La mejor melod¨ªa

Al igual que Mi primera boda (2011) de Ariel Winograd, D¨ªas de vinilo es una comedia argentina que no oculta deudas directas con reconocibles modelos anglosajones: si aquella intentaba armonizar los ecos de la screwball con la puesta al d¨ªa de la comedia esponsalicia a la manera de P. J. Hogan, la ¨®pera prima de Gabriel Nesci no se toma ninguna molestia en ocultar su condici¨®n de variable porte?a de esa Alta fidelidad (2000) que Stephen Frears levant¨® sobre el imaginario de Nick Hornby. El material de partida ¡ªvisi¨®n coral de la inmadurez masculina frente a la exigencia de responsabilidad; todo ello sobre el tel¨®n de fondo del fetichismo de los discos de vinilo¡ª no es ning¨²n dechado de originalidad, pero la ejecuci¨®n es en¨¦rgica y a la propuesta no le falta carisma, aunque al conjunto le hubiese ido mejor incorporar m¨¢s verdad que confiarlo todo (o casi) a la f¨®rmula probada.

Nesci hab¨ªa sido el creador de la celebrada serie Todos contra Juan (2008), donde Gast¨®n Pauls encarnaba a una exestrella adolescente en fase crepuscular, embarcada en el frustrante empe?o de recuperar la fama. Todos contra Juan fue una de las fuentes de inspiraci¨®n de ?Qu¨¦ fue de Jorge Sanz? (2010) y, en ella, algunos famosos se interpretaban a s¨ª mismos ¡ªal modo de Extras (2005-07) de Stephen Merchant y Ricky Gervais¡ª aportando autorretratos muy poco favorecedores. El papel de Leonardo Sbaraglia en D¨ªas de vinilo retoma esa clave de humor, pero todo lo que le rodea es bastante m¨¢s manso y convencional. La reescritura del mito de Yoko Ono que asume una de las l¨ªneas narrativas y el presente profesional del personaje encarnado por Rafael Spregelburd ¡ªartesano de la canci¨®n ligera funeraria¡ª pueden contarse entre los medianos hallazgos de una propuesta m¨¢s interesada en sus propias din¨¢micas de conformidad que en su potencial para marcar la diferencia.