Teatros del barrio
Dos ¨¦xitos en el ¡®off¡¯ madrile?o: ¡®Ruz/B¨¢rcenas¡¯, de Jordi Casanovas, y ¡®Constelaciones¡¯, de Nick Payne

Cada vez brotan (o crecen) en Madrid m¨¢s teatros de barrio, verdaderos triunfos de la voluntad, levantados a base de entusiasmo y esfuerzo comunitario. Voy, justamente, al local que lleva ese nombre, Teatro del Barrio, en Lavapi¨¦s, en la calle de Zurita, donde antes estuvo la sala Tri¨¢ngulo. S¨¢bado, 8 de la tarde. Ya hay cola en la calle, porque Ruz/B¨¢rcenas, de Jordi Casanovas, lleva unas semanas llenando. La pieza es una transcripci¨®n inteligentemente seleccionada. Durante una hora vamos a asistir a la parte capital del segundo interrogatorio al extesorero del PP: cuando admite la autor¨ªa de los papeles, cambia la estrategia de defensa y comienza a decir digo donde dijo Diego. Una estupenda situaci¨®n dram¨¢tica: un acusado que asegura tirar de la manta; un juez que se pregunta si miente ahora como ha mentido antes. Y que busca resquicios, contradicciones para atraparle. Ruz/B¨¢rcenas es un ejercicio c¨ªvico de teatro documental, ese formato que tan en boga estuvo en la Alemania de los sesenta, o en el Reino Unido (Guantanamo, Stuff Happens, The Permanent Way) de hace una d¨¦cada. La funci¨®n de Casanovas tambi¨¦n podr¨ªa llamarse El procedimiento.Por partida doble: procedimiento jur¨ªdico y procedimiento de recaudaciones irregulares.
Aqu¨ª nos hacen percibir la historia de otra manera. Estamos malacostumbrados a leer deprisa, saltando l¨ªneas, y a veces nos perdemos en la retah¨ªla de cifras y nombres. Un texto que le¨ªdo puede resultar tedioso, pese a su evidente inter¨¦s, apasiona al subir a un escenario: por los silencios, las pausas, la gradaci¨®n de la tensi¨®n. Esas cifras y esos nombres adquieren otro peso a trav¨¦s de la narraci¨®n actoral, y trazan un dibujo corp¨®reo y tremendo. Aqu¨ª te educan en la escucha, y la escucha te hace ver. ?sa es la esencia del teatro, desde su etimolog¨ªa griega: el lugar donde ¡°se hace ver¡±. Luego me dicen que se rompi¨® la mesa de Ruz minutos antes de comenzar el espect¨¢culo y tuvieron que sustituirla por una mesa del bar. Yo no me di cuenta, no creo que nadie se diera cuenta: est¨¢bamos atrapados por la palabra y el gesto de los espl¨¦ndidos actores.
Pedro Casablanc es B¨¢rcenas. Un B¨¢rcenas arrogante, pero que se presenta como una v¨ªctima. Observo el rictus desde?oso de la boca. Los ojos fijos. La voz oscura, distinta de la del encausado, pero aqu¨ª pega m¨¢s. La velocidad del habla. La sonrisa cuando va a atacar o echar un naipe sobre la mesa. El modo de inclinar la cabeza hacia adelante para escuchar, o hacia atr¨¢s, con los brazos cruzados, en posici¨®n defensiva. ?Magistral Casablanc! Ten¨ªa ganas de ver en escena a Manolo Solo, a quien admir¨¦ hace poco por su personaje a lo George Constanza en el piloto de Jos¨¦ Ramon, la descomunal serie de Montero y Maidag¨¢n, que no s¨¦ por qu¨¦ a¨²n no se emite. Solo, gran c¨®mico, ofrece aqu¨ª una lecci¨®n de sobriedad y alerta: un hombre aparentemente tranquilo, pero con todos los sentidos aguzados para que no se le escape la presa. Afinad¨ªsima, invisible direcci¨®n de Alberto San Juan. A la salida me cuenta que el Teatro del Barrio nace del ¡°hambre de realidad¡±. Y a?ade: ¡°La realidad tiene siempre algo maravilloso: por terrible que sea, puede ser transformada si se conoce¡±.

Me voy pitando para coger el metro a Usera y llegar a tiempo a la Kubik, donde prorrogan Constelaciones, de Nick Payne, que fue un exitazo en el Royal Court har¨¢ dos a?os, y luego en el West End. El pasado febrero se estren¨® en el barcelon¨¦s Teatre Akademia, en versi¨®n catalana dirigida por M¨°nica Bofill, y tambi¨¦n recibi¨® excelentes cr¨ªticas. Constelaciones es, por as¨ª decirlo, un melodrama cu¨¢ntico, un regalo (agotador) para dos int¨¦rpretes. La teor¨ªa de los universos paralelos, con sus posibilidades infinitas, viene de muy lejos, pero aflora, para centrar el terreno, en el teatro brit¨¢nico del siglo veinte: recuerdo la trilog¨ªa del tiempo de Priestley, inspirada en Ouspensky (A New Model of the Universe, 1931), las escenas alternativas de Intimate Exchanges (1983), de Ayckbourn, o la soberbia Arcadia (1993) de Tom Stoppard. Bueno, y ya que estamos en Madrid tampoco conviene olvidar La vida en un hilo, de Neville, que abord¨® ese asunto en clave de feliz comedia. Las citas vienen a cuento para sustentar la sensaci¨®n de que el texto no me resulta cosa nueva. Michael Billington lo defini¨® como ¡°Love story with extra physics¡± y algo de raz¨®n tiene. Es una historia emocionante, con humor y drama, armada con mucho talento, con algunas escenas que me resultaron un poco fatigosas por su l¨®gica reiteraci¨®n, aunque las variantes sean muy sutiles, y otras (las mejores, a mi juicio) que me pusieron el coraz¨®n en un pu?o. Payne rog¨® a los cr¨ªticos ingleses que no revelaran los secretos de la trama, as¨ª que cumplir¨¦ su petici¨®n. El escenario es un rect¨¢ngulo delimitado por l¨ªneas de luz con colores cambiantes, para marcar los cambios de universo, aunque no deja de ser un apunte, una pincelada: al principio crees que te vas a perder, pero los actores y el director, Fernando Soto, te lo cuentan de maravilla.
Fran Calvo es Roland, un apicultor que en el transcurso de una barbacoa conoce a Marianne, una f¨ªsica cu¨¢ntica, y comienzan una relaci¨®n. El actor est¨¢ perfecto en el rol de ese hombre sencillo, calmado, enamorad¨ªsimo. Inma Cuevas es una actriz poderosa, de gran intensidad, aunque a ratos me result¨® un poco excesiva: no s¨¦ si el personaje original es tan crispado como ella lo presenta. A medida que avanza el relato, que apenas dura setenta minutos, las interpretaciones adquieren un voltaje muy considerable. No ha de ser nada f¨¢cil montar este texto ni llegar a esas cotas de emoci¨®n. En mi memoria quedar¨¢, entre otras, la escena del lenguaje con signos, que se abre como un remanso antes del torbellino final. Llenazo absoluto y p¨²blico entusiasta, puesto en pie. Al acabar, Fernando S¨¢nchez Cabezudo, impulsor de Kubik, me muestra el local, costeado por gente del barrio y formidablemente equipado, mientras los t¨¦cnicos desmontan porque ma?ana se ofrece otro montaje. La tarde del domingo fui a La Belloch, en Arganzuela, y disfrut¨¦ de Verano en diciembre, de Carolina ?frica. Me siento un poco Scherezade (con barba) al decir esto, pero aqu¨ª se acaba el espacio, de modo que, como la obra lo requiere, mejor se lo cuento la pr¨®xima semana.
Ruz/B¨¢rcenas. De Jordi Casanovas. Direcci¨®n: Alberto San Juan. Int¨¦pretes: Pedro Casablanc y Manolo Solo. Teatro del Barrio, Madrid. 26, 28 y 29 de junio. Se repondr¨¢ en septiembre.
Constelaciones. De Nick Payne. Direcci¨®n: Fernando Soto. Int¨¦rpretes: Fran Calvo e Inma Cuevas. Sala Kubik, Madrid. S¨¢bado, 21 de junio.
Verano en diciembre. De Carolina ?frica. La Belloch, Madrid. Domingo, 29 de junio. Posterior gira por Espa?a: labellochteatro.com
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