Raimon, el cantante inc¨®modo
Su alejamiento de la independencia de Catalu?a salpica su tanda de recitales en el Palau de la M¨²sica
La expresi¨®n sonora de la cultura catalana, sin excluir su diversidad, se parece mucho a Raimon. Su poderosa canci¨®n Al vent, que ahora cumple 55 a?os, sacudi¨® el panorama musical pese a su sencillez (tres acordes). Cuando la cre¨® ten¨ªa 19 a?os y ni siquiera se llamaba Raimon. Era Ram¨®n Pelegero Sanchis, de X¨¤tiva, nacido en el a?o 40 y estudiante de Historia en la Universidad de Valencia. Le gustaban los Everly Brothers, Nat King Cole, Mina y The Beatles. Un d¨ªa, yendo de paquete en la Vespa de un amigo a Valencia, le daba el viento en la cara y en la cabeza le herv¨ªan Camus y Sartre. Al final del trayecto la canci¨®n estaba hecha. Hab¨ªa condensado una furia de siglos, hombres y minerales en la m¨²sica y la letra. Era un himno tan potente que resquebraj¨® la costra que apresaba a varias generaciones. Su aullido sobresalt¨® a la dictadura y todav¨ªa ahora resulta inquietante para muchos gobernantes.
Pero aunque sus canciones espolearon el proceso de recuperaci¨®n democr¨¢tica (incluso m¨¢s all¨¢ de las fronteras ling¨¹¨ªsticas) y se convirtieron en santo y se?a de la reivindicaci¨®n identitaria de catalanes, valencianos y baleares, su aportaci¨®n como m¨²sico y cantante (no le gusta la palabra cantautor: ¡°Nunca he sido un predicador¡±) est¨¢ muy lejos del clich¨¦ en que se le quiere recluir como si se tratara de una arqueolog¨ªa museizable. Aparte de su aportaci¨®n como difusor de la obra de Asusias March y Salvador Espriu (fue el primero en musicar poetas), en su ya larga trayectoria sus m¨²sicas y letras, fueran de amor o de lucha, se han ido haciendo m¨¢s variadas, complejas y sabrosas, abonando su vigencia como cl¨¢sico homologable a L¨¦o Ferr¨¦, Jacques Brel o George Brassens.
A Raimon, que ha logrado ser internacional cantando en valenciano (es como se le llama al catal¨¢n en Valencia), le han ofrecido cantar en espa?ol y en franc¨¦s, con mucho dinero de por medio, pero nunca le ha interesado. Nunca cant¨® en salas de fiesta o night clubs, que es donde se ganaba dinero, y tuvo que inventarse su oficio. Como la met¨¢fora de su primera canci¨®n, ha recorrido todo su camino contra el viento. Y ha tenido que asumir las consecuencias: ¡°Si quieres tener criterio propio e intentas ser libre, tienes que pagar un peaje¡±. Ha tenido que bregar contra la instrumentalizaci¨®n a la que quisieron someterle los pol¨ªticos durante la Transici¨®n y contra la negaci¨®n a la que lo quiere condenar el PP en Valencia, en cuyo circuito p¨²blico de teatros se le rechaza con insistencia, como si todav¨ªa viviera el difunto. Raimon es consciente de que es ¡°un personaje inc¨®modo¡± porque si est¨¢ de acuerdo dice que s¨ª y si no lo est¨¢ dice que no.
Ese mismo car¨¢cter lo acaba de convertir en protagonista involuntario del debate independentista que sacude Catalu?a, cuando en una entrevista en Catalunya R¨¤dio con motivo de los cuatro recitales del Palau de la M¨²sica de Barcelona que inicia este jueves, dijo que no era independentista. Que le incomodaba el debate por la desinformaci¨®n que lo envuelve y por las consecuencias que podr¨ªa tener para la Comunidad Valenciana, donde el anticatalanismo es la f¨®rmula magistral que emple¨® la derecha franquista para blanquear su negro pasado y a la que recurre la contempor¨¢nea para tapar la corrupci¨®n y la met¨¢stasis judicial en la que se encuentra el PP.
Su opini¨®n ha marcado un antes y un despu¨¦s en el debate catal¨¢n y ha tenido algunos efectos secundarios en su clientela sociol¨®gica, como los tuvo cuando particip¨® en el concierto de homenaje a Miguel ?ngel Blanco (asesinado por ETA en 1997) en la plaza de Las Ventas junto a Raphael y Julio Iglesias y cant¨® El Pa¨ªs Basc bajo un chaparr¨®n de intransigencia. Ahora vuelve al Palau de la M¨²sica para hacer un recorrido por toda su riqueza creativa, sin nostalgias y con el clima menos propicio. Como siempre, contra el viento.
Babelia
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