¡°La sala de cine es el lugar donde entendemos que no estamos solos¡±
¡®Eyes wide shut¡¯, ¡®Moulin Rouge!¡¯, ¡®Los otros¡¯, ¡®Las horas¡¯... La carrera de Nicole Kidman prosigue con ¡®Grace de M¨®naco¡¯
Mensaje: ¡°Vente de fiesta con nosotros¡±. Firmado: Russell Crowe. Se refiere a una celebraci¨®n a bordo del espl¨¦ndido yate que el actor tiene anclado en el muelle de Cannes. Medio planeta suplicar¨ªa por recibir tama?a invitaci¨®n (e infinitos organizadores de guateques que morir¨ªan por tener a la Kidman en su lista de invitados). Ella prefiere ofrecer un educado ¡°no¡±. Porque tiene confianza y es amiga de Crowe y porque le espera un avi¨®n de vuelta a Nashville, de vuelta a su familia. Aunque lo cierto es que hubiese rechazado en cualquier caso. ¡°Estoy cansada¡±, explica Nicole Kidman (Honolulu, 1967) en una escondida terraza, en medio del jard¨ªn que envuelve a uno de los hoteles m¨¢s prestigiosos de Cannes. Parece decirlo en serio.
All¨ª est¨¢ sentada la actriz desde primera hora de la ma?ana. Y de all¨ª no se ha movido durante un d¨ªa y m¨¢s de 40 entrevistas. Tanto que en un momento dado, en medio de la conversaci¨®n, se levanta y se cambia de silla, aunque solo sea para estar en otro sitio, m¨¢s al sol.
Ante todos los focos estuvo, en cambio, el d¨ªa anterior. Tocaba un plan ligero: estreno, como protagonista, de la pel¨ªcula que inaugur¨® la 67? edici¨®n de Cannes, Grace de M¨®naco, de Olivier Dahan. De paso, para que no le faltara nada, estos d¨ªas Kidman tambi¨¦n ha hecho saber al mundo que su nombre original no es Nicole sino Hokulani, palabra hawaiana que significa ¡°estrella celestial¡±. Aunque ante la pregunta de c¨®mo hay que referirse a ella, deja las cosas bien claras: ¡°Solo mi marido [el m¨²sico Keith Urban] me puede llamar Hokulani¡±. Tampoco Kidman parece tener ganas de desvelar otro gran secreto al mundo. ¡°Ya me gustar¨ªa cont¨¢rselo¡±, sonr¨ªe.
As¨ª que resulta mejor virar hacia la pol¨¦mica pel¨ªcula que la ha llevado hasta La Croisette. Y que no ha gustado nada a la familia real de M¨®naco. ¡°Los entiendo. Se trata de hijos protegiendo a sus padres¡±, defiende la actriz, que se ha metido en la piel de Grace Kelly. Hasta el punto de que ha declarado que entiende la elecci¨®n de la actriz de dejar el cine por amor y que ella tambi¨¦n lo har¨ªa. Sin embargo, no le ha tocado esa encrucijada: ¡°Me siento muy libre, es una sensaci¨®n estupenda¡±.
Vida de esta chica
'Calma total'(1989).
'D¨ªas de trueno' (1990).
'Todo por un sue?o'?(1995).
'Eyes wide shut' (1999).
'Moulin Rouge!' (2001).
'Los otros' (2001).
'Las horas' (2002).
'Dogville' (2003).
'Cold mountain' (2003).
'La br¨²jula dorada' (2007).
'Australia' (2008).
'Grace de M¨®naco' (2014).
¡°Grace Kelly me encant¨®. Creo que era una buena persona. Me ha sorprendido sobre todo su humanidad¡±, a?ade sobre su personaje. En el fondo, de ella dicen lo mismo. Un empleado que particip¨® durante dos meses en el rodaje de Grace de M¨®naco cuenta que es de las artistas m¨¢s profesionales con las que haya trabajado nunca y que habla ¡°de la misma manera con cualquiera, del director a los limpiadores¡±. Al cont¨¢rselo, Kidman parece alegrarse sinceramente: ¡°?En serio? Ni me lo planteo, es como soy. Me gusta encontrar a la gente, escucharla. Creo en respetar los tiempos y en ser amable con los otros¡±.
Una de las megaestrellas femeninas del mundo del cine tambi¨¦n cree firmemente en el futuro de este medio tal y como lo conocemos. En tiempos de debates digitales, televisiones inteligentes y sof¨¢s m¨¢s llenos que las salas, Kidman rompe varias lanzas a favor de la costumbre de toda la vida: ¡°Creo que las grandes pantallas tienen un futuro enorme. Hay una raz¨®n por la que amamos llorar y re¨ªrnos juntos y me encanta que podamos seguir haci¨¦ndolo. La sala de cine es el lugar donde entendemos de verdad que tenemos amigos, que no estamos solos¡±.
Tanto que ella, asegura, acude a las salas muy a menudo, como una ciudadana cualquiera. Aunque, claro, es Nicole Kidman. Es decir, la ganadora de un Oscar por Las horas y uno de los rostros (a pesar de los brutales retoques que han acabado por modificarlo) m¨¢s conocidos del planeta. Lo que en Nashville, sostiene, no tiene la menor consecuencia. En el resto del mundo ir al cine le resulta m¨¢s complejo. Nada que un sombrero bien encajado sobre la cabeza no pueda solucionar.
La actriz quiere restarle importancia al asunto de ser qui¨¦n es. Tal vez por su conocida timidez, o tal vez porque realmente crea en ello. De ah¨ª que rechace escoger el peor aspecto de ser famosa: ¡°No quiero quejarme, no es mi estilo. Ves a tanta gente en el mundo que sufre y no puedes no sentirte incre¨ªblemente privilegiado¡±. ¡°Ser actriz es un trabajo. Eres una empleada, obtienes un papel, haces lo que te pide el director¡±: esa es la simple f¨®rmula de Kidman. Lo que var¨ªa, claro, es qu¨¦ quiere cada cineasta de ella, que ha trabajado con decenas, desde Lars von Trier a Alejandro Amen¨¢bar pasando por Baz Luhrman, Stanley Kubrick, Sydney Pollack o Gus van Sant. En concreto, cita dos ejemplos: ¡°Olivier Dahan es muy lento y met¨®dico. Hace poco, en cambio, he rodado una pel¨ªcula australiana independiente donde todo era inmediato, en medio de fango y sangre, sin dinero ni maquillaje¡±.
Kidman tiene pensado ahora cogerse un buen periodo de pausa. Cuenta que se ir¨¢ de gira con su marido y que suele gustarle desaparecer de los focos durante un tiempo. Su pan de cada d¨ªa lejos de los rodajes suena sencillo: ¡°Estar con mis hijos, jugar con ellos, nadar, ir a ver pel¨ªculas con mi marido¡±. Como una persona cualquiera. Tal vez con un sombrero.
Babelia
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