Garc¨ªa Montero, un verano inici¨¢tico
Un joven vive su primer amor en la Espa?a de 1963
Luis Garc¨ªa Montero (Granada, 1958), excelente lector, buen poeta, interesante novelista, reconocido profesor universitario, echa mano para el p¨®rtico de gloria de su novela de una cita de Gil de Biedma, en la que se habla de juventud, verano, un viaje a Par¨ªs y de una hermosa historia de (casi) amor, y lo hace para escribir una novela que se inicia con ritmo pausado, con un tono desconcertante incluso: el lector tarda unas cuantas p¨¢ginas en darse cuenta de que esto va mucho m¨¢s all¨¢ de la historia de un joven universitario que se convierte en ocasional vendedor de enciclopedias en Granada, en el caluroso verano de 1963.
El autor nos deja, de pronto, en otro texto, en una suerte de emotiva novela de aprendizaje, del despertar de una vocaci¨®n de un joven escritor que se inicia a la vida, que la ha intuido previamente en los libros vivi¨¦ndola, esa vida, para poder luego escribir(la), un verano aquel, el de 1963, inici¨¢tico como el de 1942, y unos a?os antes ¡ªotras voces, otros ¨¢mbitos, un pa¨ªs, un paisaje, diferentes totalmente¡ª de El graduado, la pel¨ªcula. Un verano donde el joven, accidentado vendedor de enciclopedias, en c¨®modas y asequibles cuotas mensuales, veintea?ero con vocaci¨®n de escritor, descubre el amor, se inicia en el sexo, en los brazos de una mujer si no madura, s¨ª mayor que ¨¦l: 17 a?os m¨¢s, un mundo, un qu¨¦ dir¨¢n.
Hasta aqu¨ª lo que puede decirse de esta novela, lo evidente, lo superficial, epid¨¦rmico ¡ªque no superfluo¡ª, pero debajo de ese paisaje, de esa pintura de un verano caluroso y granadino, el de 1963, hay otro paisaje, otras vidas, otras historias, otros pasados ¡ªesa losa guerracivilista tan pr¨®xima por callada¡ª, otros modos; y el autor levanta suavemente la cortinilla, nos deja pasar dentro y ah¨ª, al otro lado del espejo, nos muestra otra realidad, lo que son verdaderamente casi todos los personajes de fuera. Y todo contado con gran habilidad, yendo de un plano a otro con tanta pericia que, de pronto, el lector que cre¨ªa estar en una novela se encuentra, para su sorpresa, que est¨¢ en otra muy diferente, y lo que en una, en la primera, parec¨ªa una cosa, resulta ser otra, otra cosa m¨¢s, y todo casa, tesela a tesela. El mosaico adquiere as¨ª otra apariencia, otro sentido. Y el lector, c¨®modo, asume la perplejidad del protagonista, aprendiz de hombre, que se va enredando en la mara?a y acaba por encontrar su propio camino entre la maleza, y disfrutar de ambos lados del espejo, de las dos caras. Y as¨ª el texto de Gil de Biedma adquiere sentido ¡ªhasta una canci¨®n de Brassens¡ª y envuelve todo ¨¦l aquel verano, donde, por cierto, concesi¨®n de letraherido, dos libros, uno de ellos una novela de Mars¨¦, tienen un papel ¡ªfuese cual fuese su peso¡ª decisivo en una de las escenas er¨®ticas m¨¢s intensas y originales que uno ha le¨ªdo en la narrativa espa?ola m¨¢s reciente: bueno, que uno sepa.
Alguien dice tu nombre. Luis Garc¨ªa Montero. Alfaguara. Madrid, 2014. 226 p¨¢ginas. 18 euros (digital, 9,99)
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