Cr¨ªos
Lo ¨²nico que s¨¦ de los coches es que te llevan donde quieres ir. Su atractivo, para m¨ª, comienza y termina ah¨ª
Lo ¨²nico que s¨¦ de los coches es que te llevan donde quieres ir. Su atractivo, para m¨ª, comienza y termina ah¨ª. Fiel en casi todo al principio existencial de aquel ser tan misterioso, vegetativo y tr¨¢gico que imagin¨® Melville y llamado Bartleby, cuando mi familia me aconsej¨® que aprendiera a conducir respond¨ª: ¡°Preferir¨ªa no hacerlo¡±. Y as¨ª hasta ahora. O sea, que me lleven. Y recuerdo la seguridad de muchos adolescentes de mi ¨¦poca en que poseer un coche ayudaba a ligar, que te hac¨ªa sentir libre y no s¨¦ cuantas cosas m¨¢s. Despu¨¦s descubr¨ª que los coches pod¨ªan simbolizar el estatus social, causar la envidia de los vecinos, ser un certificado de ganadores y perdedores. Y tambi¨¦n me he encontrado a gente extra?amente normal para la que el coche no representaba cosas raras y lustrosas, sino algo simplemente necesario para su vida y su trabajo.
Aunque no conduzca he sido testigo de gente que se transforma para mal cuando pillan el volante. O, a lo peor, es que son as¨ª en su vida cotidiana. Tarados arrogantes, tipos chungos, un reflejo de su actitud ante las personas y las cosas. Pero disponiendo de un pavoroso instrumento de muerte que no solo puede causar la suya (a lo mejor exista cierta justicia po¨¦tica en ello), sino tambi¨¦n la de otros, de inocentes a los que la barbarie env¨ªa al otro barrio o les convierte en lisiados.
No habiendo posado jam¨¢s mis manos en un volante no puedo sentirme culpable de haber expuesto a la muerte a otros. Pero s¨ª recuerdo con escalofr¨ªo retrospectivo haber sido acompa?ante bastantes veces en los viejos tiempos de gente que conduc¨ªa puesta hasta arriba, o solo puesta, de alcohol y de otras variadas sustancias. Yo tambi¨¦n, por supuesto. O sea, que de alguna forma era c¨®mplice pasivo de las tragedias que hubieran podido provocarse.
?Por qui¨¦n doblan las campanas?, se preguntaba John Donne. Ahora lo est¨¢n haciendo por cinco cr¨ªos. De acuerdo, es muy triste palmarla cuando no deseas largarte de este mundo. Pero es a¨²n m¨¢s horroroso cuando eso le ocurre a personas muy j¨®venes, que ya no podr¨¢n disfrutar de todas las cosas buenas que la vida les podr¨ªa ofrecer. El accidente de Extremadura causa luto a cualquiera con un poco de coraz¨®n. Y qu¨¦ tormento interior le espera al que conduc¨ªa colocado. Si no es una bestia.
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