Un sill¨®n para el Siglo de Oro
La fil¨®loga Aurora Egido es la novena mujer que accede a la Academia en sus 300 a?os de historia Dedic¨® su discurso de ingreso a Baltasar Graci¨¢n
A Aurora Egido (Molina de Arag¨®n, Guadalajara, 1946) le gustan los principios. Esta tarde se ha instalado en uno: el que le abri¨® las puertas de la Real Academia Espa?ola (RAE) para sentarse en el sill¨®n de la B, tambi¨¦n principio de dos t¨¦rminos ¡ªbello y bueno¡ª que Egido escoge por considerarlos palabras mayores. La fil¨®loga fue votada hace un a?o para ocupar la vacante que dej¨® el cineasta Jos¨¦ Luis Borau, que falleci¨® el 22 de noviembre de 2012, un d¨ªa despu¨¦s de la presentaci¨®n de un libro sobre el director de t¨ªtulo premonitorio: La vida no da para m¨¢s, de Bernardo S¨¢nchez. No so?aba la catedr¨¢tica de Literatura Espa?ola con la RAE, pero que el poeta Pere Gimferrer, que se encarg¨® de responder su discurso y que la present¨® como ¡°la mejor estudiosa del Siglo de Oro¡± la postulase, fue algo que le halag¨®.
El primer encuentro de Egido con el cine de Borau fue la pel¨ªcula Furtivos (1978) en el cine zaragozano Palafox, luego tendr¨ªa ocasi¨®n de encontrarse con el realizador de la mano de su amiga, la escritora Carmen Mart¨ªn Gaite. Esta tarde, ajust¨¢ndose a la tradici¨®n de los discursos de ingreso, le dedic¨® sus primeras palabras: ¡°Borau cre¨ªa que los s¨ªmbolos solo tienen valor cuando no pretenden serlo; raz¨®n tal vez por la que aspir¨® a un ideal de pel¨ªcula que pareciera que no estaba hecha¡±.
La memoria del director de R¨ªo abajo (1984) en la Academia no acabar¨¢, sin embargo, con este discurso de ingreso. La instituci¨®n, heredera de su legado, incluir¨¢ pronto en su cat¨¢logo la inmensa biblioteca acumulada por Jos¨¦ Luis Borau, compuesta por libros, guiones, carteles y postales.
La catedr¨¢tica ocupa el sill¨®n ¡®B¡¯, que dej¨® vacante el fallecido Jos¨¦ Luis Borau
Pero volviendo a su principio, la catedr¨¢tica de Literatura Espa?ola escogi¨® a Baltasar Graci¨¢n (1601-1658), el jesuita aragon¨¦s que escribi¨® obras capitales durante el Siglo de Oro como El Critic¨®n, El H¨¦roe, Or¨¢culo manual o El Comulgatorio, para su discurso de ingreso (La b¨²squeda de la inmortalidad en las obras de Baltasar Graci¨¢n). Aunque baraj¨® dedicar su ensayo a G¨®ngora, finalmente se decant¨® por un autor por el que siente especial predilecci¨®n, a la vista de los estudios que le ha dedicado. Buena parte de sus investigaciones gracianas se recopilan en su ¨²ltimo libro, Bodas de Arte e Ingenio, publicado en marzo por Acantilado.
Pere Gimferrer la elogi¨® como ¡°la mejor estudiosa¡± de los siglos XVI y XVII
Egido ha sido, adem¨¢s, presidenta de la Asociaci¨®n Internacional de Hispanistas, fundada en Oxford en 1962. Un nido de saber human¨ªstico. Materias en retirada. ¡°Se equivocan quienes s¨®lo buscan una utilidad pr¨¢ctica a la ense?anza. Hay cosas que no tienen precio como la cultura, el placer que da la literatura ya es rentable en s¨ª mismo. La cultura nos hace mejores a todos en todos los sentidos, en el est¨¦tico y en el moral¡±, defend¨ªa en una entrevista telef¨®nica realizada d¨ªas antes de su entrada en la RAE. Tambi¨¦n esta tendencia tan contempor¨¢nea tiene su conexi¨®n con Graci¨¢n: ¡°Consideraba que las humanidades aportan dignidad a las personas, ayudan a remontar las miserias¡±.
En el sal¨®n de las grandes ocasiones, Aurora Egido, que entr¨® flanqueada por la escritora Carme Riera y el director y actor Jos¨¦ Luis G¨®mez, relacion¨® las obras de Graci¨¢n con otros g¨¦neros (la ¨¦pica, la picaresca, la poes¨ªa o la novela bizantina) y diseccion¨® su af¨¢n de eternizar su literatura al tiempo que glorificaba a los h¨¦roes y autores incluidos en ella.
Con el ingreso de la fil¨®loga se elevan a siete las mujeres que pertenecen en la actualidad a la Academia. Representan el 15,2% de las 46 plazas. En sus 300 a?os de historia, la RAE fue refractaria a la presencia femenina (rechaz¨® a grandes escritoras como Emilia Pardo Baz¨¢n o Gertrudis G¨®mez de Avellaneda) hasta 1979, cuando accedi¨® la poeta Carmen Conde, a la que seguir¨ªa en 1984 la novelista Elena Quiroga. En estos tres siglos s¨®lo se han abierto las puertas de la casa para nueve mujeres.
Babelia
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