Eels, ¡®The cautionary tales of Mark Oliver Everett¡¯
Por fin nos rendimos a la evidencia: a Mr E, se le han acabado las historias de s¨ª mismo que contar. Todo lo que cuenta aqu¨ª ya lo hab¨ªa contado, pero mejor
Ya est¨¢. Ya fue. De hecho, hace tiempo que se acab¨®. Pero sea por nostalgia, por empecinamiento, por cari?o, por desidia, por cobard¨ªa o, simplemente, por inercia, nos ha costado asumirlo. Se nos acab¨® Mark Oliver Everett como autobi¨®grafo universal, como gran constructor de melod¨ªas, deconstructor de emociones, ensayista pop, gran maestro de la iron¨ªa dram¨¢tica, barbudo ilustrado.
Hace ya bastantes discos que viene sucediendo, pero es en este, en su disco n¨²mero 11, cuando se pone demanifiesto que el rey lleva desnudo mucho tiempo, y no hay nada malo en ir por la vida en pelotas (es antihigi¨¦nico, pero oiga¡). El problema es que Eels ya no tiene cuerpo para eso.
T¨ªtulo:?¡®The cautionary tales of Mark Oliver Everett¡¯
G¨¦nero: pop
Sello: E Works/Vagran
A?o: 2014
Puntuaci¨®n: Dos estrellas.
?Todo en The cuationary tales¡ suena a algo ya visto, pero no solo ya visto en los dem¨¢s, sino mucho peor, algo ya visto en el propio Everett. El nivel de autoplagio llega a niveles casi sonrojantes. No es un disco, es un espejo. Desde Where I am at, que parece empezar como Grace Kelly¡¯s Blues hasta que te das cuenta que es Grace Kelly Blues, pero no es tan buena como Grace Kelly Blues. De hecho, no es Grace Kelly Blues.
?Ha quedado claro? O Agatha Chang, que podr¨ªa ser Elizabeth on the bathrooom floor, pero en el suelo de este ba?o ya no hay una hermana suicida, sino, simplemente, un palmo de mierda. Where i¡¯m from es Railroad man. Casi. Todos somos hoy una versi¨®n peor de lo que fuimos.
En cierto modo, este disco es un poco como el ¨²ltimo de Beck: un ¨¢lbum creado por un se?or que ya no tiene mucho m¨¢s que decir, pero que recuerda que una vez encontr¨® una forma de decirlo que funcion¨®. Pero cuando eres Beck, o incluso Mark Oliver Everett la forma jam¨¢s llega si el fondo no colabora. Por eso es tan frustrante ir pasando piezas en este largo. Todo es previsible, todo se ha escuchado ya, todo te lo han dicho antes y mejor. Tal vez a Everett se le acab¨® aquella vida que nos contaba, tal vez simplemente se le acabaron las ganas o el talento para encontrar formas interesantes de contar lo importante y ahora solo encuentra f¨®rmulas manidas para describir lo irrelevante.
Y esto podr¨ªa ser un bache en una brillante carrera, sino fuera porque una de las grandes maldades de este disco no es solo que es una decadente y vacua letan¨ªa, sino que te hace pensar que igual Wonderful glorious era un regular disco de rock manido y no ese soplo de aire fresco que pensabas, que la trilog¨ªa de discos que le precedieron no fueron tres obras con una identidad propia sino una ensayo de transici¨®n hacia el ocaso. Visto lo visto, pues, es posible que ya nada bueno vuelva a suceder en los lanzamientos de Eels. Ya dio todo lo que ten¨ªa. Fue mucho y bueno. Solo le queda tratar de ser otro, pero es complicado que siendo otro logre ser tan bueno como siendo ¨¦l fue.
Valoraci¨®n: 0 ABERRANTE, el mundo ser¨ªa mejor sin ¨¦l; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordar¨¢ de ¨¦l; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un ¨¦xito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un mill¨®n.
Babelia
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