Miyazaki
Miyazaki y sus colegas de estudio son considerados los profetas de un g¨¦nero que ha servido para instalar la imaginer¨ªa japonesa en el subconsciente colectivo
No parece raro que el director de dibujos animados japon¨¦s Hayao Miyazaki haya elegido hacer una pel¨ªcula como El viento se levanta para cerrar su carrera. Basado en una pieza del escritor Tatsuo Hori alrededor de uno de los m¨¢s destacados ingenieros de la aviaci¨®n japonesa, Jiro Horikoshi, creador del caza A6M Zero m¨ªtico avi¨®n de guerra de la Mitsubishi, la pel¨ªcula es un melodrama que da pie a emociones desatadas, con esos ojazos desbordados de l¨¢grimas de la animaci¨®n japonesa. Enclavada en el tiempo entre dos cat¨¢strofes, un terremoto en la regi¨®n de Tokai y los bombardeos nucleares de la aviaci¨®n estadounidense sobre Hiroshima y Nagasaki, la pel¨ªcula habla del ingenio utilizado para la destrucci¨®n, de la vida personal exprimida por un oficio y el legado imaginativo como ¨²nico regalo de una persona con talento a la sociedad. En el fondo podr¨ªa considerarse una autobiograf¨ªa contada por una persona interpuesta. Adem¨¢s, el padre de Miyazaki tambi¨¦n trabaj¨® en la empresa aeron¨¢utica en aquellos a?os.
El ¨¦xito de la pel¨ªcula, que roza los 150 millones de d¨®lares recaudados en el mundo y ha capitaneado muchas de las competiciones de cr¨ªticos, da idea de la importancia que Miyazaki ha tenido en la consolidaci¨®n del g¨¦nero japon¨¦s de la animaci¨®n. Su estudio Ghibli en Tokio, que es tambi¨¦n un coqueto parque recreativo, se conoce por pel¨ªculas como La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro o Porco Rosso. Aunque su ¨²ltima pel¨ªcula ha causado cierta controversia en Jap¨®n, donde el posicionamiento cr¨ªtico ha sido tildado de antipatriota, nada puede evitar que Miyazaki y colegas de estudio, como Isao Takahata, sean considerados los profetas de un g¨¦nero que ha servido para instalar la imaginer¨ªa japonesa en el subconsciente colectivo.
Los espa?oles sabemos de Miyazaki desde los tiempos de Heidi, cuando un serial infantil alcanz¨® la categor¨ªa de historia e histeria colectiva. La incre¨ªble personalidad del cine japon¨¦s a lo largo del tiempo, desde los cl¨¢sicos inmortales hasta la animaci¨®n contempor¨¢nea, es un cuento que explica la importancia de poseer una industria audiovisual consolidada frente a pa¨ªses sin esa potencia. Los versos de Paul Val¨¦ry, que dan t¨ªtulo a la pel¨ªcula de Miyazaki, enlazan con la misma idea: El viento se levanta, habr¨¢ que intentar vivir.
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