Org¨ªa de poder y pol¨¦micas

Un enorme tipo trajeado llega a un hotel de Nueva York. Se dirige a su suite. Y all¨ª, ?sorpresa!, le esperan champ¨¢n en cantidades industriales y tres prostitutas pagadas para una ¨²nica tarea: satisfacer su sed sexual. El hombre en cuesti¨®n se llama Deveraux, al menos en el filme. Pero el personaje, interpretado por G¨¦rard Depardieu, remite a otra cara, real e igual de famosa: la de Dominique Strauss-Kahn. Porque Welcome to New York, la nueva pel¨ªcula de Abel Ferrara, retrata precisamente la ca¨ªda en desgracia del exdirector del Fondo Monetario Internacional, tras ser detenido en 2011 por acosar sexualmente a una camarera del hotel donde se alojaba.

Por ello el filme, que se proyect¨® ayer en Cannes ¡ªen una playa, con un perro ladrando de fondo y sin aplausos al final¡ª, lleva d¨ªas en las portadas de las revistas de cine en La Croisette. Por ello y por una mir¨ªada de razones que van desde su estreno tambi¨¦n online hasta los ataques que sufri¨®. Tanta expectaci¨®n hizo que ¨²nicamente se pudiera acceder a la proyecci¨®n con una invitaci¨®n. Y solo al recogerla se descubr¨ªa d¨®nde se ver¨ªa la pel¨ªcula.

¡°Ten¨ªa sexo, poder y los elementos para un gran tragedia. Y es un caso del que todos sab¨ªan¡±, se?al¨® Depardieu en una rueda de prensa tras la proyecci¨®n. ¡°Nunca me pregunt¨¦ por la moralidad de mi personaje. No se trata de eso. Entiendo sus impulsos y creo que todos podemos tenerlos y enloquecer por ellos. Aunque eso no me convierte en la misma persona¡±, a?adi¨® el actor, protagonista de la conferencia.

Depardieu: ¡°Nunca me pregunt¨¦ por la moralidad de mi personaje¡±

¡°No es porno. Es una historia real¡±, continu¨® Depardieu. El filme comienza con el actor explicando por qu¨¦ hizo este personaje. Fondo negro. Suena America the beautiful. Y se desata la par¨¢bola orgi¨¢stica de un hombre convencido de que todo se le deb¨ªa, como aclara el subt¨ªtulo del filme: ¡°?Sabe qui¨¦n soy?¡±. Todo ello, tras el estreno de Cannes, ya est¨¢ disponible en los portales de Video on demand (alquiler online) espa?oles y de media Europa. Tanto que el productor, Vincent Maraval, sugiri¨® que quiz¨¢s DSK ya lo estuviera viendo. Quienes s¨ª lo han visionado, por cierto, son los abogados de la productora. Nunca se sabe.

Con esta f¨®rmula peculiar ha decidido lanzar Welcome to New York la productora francesa Wild Bunch, tambi¨¦n para sortear las dificultades que encontr¨® por el camino. Ante todo, la falta de televisiones que quisieran financiar el proyecto: finalmente tir¨® de dinero propio y de privados, hasta los dos millones necesarios. Luego, lleg¨® la ley francesa para parar el proyecto, ya que establece una ventana obligatoria de cuatro meses entre el estreno en salas y en VOD. De ah¨ª que WildBunch, que quer¨ªa lanzar el filme tambi¨¦n en la gran pantalla, se quedara solo con la Red. Y con una estrategia novedosa, sobre todo para una pel¨ªcula de tal expectaci¨®n, que ha incluido gastarse en la promoci¨®n los millones t¨ªpicos de los estrenos en salas.

A la publicidad calculada se a?adi¨® otra, infalible: la pol¨¦mica. Maraval declar¨® al Journal du Dimanche que la producci¨®n sufri¨® enormes presiones y ¡°amigos y enemigos¡± le desaconsejaron seguir adelante. Y sostuvo que un amigo de Strauss-Kahn y de su expareja, Anne Sinclair, le avis¨® de que esta ¨²ltima se gastar¨ªa ¡°toda su fortuna¡± en destruirle la vida.

Sinclair tambi¨¦n aparece en el filme, bautizada como Simone e interpretada por Jaqueline Bisset (quien sustituy¨® a Isabelle Adjani). En realidad, la pel¨ªcula no cita ni a ella ni a su exmarido, a la saz¨®n, favorito en las encuestas para ser el candidato socialista a las presidenciales francesas. Sin embargo, una frase elimina dudas que jam¨¢s existieron: ¡°Esta pel¨ªcula se inspira en un caso judicial cuyas fases p¨²blicas fueron filmadas, retransmitidas y comentadas por medios del mundo entero¡±.

Se refiere a la detenci¨®n de DSK en 2011 y a lo que sigui¨®. El exdirector del FMI fue acusado por Nafissatou Diallo, una camarera del hotel, de intentar violarla. El caso penal acab¨® en un sobreseimiento despu¨¦s de que el tribunal considerara los testimonios de Diallo poco cre¨ªbles. El procedimiento civil, sin embargo, termin¨® con una indemnizaci¨®n millonaria, cuyas cifras jam¨¢s se supieron. Sea como fuere, el esc¨¢ndalo destroz¨® la imagen de Strauss-Kahn hasta el punto de que desapareci¨® de los focos. Hasta ayer.