Esc¨¢neres de ¨²ltima generaci¨®n para momias del Antiguo Egipto
El Museo Brit¨¢nico expone el resultado de las exploraciones practicadas con nuevas tecnolog¨ªas a ocho de los ejemplares m¨¢s valiosos de su colecci¨®n
?¡°?D¨®nde est¨¢n las momias?¡±, es la pregunta recurrente que el personal del Museo Brit¨¢nico debe atender cada uno de los d¨ªas del a?o, porque la fascinaci¨®n del p¨²blico ante esos cuerpos embalsamados en el Antiguo Egipto no tiene parang¨®n con ninguna de las otras y extraordinarias joyas atesoradas en su sede londinense. Descubrir que bajo los vendajes y sarc¨®fagos yacen, por ejemplo, los restos de una ni?a cantante que fuera estrella de su tiempo es uno de los nuevos incentivos que la instituci¨®n presenta desde esta semana, gracias a las herramientas tecnol¨®gicas de ¨²ltima generaci¨®n que han permitido recuperar biograf¨ªas con varios milenios a sus espaldas.
Desde la veneraci¨®n hacia esa chiquilla que integraba uno de los coros del templo de Tebas, hasta el atroz dolor de muelas que sufr¨ªa un egipcio de clase privilegiada, pasando por el tatuaje cristiano de una sudanesa de la ribera del Nilo, las identidades de esos personajes que se esconden tras las piezas de egiptolog¨ªa del Museo Brit¨¢nico acaban de ser desveladas por los avances de la tomograf¨ªa computarizada. En otras palabras, al igual que los esc¨¢neres m¨¦dicos radiograf¨ªan nuestras dolencias y el interior de nuestros cuerpos, ocho de las 120 momias que conforman una de las grandes colecciones del mundo han sido examinadas hasta el m¨ªnimo detalle en hospitales de la red p¨²blica sanitaria brit¨¢nica, en una suerte de ¡°excavaci¨®n electr¨®nica¡± de la historia.
Han sido examinadas en hospitales de la red p¨²blica sanitaria brit¨¢nica
Las holgadas dimensiones del sarc¨®fago que protege los restos de una mujer embalsamada en el a?o 800 antes de Cristo hizo creer hasta hoy a los expertos que se trataba de una adulta. Tjayasetimu ten¨ªa en realidad unos siete a?os, tal como muestran las im¨¢genes de su estructura ¨®sea, de la piel, de algunos ¨®rganos internos preservados e incluso de una larga mata de pelo, y que han sido obtenidas con un sofisticado software ideado por los ingenieros de la F¨®rmula 1. La riqueza de los jerogl¨ªficos y ornamentaci¨®n de su sarc¨®fago indican la importancia de esa ni?a que cant¨® ante los faraones en el templo de Amon (antigua Tebas) y a quien, una vez muerta, se reserv¨® el mismo complejo proceso de momificaci¨®n que a los miembros de la realeza o familias nobles.
El resultado de estas investigaciones se exhibir¨¢ hasta el 30 de noviembre en im¨¢genes tridimensionales que acompa?an a las momias ¡ªprotegidas en urnas de cristal¡ª en la muestra Vidas antiguas, nuevos descubrimientos. La exposici¨®n consigue desvelar algunos de los secretos de ocho personajes que vivieron en Egipto y Sud¨¢n entre el a?o 3.500 antes de Cristo y el 700 sin necesidad de desenvolver los vendajes de esos cuerpos embalsamados y extremadamente fr¨¢giles, que por ello permanecen intactos desde que la colecci¨®n empezara a recalar en el museo a mediados del siglo XVIII. Las primeras indagaciones con rayos X datan de la d¨¦cada de los sesenta, pero s¨®lo la tecnolog¨ªa de los esc¨¢neres, que empez¨® a desarrollarse 30 a?os m¨¢s tarde, han permitido una visualizaci¨®n tan precisa del interior de los sarc¨®fagos.
Preservar el cuerpo, embalsamarlo para que sobreviviera a la muerte, era parte esencial de la pr¨¢ctica funeraria del antiguo Egipto. En ese proceso por el que se extra¨ªa el cerebro a trav¨¦s de las fosas nasales tambi¨¦n se produc¨ªan errores, como revela el instrumento m¨¦dico en forma de esp¨¢tula que un m¨¦dico olvid¨® entre las vendas con las que recubri¨® los restos despu¨¦s de aplicarles resina. De ese hombre momificado en una necr¨®polis de Tebas, miembro de las clases opulentas, sabemos ahora que padeci¨® tremendos dolores en vida, como revelan los abscesos dentales identificados por el esc¨¢ner y que probablemente acabaron resultando en una infecci¨®n mortal.
La labor ha permitido identificar a una ni?a cantante que fue una estrella
En ese ritual con el que aquellos egipcios respond¨ªan a la muerte cobraban especial importancia los objetos y amuletos que se colocaban bajo los vendajes, a los que se atribu¨ªa poderes m¨¢gicos para proteger a los difuntos y ayudarles a alcanzar la inmortalidad. Piezas exquisitas como las escaneadas en el sarc¨®fago de Tamut, otra cantante del templo de Tebas que tendr¨ªa entre 30 y 50 a?os cuando muri¨® a causa de un problema de calcificaci¨®n de las arterias.
La naturaleza tambi¨¦n puede intervenir en el proceso de momificaci¨®n sin que intervenga la mano del hombre. La arena caliente del desierto ha conseguido preservar hasta nuestros d¨ªas el cuerpo de un adulto que vivi¨® hace casi 4.000 a?os en un Egipto todav¨ªa no unificado bajo un solo rey. Sin otra protecci¨®n que la urna que lo exhibe a la entrada de la muestra se distingue perfectamente su estructura ¨®sea, restos de los m¨²sculos, de la piel y de algunos ¨®rganos internos como el cerebro y los intestinos. Enterrada de forma sencilla en un hoyo cubierto con losas de piedra, tambi¨¦n los restos de una mujer cubiertos con vendajes, pero sin inscripciones u objetos que sugieran su identidad fueron preservados por el clima ¨¢rido del norte de Sud¨¢n. Pero el tatuaje del arc¨¢ngel Miguel que presenta en lo que fue el muslo interno ha permitido imaginar su vida en una comunidad cristiana medieval en torno al a?o 700.
La reproducci¨®n de las im¨¢genes en 3D y en algunos casos interactivas del interior de esa tumba y, sobre todo, del de los sarc¨®fagos que siguen siendo la principal atracci¨®n del museo brit¨¢nico desde tiempos victorianos, conforma el relato de otro tiempo, lejano y fascinante. De qui¨¦nes fueron sus protagonistas, c¨®mo vivieron y tambi¨¦n c¨®mo murieron.
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