El gran consentido
?Adoro este pa¨ªs! Est¨¢ lleno de gente que mira pero no ve. Como ese caballero que gritaba en Gran V¨ªa: ¡°?D¨®nde est¨¢ la crisis? Los restaurantes no dan abasto y no te puedes sentar en una terraza¡±.
No hay pobres: son inventos de la izquierda demag¨®gica. Spain is different. Aqu¨ª, los muertos, incluso los de peor aspecto, adquieren instant¨¢neo olor a santidad. En Espa?a, Cobain hubiera fallecido por accidente con arma de caza. ?Janis? Exceso de medicaci¨®n. ?Seymour Hoffman? Culpemos a la soledad.
?No lo creen? Al hijo de la folcl¨®rica ¡°se le parti¨® el coraz¨®n¡± tras morir la mamma. El cantante emotivo que apareci¨® cad¨¢ver en Malasa?a era ¡°un enfermo¡±. Los ca¨ªdos por el sida sufren una misteriosa ¡°larga y penosa enfermedad¡±. Ese proceso de beatificaci¨®n autom¨¢tica reaparece en la artificial controversia generada alrededor del documental sobre Antonio Vega. La familia anda indignada con el montaje final de Tu voz entre otras mil, las im¨¢genes de Las Barranquillas y dem¨¢s.
Entiendo la frustraci¨®n de los Vega, que han colaborado con el proyecto, incluso cediendo sus filmaciones en Super-8; la madre es la figura m¨¢s atractiva de la cinta. Pero, cuando te pones en manos de un bi¨®grafo, est¨¢s aceptando su visi¨®n personal. La libertad de expresi¨®n y todo eso.
No detecto sensacionalismo en la pel¨ªcula de Paloma Concejero. Al contrario: se ha embellecido la vida de Antonio, con abundantes tomas de playas, monta?as, nieve. Quienes conocieron su cotidianeidad podr¨ªan aportar vivencias descarnadas, deprimentes, crueles.
Preguntan los seguidores: y eso ?ser¨ªa importante? Ciertamente, si aceptamos que las canciones reflejan la biograf¨ªa: 35 a?os marcados por la b¨²squeda de hero¨ªna, un estilo de vida elegido racionalmente. Eso explicar¨ªa el encogimiento de sus ¨¢lbumes, cada vez con menos composiciones propias. O la participaci¨®n en discos de bajo vuelo. Algunos m¨²sicos hablan maravillados de que entraran en su banda sin ser probados. Otra lectura es que buscaba determinado tipo de persona, no un sonido espec¨ªfico. Y eso desemboc¨® en la creciente estandarizaci¨®n de su m¨²sica.
Antonio era el gran consentido: sab¨ªa manipular a amigos, disqueros, productores, fans, periodistas, editores musicales. Todos le consent¨ªan hasta que se pasaba de la raya. Pero durante a?os bailaron a su son, deslumbrados por estar en presencia de un creador inefable.
Era un superviviente. Modulaba su mensaje seg¨²n qui¨¦n ten¨ªa delante. En Tu voz¡asombra el contraste entre el tono barriobajero de algunas declaraciones y su origen social. En el escenario, hac¨ªa chistes de pijos, como la bromita con la sexualidad de Antonio Gala.
Como a la mayor¨ªa, le aterraba su mortalidad. ?Justifica eso la negativa a visitar a su querida Marga, mientras agonizaba tres semanas en el hospital? Nadie lo plantea en la pel¨ªcula, que conscientemente evita las sombras. Antonio, como cualquiera de nosotros, pod¨ªa ser malvado, est¨²pido, arrogante, tramposo. Era un superviviente y todav¨ªa hay qui¨¦n argumenta que los opi¨¢ceos nada tuvieron que ver con su deceso.
Tu voz¡ es respetuosa y melanc¨®lica, jarabe f¨¢cil de tragar. Encontrar¨¢n personajes memorables, a¨²n conmocionados por su contacto con un artista superior. Pero tambi¨¦n momentos hilarantes: se discute sobre asunto tan bizantino c¨®mo qui¨¦n introdujo a Antonio en el jaco (?como si no estuviera predestinado a conocer los para¨ªsos artificiales, igual que tantos coet¨¢neos!).
Con todo, los benditos que idealizan a sus ¨ªdolos har¨ªan bien en alejarse. Nada de lo que sale en la pel¨ªcula, que se estrena el viernes 16, servir¨¢ para reforzar su superioridad moral: no encontrar¨¢n mezquindad, morbo o carro?eo. Podr¨¢n seguir en el reba?o de los felices creyentes en que los ni?os vienen de Par¨ªs.
Babelia
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