¡°Hay que enfrentarse a los miedos para evitar ser sus prisioneros¡±

¡°Mam¨¢, tengo miedo hasta en los huesos'. Cuando un ni?o hace una afirmaci¨®n de este tipo es que este sentimiento puede con ¨¦l y lo mejor es que aprenda a enga?arlo¡±. El fil¨®sofo Jos¨¦ Antonio Marina (Toledo, 1939) lo explica en su libro Los miedos y el aprendizaje de la valent¨ªa (Ariel), en el que se recoge un estudio de los diferentes tipos de miedos que existe desde la infancia a la madurez. Marina es partidario de la educaci¨®n emocional para que el ni?o adquiera buenos h¨¢bitos y sepa manejar las emociones. ¡°Existen miedos que no son malos porque nos avisan del peligro y nos sirven de ayuda y en cambio hay otros que nos obstaculizan y perjudican el desarrollo personal. Estos ¨²ltimos son nuestros enemigos y hay que declararles la guerra y enfrentarse a ellos para evitar que nos hagan sus prisioneros¡±, puntualiza el escritor.

En la infancia es frecuente que aparezcan los miedos una vez que desaparece la luz, en otras ocasiones los adultos los transmitimos casi sin darnos cuenta. ¡°Los miedos se copian, los adultos tratan de no transmitirlos pero los m¨¢s peque?os aprenden de aquello que les narramos en los cuentos, de lo que ven en las im¨¢genes de televisi¨®n o en los juegos de Internet. Los adultos tratan de ser demasiado protectores y esa sobreprotecci¨®n impide que aprendan a enfrentarse a situaciones de verdadero peligro¡±, se?ala el profesor.

El miedo, seg¨²n Marina, ¡°nos impide disfrutar de las cosas, tomar decisiones e incluso nos llega a paralizar el coraz¨®n. A los ni?os hay que acompa?arles y ense?arles a superarlo porque el miedo nos muestra el camino al peligro. Hay que tener en cuenta que hay peligros reales y otros irreales, los que crea la mente, que nos pueden llevar a la angustia y resultar destructivos para el ser humano¡±. En el libro, el autor traza una especie de mapa de los miedos y ense?a cu¨¢les son y el modo para enfrentarse a ellos o c¨®mo nos gustar¨ªa plantarles cara.

Este catedr¨¢tico, que ha dedicado muchos a?os a investigar sobre la inteligencia y los mecanismos de la creatividad, confiesa no haber sido miedoso nunca. De ni?o viv¨ªa en un gran caser¨®n en Toledo por lo que ten¨ªa que atravesar largos pasillos y escaleras interminables para ir de un lugar a otro de la vivienda. Recorrerlos en la oscuridad resultaba algo normal para ¨¦l. ¡°Los ni?os de mi ¨¦poca ten¨ªamos menos miedos que ahora. Viv¨ªamos en la calle porque los ¨¢rboles, las piedras o las murallas eran nuestros lugares de juego y nunca ve¨ªamos el peligro. Ahora, los m¨¢s peque?os tienen una protecci¨®n exagerada y eso les hace m¨¢s vulnerables¡±. El fil¨®sofo, autor de una numerosa bibliograf¨ªa, propone en su libro crear un proyecto para vivir con valent¨ªa y explica los m¨¦todos que existen para enfrentarse a los miedos en la infancia y la adolescencia. El trabajo de Marina va acompa?ado de un cuaderno para que los m¨¢s peque?os jueguen con ¨¦l y hagan de los monstruos sus amigos.