Un ¡®vodevil¡¯ para contar el horror de los espa?oles en Mauthausen
'El tri¨¢ngulo azul' narra el horror de los republicanos en los campos de concentraci¨®n nazis La pieza retoma el personaje de Francico Boix, el fot¨®grafo espa?ol del 'lager' La obra de Laila Ripoll y Mariano Llorente se estrena el viernes en el Centro Dram¨¢tico Nacional

El prisionero austr¨ªaco se hab¨ªa escapado y ten¨ªa que pagarlo: ¡°De Mauthausen solo se sale por la chimenea¡±. Era tanto el horror que?hab¨ªan presenciado los encarcelados en el campo de concentraci¨®n, eran tantas las vejaciones, que el austr¨ªaco merec¨ªa algo especial. Fue paseado en un carrito ante 10.000 deportados al son de una banda gitana y su cuerpo permaneci¨® colgado mientras tocaban la Polca del barril de cerveza.
Informaci¨®n ¨²til
El tri¨¢ngulo azul, de Laila Ripoll y Mariano Llorente. Dirigida por Laila Ripoll. Int¨¦rpretes: Manuel Agredano, Elisabet Altube, Marcos Le¨®n, Mariano Llorente, Paco Obreg¨®n, Jos¨¦ Luis Pati?o, Jorge Varandela.
D¨®nde: Teatro Valle-Incl¨¢n, Sala Francisco Nieva. Plaza de Lavapi¨¦s s/n, Madrid.
Cu¨¢ndo: del 25 de abril al 25 de mayo, de martes a s¨¢bado a las 19:00, domingo a las 18:00.
Cu¨¢nto: entre 18 y 24 euros.
As¨ª lo cont¨® Francisco Boix, el ¨²nico prisionero espa?ol que declar¨® en los Juicios de N¨²remberg. As¨ª lo atestiguaba el pu?ado de fotograf¨ªas que logr¨® salvar del campo para dar cuenta de la barbarie cuando el r¨¦gimen nazi trataba de negarlo todo. Y as¨ª lo recuerda El tri¨¢ngulo azul, la obra escrita por Laila Ripoll y Mariano Llorente, dirigida por la autora que se estrena el viernes en el Teatro Valle-Incl¨¢n de Madrid. La producci¨®n del Centro Dram¨¢tico Nacional es un homenaje a los m¨¢s de 7.000 republicanos espa?oles que acabaron en Mauthausen (10.000 en todos los campos), despojados de su nacionalidad por el r¨¦gimen franquista y entregados a los alemanes por el general P¨¦tain despu¨¦s de haber huido a Francia. Esta la primera aproximaci¨®n teatral a esta oscura ramificaci¨®n de la Guerra Civil espa?ola.
¡°Si alguien tiene dudas de que acabaron all¨ª por Franco, son malintencionadas. Nosotros lo contamos tal y como lo dijeron los alemanes¡±, explica Ripoll. El SS August Eigruber lo explic¨® claramente en su discurso del 27 de junio de 1941: ¡°Ofrecimos estos [entonces solo] 6.000 espa?oles al jefe del Estado Franco, el caudillo espa?ol. Rehus¨® y declar¨® que nunca admitir¨ªa a esos espa?oles rojos que lucharon por una Espa?a sovi¨¦tica¡±. Los combatientes republicanos adquirieron entonces el estatuto de ap¨¢tridas. En los campos se les distingu¨ªa por el tri¨¢ngulo azul de los sin tierra al que se le bord¨® la letra S de Spanier, espa?ol.
Eran unos prisioneros m¨¢s. Obligados a cargar con piedras de 40 kilos de peso arriba y abajo por los 186 escalones de la cantera. Alimentados con sopa de nabos ma?ana, tarde y noche. Hacinados en los barracones. Sometidos a las 35 formas de morir en Mauthausen que recogi¨® el preso Ernst Martin, la principal preocupaci¨®n de Ripoll al llevar el tema a escena: ¡°De campos de concentraci¨®n hemos visto mil pel¨ªculas. Pero a ver c¨®mo hablas [en teatro] del crematorio, de la valla electrificada, de los comidos por los perros. A ver c¨®mo hablas del horror¡±.
V¨ªdeo promocional de 'El tri¨¢ngulo azul', de Laila Ripoll y Mariano Llorente.?
La soluci¨®n, en El tri¨¢ngulo azul, pasa por el humor negro. La risa de Francisco Boix como defensa ante el sonido de los disparos y los gritos. Y el logro ins¨®lito de los espa?oles: representar en 1942 una revista de variedades llamada El raj¨¢ de Rajaloya, mencionada en el libro de Montserrat Roig, Los catalanes en los campos nazis. En la obra de Ripoll las coplas sobre las noches de Arabia se sustituyen por la Canci¨®n de la valla electrificada, la Canci¨®n del crematorio, el pasodoble de los triangulitos de colores¡ El infierno al que ser¨ªa imposible asomarse sin distancia. El mismo recurso utilizado, por ejemplo, en la novela gr¨¢fica Maus de Art Spiegelman, donde los nazis son gatos y los jud¨ªos, ratones.
Las fotograf¨ªas tomadas por Boix y otro prisionero, Antoni Garc¨ªa, sirven de hilo conductor, de horizonte est¨¦tico y de recurso visual. Ambos trabajaron en el servicio de identificaci¨®n del campo, administrado por el viejo SS Paul Ricken y dedicado a registrar el d¨ªa a d¨ªa de los prisioneros. Pero tambi¨¦n a los visitantes ilustres: por all¨ª pasaron Himmler, el gobernador de Linz, el general de las SS Erns Kaltenbr¨¹nner¡ Gracias a las fotos se pudo demostrar en juicio su participaci¨®n consciente en las matanzas de los campos. Gracias a Francisco Boix y a Antoni Garc¨ªa. Gracias al plan del primero para sacar las fotograf¨ªas del campo y salvarlas de la destrucci¨®n de pruebas que narr¨® Lloren? Soler en su documental Francisco Boix, un fot¨®grafo en el infierno (2000) y el libro de Benito Bermejo Francisco Boix: El fot¨®grafo de Mauthausen (2002).
El fondo fotogr¨¢fico del catal¨¢n es propiedad de la Amical de Mauthausen, asociaci¨®n con m¨¢s de 600 miembros que agrupa a los deportados republicanos de los campos de concentraci¨®n del nazismo y sus familiares. Rosa Tor¨¢n, historiadora y miembro de la Amical, aprecia el esfuerzo de Ripoll y Llorente para ¡°dar a conocer al gran p¨²blico esta historia¡±, pero no espera nada de las autoridades. Aunque en la Ley de Memoria Hist¨®rica se reconoce a exiliados y deportados, Tor¨¢n critica la falta de reconocimiento institucional. En septiembre de este a?o el relator especial de Naciones Unidas para la promoci¨®n de la Verdad, la Justicia y la Reparaci¨®n, Pablo de Greiff, publicar¨¢ un informe sobre la situaci¨®n de las v¨ªctimas del franquismo. La Amical espera que el documento aclare definitivamente ¡°el conocimiento efectivo de la situaci¨®n de los prisioneros por parte de las autoridades espa?olas¡±. Poco m¨¢s.
Ripoll comparte la cr¨ªtica de Tor¨¢n, pero no su tono resignado. La directora y dramaturga se enciende al recordar sus viajes por el sur de Francia: ¡°Hace poco he estado en Lyon, en el Museo de la Deportaci¨®n, y me daba envidia. C¨®mo tienen a sus h¨¦roes, ?leche, a sus h¨¦roes! Nosotros los hemos ido dejando morir como sociedad¡±. Pocos ver¨¢n este reconocimiento. El 5 de mayo de 1945, 2.184 supervivientes espa?oles saludaron a los libertadores americanos que llegaron a Mauthausen. Tor¨¢n estima que en Espa?a solo quedan vivos tres exdeportados. ¡°Siendo muy generosos, yo dir¨ªa que 20 en todo el mundo¡±.
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