Muere Gerry Goffin, imprescindible letrista del pop norteamericano
El compositor, que form¨® pareja con Carole King, puso letra a ¨¦xitos de The Shirelles, The Drifters, Aretha Franklin o Whitney Houston
Hubo un tiempo, all¨¢ por los a?os sesenta, que en la radio estadounidense sonaban todo tipo de fant¨¢sticas canciones pop, que se compon¨ªan en una fabulosa cadena de montaje. Hab¨ªa compositores musicales, arreglistas, productores, m¨²sicos de sesi¨®n, vocalistas y, por supuesto, letristas. Gerry Goffin, fallecido ayer en Los Angeles a la edad de 75 a?os, fue uno de los m¨¢s grandes letristas del cancionero norteamericano, ese Great American Songbook al que se refieren los estadounidenses para hablar de su legado musical m¨¢s glorioso, aquel que ilustra el desarrollo de un pa¨ªs, donde la m¨²sica forma parte de la banda sonora de su sociedad.
Nacido en 1939 en Brooklyn, Goffin se hizo c¨¦lebre en el pop norteamericano gracias a su uni¨®n con Carole King, tres a?os menor y a la que conoci¨® en el instituto cuando ¨¦l iba para qu¨ªmico. Ambos se casaron en 1959. Como pareja art¨ªstica, formaron una de las mejores asociaciones musicales de los primeros sesenta, poco antes del hist¨®rico desembarco de los Beatles, los Rolling Stones y el resto de grupos brit¨¢nicos en Norteam¨¦rica.
La marca Goffin & King despunt¨® bajo el techo del Brill Building, edificio localizado en Broadway y que fue la casa de toda una generaci¨®n de maravillosos compositores, como Jerry Leiber, Mike Stoller, Doc Pomus, Mort Shuman, Burt Bacharach, Ellie Greenwich o Phil Spector. Todos ellos y alguno m¨¢s fueron los emblemas del sonido Brill Building, que fue la m¨²sica que llen¨® los radiales de finales de los 50 y los 60 con pop estiloso y mestizo, a?adiendo ecos del jazz y la m¨²sica cl¨¢sica europea, matices de los ritmos latinos y, sobre todo, desarrollando un amor declarado por el fascinante cancionero negro.
En su funci¨®n de letrista, Goffin, con la ayuda musical de King, fue uno de los m¨¢s entregados a la causa de este pop, como bien se pudo comprobar con su primer ¨¦xito Will You still love me tomorrow, interpretado por The Shirelles, que al principio se negaron a grabarlo por su aire country, y que se convirti¨® en 1961 en el primer n¨²mero uno cantado por un grupo femenino afroamericano. Una de las composiciones paradigma de la edad dorada del pop, que tanto ilumin¨® a los Beatles y dem¨¢s ac¨®litos, surgi¨® de la cotidianidad de una pareja llena de talento.
Goffin lleg¨® por la noche al apartamento y King le hab¨ªa dejado una grabaci¨®n en la que se o¨ªa solo la melod¨ªa al piano. El letrista se puso a hilar palabras y escribi¨® un tema con un mensaje de amor ecum¨¦nico, de gran tensi¨®n emocional, perfecto para el joven p¨²blico femenino, que era el mayor consumidor de m¨²sica pop del momento. Con su peculiar estilo, Goffin era capaz de llegar a la psicolog¨ªa femenina pero lo que era m¨¢s importante: las ansiedades y los anhelos que guardaban sus letras pod¨ªan captar la mentalidad a la que se refer¨ªa Norman Mailer en su ensayo The White Negro, esa que guardaba las contradicciones de la propia cultura popular norteamericana de los sesenta, que abr¨ªa brechas insalvables con el puritanismo.
King y Goffin arrancaban una carrera plagada de canciones redondas, insignias de este pop imperecedero, como (You make me feel like) a natural woman de Aretha Franklin, Some kind of wonderful de The Drifters, The Loco-motion de Little Eva, Pleasant valley Sunday de The Monkees o Crying in the Rain de The Everly Brothers.
En 1968, Goffin y King se separaron, pero su actividad no ces¨®. Consigui¨® importantes ¨¦xitos con I've got to use my imagination de Gladys Knight and the Pips, Theme from mahogany (do you know where you're going to) de Diana Ross y Saving all my love for you de Whitney Houston. En 1990, ingres¨® en el sal¨®n de la Fama del Rock¡¯n¡¯Roll. Era una forma de reconocer el magn¨ªfico legado de este letrista, que molde¨® emociones con su l¨ªrica evocadora, que form¨® parte de aquella ¨¦poca en la que las canciones pop eran bellas postales sentimentales, tan bellas y admirables que, medio siglo despu¨¦s, todav¨ªa suenan con la inocencia y la magia de la primera vez.
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