¡­y Jos¨¦ Tom¨¢s resucit¨®

Otra vez, con este torero, se mastic¨® la tragedia en la plaza e, instantes despu¨¦s, la resurrecci¨®n y la gloria. Parece ser el sino de Jos¨¦ Tom¨¢s. Acababa la faena al quinto, se dio la vuelta para dirigirse al burladero y tomar el estoque de verdad cuando el toro, al que hab¨ªa perdido la cara, se arranc¨®, lo empal¨® por detr¨¢s y lo volte¨® de forma espeluznante; dio el torero una vuelta de campana en el aire, y el testarazo en el suelo fue tremendo. Tom¨¢s cay¨® bocabajo y en la arena qued¨® inerte hasta que fue recogido por las asistencias, con el cuerpo desmadejado, y trasladado a la enfermer¨ªa como un trapo.

Se prepar¨®, entonces, Finito para acabar con el toro y all¨ª andaba el hombre, tras un pinchazo con el semblante despavorido, a punto de dar el m¨ªtin, cuando hete aqu¨ª que Jos¨¦ Tom¨¢s aparece por el callej¨®n y la locura se apodera de los tendidos. La preocupaci¨®n por la horrorosa cogida se transfigur¨® en apoteosis, gritos de ¡°torero, torero¡± hasta que acab¨® con el toro ¡ªla cara de Tom¨¢s muy p¨¢lida y las fuerzas mermadas¡ª, y los tendidos piden y exigen al presidente las dos orejas que pasea en verdadero loor de multitud.

Fue, sin duda, la resurrecci¨®n de Jos¨¦ Tom¨¢s. Fue una cogida de muerte, parec¨ªa que le abandonaba la vida camino de los m¨¦dicos, pero volvi¨® a la gloria torera en pocos minutos. Cosas de los genios.

Por cierto, ayer, en Granada mantuvo las constantes toreras que un d¨ªa lo convirtieron en leyenda. Despu¨¦s de veintid¨®s meses de retiro forzoso, Tom¨¢s no ha olvidado el toreo. Y, as¨ª, busc¨® la pureza y la autenticidad; se mostr¨® seguro y confiado; desbord¨® sabor y torer¨ªa; manej¨® el capote con verdadera maestr¨ªa a la ver¨®nica y por ce?idas chicuelinas. Sobresaliente el toreo a la ver¨®nica, ganando terreno en cada lance, con las que recibi¨® al quinto. Con la muleta en las manos cit¨® al pit¨®n contrario, carg¨® la suerte, alarg¨® los muletazos, baj¨® las manos cuando los toros lo permitieron y dijo seguir siendo el torero que un d¨ªa entusiasm¨® a todos los p¨²blicos.

No ha olvidado Jos¨¦ Tom¨¢s su toreo; lo que Jos¨¦ Tom¨¢s ha olvidado ha sido el toro. Con los elegidos para la ocasi¨®n granadina ¡ªde correcta presentaci¨®n, bonitas hechuras, ayunos de fuerzas y desbordante de almibarada nobleza, sobre todo, el primero¡ª este torero no emociona. De hecho, no hubo arrebato en toda la tarde, ni conmoci¨®n, ni ese entusiasmo que suele acompa?arle. Su primero era un juguete roto como toro, un santo var¨®n como animal, un tarro de dulce mermelada; y con ese enemigo, Tom¨¢s jug¨® al toro, y, a pesar de sus maneras toreras, a pesar de que rezumaba personalidad, exquisitez, clase e inspiraci¨®n, el p¨²blico parec¨ªa no inmutarse; quiz¨¢, qui¨¦n sabe, porque ped¨ªa m¨¢s guerra y, sobre todo, m¨¢s enemigo.

M¨¢s genio y menos dulzura sac¨® el quinto de la tarde, que embest¨ªa con la cara a media altura y corto recorrido, y con ese a Tom¨¢s se le not¨® que hace tiempo que no viste el traje de luces, que el paro pasa factura y el manejo de los toros exige verle las caras con frecuencia. Despu¨¦s, lleg¨® la voltereta, el miedo, el silencio expectante y la explosi¨®n final de ese torero que volvi¨® vivo al ruedo. Las dos orejas fueron el premio, sobre todo, a su resurrecci¨®n.

Le acompa?aron Finito de C¨®rdoba, de vuelta ya de todo, y el joven Rafael Cerro, que acaba de comenzar la carrera. Al veteranote toc¨® un primer toro de l¨ªo para su forma elegante y suave de entender el toreo. Pero Finito tiene el coraz¨®n cogido con alfileres, y, actualmente, no es m¨¢s que un suspiro de aquel que un d¨ªa ya lejano cre¨ªmos todos que ser¨ªa una figura de ¨¦poca. Alg¨²n detalle, alg¨²n adorno ¡ªcuriosas las medias blancas con las que se present¨®¡ª y para de contar. Rajado fue el cuarto y ¨¦l lo persigui¨® como si quiera pelea.

Muy pele¨®n, valiente y decidido se mostr¨® Cerro en su lote. Suyo fue el mejor lote; lo intent¨® con capote y muleta y emocion¨® a los tendidos. Muy bien a la ver¨®nica y por gaoneras ante el sexto y en muletazos sueltos al tercero. Al final, Tom¨¢s, dolorido, no sali¨® a hombros, y el m¨¢s joven se solidariz¨® con ¨¦l maestro y tambi¨¦n sali¨® andando. Y el p¨²blico, jubiloso¡­

PARTE M?DICO:

El diestro Jos¨¦ Tom¨¢s sufre ¡®una fractura con desviaci¨®n de la s¨¦ptima costilla izquierda, de pron¨®stico menos grave¡¯, seg¨²n el diagn¨®stico de los m¨¦dicos que anoche le realizaron un estudio radiol¨®gico completo en el hospital cl¨ªnico San Cecilio de Granada, adonde fue trasladado al finalizar la corrida de toros.

En la enfermer¨ªa de la plaza fue atendido en primera instancia tras la dram¨¢tica voltereta que sufri¨® tras dar la espalda al quinto toro de la tarde para acercarse a la barrera para coger el estoque de verdad. El parte m¨¦dico emitido entonces fue el siguiente:

"Durante la lidia del quinto toro result¨® alcanzado en un lance el torero D. Jos¨¦ Tom¨¢s Rom¨¢n Mart¨ªn, que es atendido al final del festejo en esta enfermer¨ªa apreci¨¢ndosele una contusi¨®n en parrilla costal izquierda con posible fisura de los ¨²ltimos cart¨ªlagos costales, as¨ª como una conmoci¨®n cerebral aparentemente superada al ser la exploraci¨®n neurol¨®gica normal. Para confirmar estos hallazgos se decide su traslado a un centro hospitalario para realizarle los oportunos estudios radiol¨®gicos y complementarios. Firmado: Dr. Pablo J. Torn¨¦ Poyatos, Jefe del Servicio M¨¦dico-Quir¨²rgico".