Josep Maria Subir¨¤, fot¨®grafo
Experiment¨® con el color a contracorriente de su ¨¦poca
El d¨ªa 16 de mayo muri¨® en Ibiza Josep Mar¨ªa Subira (Barcelona, 1930) un vocacional de la fotograf¨ªa que crey¨® firmemente en el poder de comunicaci¨®n de este nuevo arte y en sus posibilidades est¨¦ticas y expresivas. Ni?o de la guerra que aprendi¨® a observar la realidad de forma sencilla, fue despu¨¦s un joven de posguerra que dio sus primeros pasos profesionales sorteando las dificultades propias de la dictadura, desde la escasez de material aut¨¢rquico hasta las limitaciones impuestas por la censura. Pero contrariamente a lo que se pudiera pensar, y al igual que el resto de sus compa?eros de generaci¨®n ¨Cl¨¦ase Miserachs, los Catal¨¤-Roca, Ciganovitz, Masats, Maspons, etc¡- las penurias no hicieron m¨¢s que consolidar su amor por la fotograf¨ªa y su voluntad de abrir camino a la profesi¨®n de fot¨®grafo en Espa?a. A Subir¨¤ le toc¨® explorar la parcela concreta de la industria postal. Aquel joven qu¨ªmico de 19 a?os comenz¨® a investigar procesos fotogr¨¢ficos y finalmente se lanz¨® a crear su peque?a empresa de postales en blanco y negro en 1953. ?l mismo copiaba y cortaba las postales con su cizalla de corte en sierra, para despu¨¦s llevarlas en mano a las librer¨ªas y los estancos. El placer de poder vivir de lo que a uno le gusta, se junt¨® a la libertad de poder recorrer el territorio al aire libre: buscar el mejor punto de vista, formular el mejor encuadre, escoger la mejor hora del d¨ªa y ensayar las diferentes luces seg¨²n la estaci¨®n del a?o. Su colecci¨®n de postales tiene una calidad inusitada para aquellos tiempos. Public¨® adem¨¢s sus reportajes en las revistas Destino, Blanco y Negro, Goya, Serra D'Or, Correo de las Artes, etc. as¨ª como numerosos peri¨®dicos, libros, gu¨ªas y enciclopedias. Subir¨¤ fue uno de los primeros fot¨®grafos espa?oles en experimentar el color en la d¨¦cada de 1950. Pero tambi¨¦n en su trabajo personal, m¨¢s antropol¨®gico, y en otras series tendentes a la abstracci¨®n, aplic¨® el color apostando por sus posibilidades est¨¦ticas a contracorriente de los valores cl¨¢sicos del blanco y negro que predicaban las agrupaciones fotogr¨¢ficas. Fue su amigo Paco Catal¨¤-Roca, siete a?os mayor que ¨¦l y ya un prestigioso profesional, quien le recomend¨® que fuera a fotografiar la isla de Ibiza. Y all¨ª se estableci¨® en 1956, enamorado de su paisaje y su arquitectura, fundando negocio y familia.
Mirar fotograf¨ªas en compa?¨ªa de Josep Maria Subir¨¤ era un ejercicio ameno del que iba surgiendo un relato pre?ado de fechas, nombres y an¨¦cdotas. Sab¨ªa much¨ªsimo m¨¢s de lo que se puede ver en sus fotos, porque se preocupaba por entenderlo todo antes de fotografiar y su saber abarcaba todos los temas: la agricultura y sus cultivos, la arquitectura y sus formas, la geolog¨ªa y sus accidentes, las gentes y sus tradiciones, el progreso industrial y econ¨®mico del que fue testigo, el arte del que siempre fue curioso y las creencias religiosas con las que siempre fue tolerante. Su mirada no se conformaba con la simple contemplaci¨®n y se esforzaba constantemente en el an¨¢lisis para profundizar en las causas que hab¨ªan propiciado la apariencia de las cosas. La fotograf¨ªa para Jos¨¦ Mar¨ªa Subir¨¤ fue un saber con el que se expres¨®, sin embargo, sin palabras ni mensajes. Un arte con el que invitaba a los otros a pensar.
Sabio en la t¨¦cnica, erudito de la historia, sensible hacia lo humano... ?Un fot¨®grafo de "aquellos" que nos van faltando! Elegante, tranquilo, ir¨®nico. La vida le acompa?¨® hasta el final con una conversaci¨®n siempre interesante y la muerte le sorprendi¨® mientras preparaba con ilusi¨®n una exposici¨®n en la ciudad de San Antonio, Ibiza. A lo inc¨®gnito se llev¨® la ¨²ltima postal bien encuadrada de esta tierra mojada por el Mediterr¨¢neo. A ver si tenemos suerte y, una vez llegado all¨¢ arriba, nos env¨ªa otra del cielo azul, como siempre sol¨ªa cuando viajaba.
?Laura Terr¨¦, Historiadora de la fotograf¨ªa y comisaria de exposiciones Vilanova y la Geltr¨², mayo de 2014
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