con Anochece en la India (que se estrena ma?ana en salas comerciales) y su primer protagonista en la gran pantalla desde Vete de m¨ª le han devuelto a la lengua fuera: agotado, exhausto, compaginando su gira con la promoci¨®n, Diego (Bormujos, 1942) empieza a contar antes de la entrevista su odisea para cenar la noche anterior en Nar¨®n (A Coru?a) y encontrar al menos un s¨¢ndwich. Empieza la historia y cuando llega a s¨ª mismo, pone voz de Juan Diego. Y la imitaci¨®n de Juan Diego por Juan Diego tiene su aquel.
Como Ricardo, su personaje en Anochece en la India, un viejo jipi que acuerda su eutanasia en aquel pa¨ªs, el lugar donde vivi¨® sus mejores d¨ªas. Imposibilitado de cintura para abajo, Ricardo depende de una vieja furgoneta, de la amistad de los extra?os y de la mujer rumana que le cuida en su casa espa?ola. Dos continentes y varios pa¨ªses m¨¢s tarde, la cosa acaba a la tremenda. ¡°Todo lo rod¨¦ sin especialistas. Esas ca¨ªdas por las rocas del desierto son casi todas m¨ªas. Ped¨ª que me explicar¨¢n c¨®mo hacerlo y me lanc¨¦¡±. Una historia que reflexiona sobre a?orados tiempos pasados empuja a preguntar a Diego por los suyos, por aquel ni?o que descubri¨® el poder de su voz leyendo art¨ªculos de Pem¨¢n en el Abc a su t¨ªo ciego. ¡°Aquel cr¨ªo de siete a?os viv¨ªa muchas soledades rec¨®nditas. Devoraba muchos reader¡¯s digests. Bueno, de ese ni?o queda el gamberro insospechado que saco cuando viajo al extranjero. Como no me conocen, puedo cantar, pegar voces, incluso burradas como mear en la calle, lo que pone enferma a mi chica. En realidad es la necesidad de seguir vivo, de sentirme vivo¡±. ?Los hijos le hicieron m¨¢s gamberro? ¡°Bueno, el mayor tiene 44 a?os. Diego tiene 15, y no me deja hacer muchas bromas. Me para en seco. Es de una serenidad estupenda¡±.
Ser int¨¦rprete hoy es una cosa de gladiadores y de gladiadoras¡±
El actor recuerda su ¨¦poca jipi, que pronto cambi¨® por la ¡°militancia¡±. ¡°Viv¨ªamos en un pa¨ªs que te empujaba a eso. Yo ya andaba d¨¢ndole vueltas cuando unas compa?eras, Julia Pe?a y Gloria Berrocal me dieron los estatutos del partido [Comunista]. Tienes treinta y pocos a?os, ves que todo es mentira, f¨²nebre, sientes la necesidad de libertad y te haces preguntas. Entras en seminarios pol¨ªticos y ves que el mundo puede ser de otra manera¡±. ?l, que con 18 a?os ya hizo un Esperando a Godot, obra con carga pol¨ªtica. ¡°Yo no la entend¨ªa muy bien pero s¨ª sab¨ªa que ese era el teatro que quer¨ªa hacer. Que aquello golpeaba¡±. Creci¨® en las tablas y en la organizaci¨®n pol¨ªtica, lo que le llev¨® a liderar una huelga de actores en 1975: ¡°Me dejaban mensajes amenazantes en el contestador, y desde un callej¨®n vigilaba mi portal antes de acercarme. Pero la huelga se gest¨® pidiendo algo tan sencillo como un d¨ªa de descanso, que lo pon¨ªa en el Fuero de los Trabajadores firmado por Franco¡±. Hoy siente que la sociedad ha perdido la lucha. ¡°Aqu¨ª y en toda Europa. Mira c¨®mo era en el 68, ahora la vieja Europa se ha bajado las bragas. El capitalismo feroz, financiero, se empieza a gestar con la semilla del Plan Marshall, que impone ciertas condiciones. Pero hubo resistencia. La globalizaci¨®n ha impulsado la colonizaci¨®n ¡ªla tecnolog¨ªa ha ayudado acelerando el proceso¡ª y acabado con la reacci¨®n. Desaparece la fuerza del capital del trabajo¡±. En Anochece en la India, de Chema Rodr¨ªguez, a los j¨®venes rumanos solo les importa ¡°poseer una tele grande¡±.
A sus 71 a?os, Diego recuerda cuando en los rodajes ¡°se trabajaban nueve horas; hoy est¨¢s 12, 13 y parece lo normal, te lo chupas porque no te puedes negar¡±. Remata: ¡°Y siempre como si estuvieras fresco, de la primera a la ¨²ltima toma. Ser actor es como una cosa de gladiadores o de gladiadoras¡±.
El sevillano, delgado, risue?o, de actual pelo canela, asegur¨® un d¨ªa que ¡°el orgasmo es mucho m¨¢s r¨¢pido en el teatro¡±. ¡°Sigo pensando igual. Y m¨¢s desde que estoy con el mon¨®logo. Disfrutas de los gestos, de los silencios, de que la gente se r¨ªa, y despu¨¦s sufra. Te enajena la misma representaci¨®n, y te alejas del Juan Diego persona para entrar en el personaje. El placer y el dolor son infinitos, es una mezcla muy potente¡±. En cine es otra cosa. ¡°En las tablas t¨² eres el dador de energ¨ªa, tienes la libertad de crear los tiempos. Claro que he disfrutado en la pantalla, con La noche oscura, que hice de San Juan de la Cruz, con Vete de m¨ª, Los santos inocentes, La corte del fara¨®n, Jarrapellejos... mira que he hecho personajes hist¨®ricos muy potentes. Creo que mi fama de malencarado surge de esos papeles, de la huelga, de alguna que otra bronca que s¨ª tuve. Y de verdad que no tengo mala leche¡±.
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