La pianista que danza sobre la m¨²sica
Yuja Wang es una de las grandes estrellas mundiales del teclado. La int¨¦rprete china protagoniz¨® hace unos d¨ªas un nuevo encuentro del ciclo ¡®Visionarios¡¯, un ambicioso debate de creadores promovido por EL PA?S, la Cadena SER y Banco Sabadell
Yuja Wang (Pek¨ªn 1987) tiene el aspecto de una bailarina punk con su pelo corto y rebelde y su vestido negro, y chaqueta del mismo color, y alt¨ªsimos tacones. Y cuando toca el piano sus dedos se deslizan como si bailaran encima de las teclas, sensibles ante el romanticismo del vals de Chopin, en¨¦rgicos ante una interpretaci¨®n de jazz con Tea for two y apasionados al abordar las ra¨ªces de la m¨²sica cl¨¢sica que arraiga con Espa?a con Carmen de Bizet.
A sus 27 a?os, la pianista es una de las sensaciones de la escena de la m¨²sica cl¨¢sica, una figura capaz de atraer nuevo p¨²blico e inspirar vocaciones. Ella fue la protagonista ayer de la segunda entrega del ciclo Visionarios patrocinado por el Banco Sabadell, en un di¨¢logo con los periodistas Jes¨²s Ruiz Mantilla, de EL PA?S, y Javier del Pino, de la cadena SER, llevado a cabo en el auditorio 400 del Museo Reina Sof¨ªa.
Que sus dedos dancen le viene de familia y precisamente con su ni?ez en China y su primer recuerdo del instrumento con el que crea magia, entonces ¡°como un enorme juguete¡±, comenz¨® la conversaci¨®n, dentro de estos encuentros que persiguen un contacto fresco con el mundo de las ideas, de la creatividad y del cambio. Presentada por Ruiz Mantilla como ¡°una artista fundamental y uno de los l¨ªderes dentro de un mundo que se considera cerrado y ortodoxo y que gracias a personas como ella abren fronteras¡± Wang rememor¨® c¨®mo lo suyo empez¨® como una carrera frustrada de bailarina, la profesi¨®n de su madre, al ser ¡°demasiado perezosa¡±. Con el regalo de interpretaciones al piano intercaladas con la charla, rindi¨® un homenaje al baile con Petrushka, de Stravinski. Y las manos se comportaron de nuevo como pasos de ballet.
La artista convoca a nuevos p¨²blicos e inspira a j¨®venes m¨²sicos en su pa¨ªs
Risue?a, coqueta, amante confesa de la moda y de una determinada est¨¦tica que hace que se alce m¨¢s de una ceja y que rompe los patrones al uso de la m¨²sica cl¨¢sica, a los 14 a?os sali¨® de su pa¨ªs para formarse como pianista; su primer viaje fue a Calgary (Canad¨¢). ¡°Aquello fue crucial, un momento en que, de tan joven, ni siquiera sab¨ªa el significado de la soledad¡±. Wang regres¨® ocho a?os despu¨¦s a China triunfal de la mano de Claudio Abbado, y, como se volvi¨® a recordar en la charla, son infinitas las fronteras que ha cruzado desde entonces, y no solo f¨ªsicas. Treinta millones de chicos estudian piano bajo su inspiraci¨®n en China, apunt¨® Ruiz Mantilla. Y los visionados de los v¨ªdeos de sus interpretaciones traspasan r¨¦cords en Internet.
Ahora la joven reside en Nueva York, donde un problema con los vecinos no se ha debido a los ensayos, sino que fue ¡°por una fiesta, un accidente¡±, Wang cont¨® divertida, se mostr¨® sorprendida ante la afirmaci¨®n de que ella es como una estrella de rock en China. ¡°?Es bueno saberlo!¡±, rio. Si la pianista considera que el m¨²sico jam¨¢s es lo suficientemente bueno en su arte, fue sencilla su respuesta interrogada por Ruiz Mantilla sobre los nuevos espacios que abre con sus interpretaciones. Wang apuesta por la diversidad y la creatividad, por compartir el gozo que para ella significa tocar el piano. ¡°Estos son nuevos tiempos, pero a un artista no se le debe encasillar¡±.
Babelia
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