Gulliver con nariz de salchicha roja
V¨ªctor Castillo presenta una exposici¨®n en Blokker Gallery que reubica la obra de Jonathan Swift en su peculiar mundo art¨ªstico
Frente al espejo. As¨ª comenz¨® el mundo m¨¢gico del artista V¨ªctor Castillo (Santiago de Chile, 1973). Como una Alicia, frente a un espejo que le iba a mostrar maravillas. Aunque lleg¨® a ¨¦l en el "peor momento de su vida", con la sensaci¨®n de que todo, "el mundo, los pol¨ªticos, las personas, yo mismo", era una mentira. Pero de pronto vio el rostro. Bello e inquietante a un tiempo. La tez p¨¢lida, los ojos rasgados, sonrisa a medio abrir, de Mona Lisa, y una gran nariz roja con forma de salchicha. Ese rostro que visten todos sus personajes y que ahora cede a las sard¨®nicas aventuras creadas por Jonathan Swift (Dubl¨ªn, 1667-1745) en Los viajes de Gulliver.
Dos cuadros de gran formato, y una serie de 20 dibujos en blanco y negro y postales a color componen Strange Fiction, su exposici¨®n creada para la galer¨ªa Blokker de Madrid que le ha llevado unos cuatro meses de trabajo. Y que el artista ve como un pr¨®logo de un plan muy ambicioso: "Quiero ilustrar la obra entera. Llevaba un tiempo pensando en inspirarme en los cuentos, en la literatura y en Gulliver he encontrado una sinton¨ªa total con mi obra. Lo grande y lo peque?o, el humor, el erotismo, la fantas¨ªa. Todo casa perfectamente conmigo".
En esta primera aproximaci¨®n, Castillo se ha quedado precisamente en lo grande y lo peque?o, Lilliput, donde Gulliver es gigante entre enanos, y Brobdingnag, donde sucede justo lo opuesto. Jugando al contraste, las dos obras de mayor formato se ambientan en Brobdingnag, mientras que las peque?as postales muestran estampas de los sucesos en Lilliput: la llegada cual Godzilla a la costa, provocando un tsunami o el inolvidable m¨¦todo empleado por Gulliver para acabar con un incendio: orinar sobre las llamas.
Precisamente el Swift m¨¢s grotesco, el del gigantesco pez¨®n, la orina o los excrementos ha sido suavizado por Castillo. "Pens¨¦ en mantener estas escenas. Pero luego cambi¨¦ de idea porque lo que buscaba en esta muestra era la seducci¨®n, no el rechazo. Por eso renunci¨¦ a lo grotesco".? No as¨ª su sensualidad, que impregna, desde esas omnipresentes narices salchicha, toda la exposici¨®n. "Uno de mis momentos favoritos sucede cuando se encuentra con esta ni?a gigante con la que establece un v¨ªnculo muy tierno, casi rom¨¢ntico. Tambi¨¦n cuando esa doncella del rey, la m¨¢s bella del reino, lo desnuda y luego lo apechuga entre sus pechos y casi lo ahoga con su pez¨®n". Esta ¨²ltima escena cobra vida en la muestra con un dibujo.
Este gusto por lo sensual y lo tierno, por lo bello y fantasioso, es un cambio de rumbo grande para un artista que siempre ha defendido que el fant¨¢stico no pod¨ªa ser mero nihilismo, sino un trampol¨ªn para un arte pol¨ªtico y m¨¢s reflexivo. "Tanta cr¨ªtica tambi¨¦n cansa [r¨ªe]. Aunque lo uno no quita lo otro. Lo veo como una v¨ªa paralela". El t¨ªtulo de su anterior exposici¨®n, Pure Pleasure, lo dejaba claro. "Cuando hablas de un mundo que est¨¢ siempre enfermo, acabas por sentirte enfermo tambi¨¦n. Quer¨ªa recordar que el mundo es bello, que vale la pena y que tiene un sentido". ?
Quer¨ªa recordar que el mundo es bello, que vale la pena y que tiene un sentido
En el futuro de Castillo, en el que el deseo de hacer cine brilla cada vez con m¨¢s intensidad, de trasladar su visi¨®n a las dimensiones de lo real, seguir¨¢ habiendo erotismo, humor, fantas¨ªa y pol¨ªtica. Y tambi¨¦n Gulliver y sus aventuras: "Me apetece mucho ilustrar las escenas con los caballos [el cuarto y ¨²ltimo viaje al pa¨ªs de los?Houyhnhnms]. Hay una escena muy bella en la que Gulliver aclara una confusi¨®n a sus anfitriones: ellos creen que las ropas del visitante son su piel y Gulliver se quita las prendas para probarles que no es as¨ª, fascin¨¢ndolos. Es una escena como muy er¨®tica, pero con caballos. Muy bonita".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.