Greg Heffley, el ¡®pringao¡¯ multimillonario
El superventas estadounidense Jeff Kinney mantiene una charla con sus fans espa?oles
¡°?Vas a seguir dibujando a Greg hasta que vaya a la universidad?¡±, ¡°?C¨®mo se te ocurrieron sus dos hermanos?¡±, ¡°?Por qu¨¦ cuando la madre de Greg se pone las gafas no se le ven los ojos?¡±. Estas preguntas son oro puro. Jeff Kinney (Maryland, Estados Unidos, 1971), el objeto de tanta expectaci¨®n, solo sale de su escondrijo en Plainsville, el peque?o pueblo de Massachusetts donde vive con su familia, dos veces al a?o para recorrer mundo, y esta es la primera vez que pisa Espa?a. El autor de Diario de Greg (RBA-Molino), una saga infantil que ya ha vendido m¨¢s de dos millones de libros en Espa?a y 20 en el mundo entero, trata de vencer su timidez: ¡°Voy a seguir dibujando a Greg, pero Greg no crece. Sus hermanos se me ocurrieron gracias a los m¨ªos. A la madre de Greg no se le ven los ojos porque las madres son tan sabias que lo ven todo¡±. Los ni?os aplauden: aprobado.
Las 450 personas (padres e hijos) reunidas en el Teatro Fern¨¢n G¨®mez de Madrid para obtener unas palabras y una firma de su ¨ªdolo saben que Greg, un alfe?ique egoc¨¦ntrico y travieso, no es un modelo a seguir. ¡°Es el anti-Harry Potter. Harry es popular, deportista, poderoso y rico. Aunque sea mostrado como un desclasado, es solo porque vive bajo la escalera. Potter es genial, pero no se parece en nada al ni?o que yo era¡±, explica Kinney. ?l tampoco ha sido siempre un triunfador, aunque los ocho vol¨²menes de la serie (siete editados en Espa?a) copen las librer¨ªas de medio mundo y se hayan producido ya tres pel¨ªculas sobre este universo infantil. El formato de sus obras, vi?etas que ilustran las aventuras de Greg Heffley y su familia acompa?adas de p¨¢rrafos cortos, viene de una fallida carrera en el mundo de la tira c¨®mica. Los peri¨®dicos no le quisieron (¡°no era suficientemente talentoso¡±, admite), y se decidi¨® a comenzar un diario para no perder la pr¨¢ctica. 1.300 notas despu¨¦s, en 2006, naci¨® el primer Greg.
El modelo de Kinney, un humor apto para toda la familia sobre cuestiones de la vida cotidiana, se ha publicado en 41 idiomas distintos y vali¨® al autor ser elegido por la revista Time como una de las 100 personas m¨¢s influyentes en 2009. El signo m¨¢s evidente de su ¨¦xito es la multitud de diarios que han surgido a imagen y semejanza del de Greg. En la editorial Alfaguara, por ejemplo, uno de los m¨¢s vendidos en 2013 para la franja entre ocho y diez a?os fue 75 consejos para sobrevivir en el colegio, de Mar¨ªa Frisa (60.000 ejemplares), una versi¨®n femenina y patria de la dif¨ªcil adaptaci¨®n a la escuela. El autor reconoce un cierto agotamiento de las sagas de magia o fantas¨ªa que hab¨ªan sido hasta ahora reinas del infantil y juvenil: ¡°Lo m¨¢gico debe ser ¨²nico, excepcional. Hubo un momento en que todo el mundo era el elegido. Quiz¨¢s estamos en el momento de la distop¨ªa [Los juegos del hambre, Divergente]. Pero ahora, con t¨ªtulos como Bajo la misma estrella, puede que estemos entrando en el realismo. Aunque yo me dirijo a una audiencia que est¨¢ un poco por debajo de esa edad, as¨ª que no s¨¦ si formo parte de esa conversaci¨®n¡±.
El dibujante trata de desembarazarse por todos los medios de cualquier halo de autoridad en la materia. Asegura que su vida apenas ha cambiado con el boom de Greg: cuida de sus hijos de 9 y 11 a?os y de su perro Thunder, escribe en casa y gestiona una web de juegos educativos para ni?os que trata de controlar por correo electr¨®nico incluso cuando est¨¢ de gira. Insiste en que no es un pope de la literatura juvenil, y que no tiene ning¨²n prop¨®sito de gran altura cuando se sienta delante de su tableta gigante a dibujar. ¡°Como adulto, cuando escribes para ni?os tu instinto es ense?arles. Pero los chicos lo huelen, entienden cu¨¢ndo est¨¢n siendo adoctrinados. Y esa es una buena forma de espantar a un cr¨ªo. Yo solo escribo para divertirme¡±, confiesa Kinney, que as¨ª, vestido con una camisa de color claro y con una media sonrisa entre traviesa y avergonzada, parece un ni?o grande. ?Su mayor logro? Las historias que le han llegado de chavales castigados en el colegio por leer a Greg a escondidas. El escritor saca pecho: ¡°?Es como contrabando!¡±.
Aunque ha advertido varias veces de que abandonar¨ªa a Greg si en alg¨²n momento dejaba de hacerle gracia, el estadounidense est¨¢ hoy m¨¢s lejos que nunca de cerrar la saga. Cada libro ha ocupado nueve meses de su vida durante los ¨²ltimos ocho a?os, seis meses para pensar ideas y una estructura, tres meses para escribir y plasmar las 350 vi?etas que exige cada t¨ªtulo. Pero no considera que el lenguaje est¨¦ agotado. Ve a Greg, m¨¢s bien, como una tira c¨®mica que puede tener un recorrido tan largo como el de Charlie Brown, al que Charles M. Schulz dio vida durante 50 a?os. Los ni?os tampoco parecen haberse cansado. Ataviados con m¨¢scaras de su personaje favorito, cientos de Gregs hacen cola, diario en mano, para llevarse unas palabras del autor, para muchos hasta ahora un desconocido. Kinney piensa ya en una manera de conservar esa algarab¨ªa en torno a ¨¦l: ¡°He pensado en lanzarme a hacer otro tipo de historias, aunque s¨¦ que algunos lo ver¨ªan como una burda comercializaci¨®n. Pero no tengo claro a¨²n si soy un autor de una sola obra. Hay una gran diferencia entre una muy buena idea y un, digamos, talento mediocre. No s¨¦ si tendr¨¦ ¨¦xito¡±. Y entonces, solo entonces, una sombra de preocupaci¨®n cruza su rostro.
Diario de Greg, 8: Mala suerte, por Jeff Kinney, ver¨¢ la luz en Espa?a en oto?o. En ese momento, en Estados Unidos se editar¨¢ el cap¨ªtulo 9: The long haul. Jeff Kinney se encontrar¨¢ con sus lectores espa?oles el 19 de junio en Valencia y el 20 de junio en Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.