¡°Sinatra me dijo que Las Vegas te chupa la sangre. Y es cierto¡±
El veterano artista brit¨¢nico, que sigue en activo a los 74 a?os, act¨²a ma?ana en Barcelona y el martes en Madrid y en agosto cantar¨¢ en M¨¢laga
Impresiona. Impresiona tener esa voz de trueno al otro lado del tel¨¦fono. Tom Jones (Tretford, Gales, 1940) no ha perdido su tesitura o su afabilidad. Aunque ese buen humor no es compartido por la encargada de supervisar la conversaci¨®n, que interrumpe para rega?ar al periodista por determinadas preguntas y que finalmente corta la entrevista antes de lo previsto.
Gajes de tratar con las superestrellas. L¨¢stima, ya que estamos ante alguien con cintura y que manifiesta la obligada modestia. Recientemente ejerci¨® de telonero de Morrissey, cuando la l¨®gica sugiere que deber¨ªa haber sido al rev¨¦s: ¡°Fue un buen emparejamiento, al final no sab¨ªamos qui¨¦n llev¨® a m¨¢s p¨²blico. En contra de lo que te hayan dicho, Morrissey es un tipo encantador. Le conoc¨ªa de¡ Bueno, los brit¨¢nicos que vivimos en Los ?ngeles solemos quedar para tomar t¨¦ y recordar la vieja patria¡±.
La gente que dice que ya no hay m¨²sica como la de los sesenta se equivoca¡±
Cuesta imaginar semejante tea party, siendo Morrisey un antimon¨¢rquico vociferante y Tom un devoto s¨²bdito de Isabel II, que le nombr¨® sir en 2006, sobre el fondo de ese coro de voces disidentes que siempre protesta cuando se honra a un exiliado fiscal. La voz vigilante advierte que no proceden ¡°las preguntas pol¨ªticas¡±.
Desde 1974, Tom reside en Estados Unidos, donde tiene su principal mercado. Fueron demasiados a?os en Las Vegas, reflexiona: ¡°Sinatra me dijo que tuviera cuidado, que Las Vegas te chupa la sangre. Y es cierto, lo vi con Elvis: actuar se convierte en una rutina y no te das cuenta de que hay otro mundo ah¨ª fuera¡±.
Con todo, no niega que se divirti¨®: acostumbradas a lanzarle ropa interior, las fans de Las Vegas a?ad¨ªan las llaves de sus habitaciones. Las ingenuas ignoraban que Jones era sibarita en cuestiones amorosas: durante d¨¦cadas, el rider de sus contratos especificaba que, aparte del camerino, el cantante necesitaba una habitaci¨®n de tales caracter¨ªsticas para sus expansiones sexuales. Llega otro aviso: esos temas son off limits. Jones quiere reservarse los detalles: est¨¢ escribiendo su autobiograf¨ªa.
Discograf¨ªa selecta
Along came Jones (1965).
It's not unusual (1965).
What's new pussycat? (1965).
Delilah (1968).
Tom (1970).
Mr. Jones (2002).
Praise and blame (2010).
Asombra saber que Tom lleva 57 a?os casado con Melinda, la que fue su novia juvenil, una relaci¨®n basada en el ¡°lo que no se ve, no duele¡±. Como amortiguador, est¨¢ su hijo, Mark. Desde adolescente, se iba de gira con su padre y as¨ª adquiri¨® un completo conocimiento de los intestinos del show business. No estaba previsto, asegura Tom, pero en 1986, cuando muri¨® su descubridor, el legendario Gordon Mills, Mark ascendi¨® a manager.
A Mark cabe atribuirle el asombroso relanzamiento de la carrera de Jones, que comenz¨® en 1988 con una fibrosa versi¨®n de Kiss, el tema de Prince, grabado con Art of Noise. ¡°Mark y su esposa, Donna, son fan¨¢ticos de la m¨²sica. Escuchan todo tipo de discos y me van dando pistas¡±. Y Tom Jones sigui¨® esas pistas. Lanz¨® un potente disco de duetos (Reload, 1999), se dej¨® producir por el rapero Wyclef Jean (Mr. Jones, 2002), firmo un disco tan asc¨¦tico (Praise and blame, 2010) que caus¨® consternaci¨®n en la c¨²pula de su discogr¨¢fica. Pero es muy sencillo, aclara: ¡°El asunto consiste en que yo me divierta, que tenga la impresi¨®n de estar cubriendo territorio nuevo. Son sensaciones que, por ejemplo, mi amigo Elvis no disfrut¨® en sus ¨²ltimos a?os¡±.
A la vez, intenta evitar convertirse en una broma, algo de lo que Jones es muy consciente: ¡°Desde que me sacaron en El Pr¨ªncipe de Bel-Air o Los Simpson, sab¨ªa que encarnaba una caricatura: el cantante de ropa ajustada, con mucha libido. En realidad, no hab¨ªa tanta caricatura [risas]. Hasta que un d¨ªa, vi¨¦ndome por televisi¨®n, me dije que parec¨ªa un farsante: ¡®Todos saben que tienes 70 a?os y t¨² lo est¨¢s negando¡¯. Dej¨¦ de te?irme el pelo y aprend¨ª a amar mis canas¡±.
Otro factor de rejuvenecimiento ha sido su participaci¨®n en la edici¨®n brit¨¢nica de The Voice. ¡°Me tomo muy en serio la funci¨®n de coach. Busco canciones adecuadas, les hago planteamientos profesionales a corto y medio plazo, me implico. Oigo protestar a gente de mi generaci¨®n, que insiste que ya no hay m¨²sica como la que se hac¨ªa en los sesenta. Y yo respondo que est¨¢n muy, pero que muy equivocados¡±. Profesionalidad que se ver¨¢ en sus conciertos en Espa?a, en Barcelona (ma?ana), Madrid (el martes) y M¨¢laga (17 de agosto).
Con todo, suspira cuando se le recuerda This is Tom Jones, el programa musical que present¨® entre 1969 y 1971. ¡°Si me preguntas por momentos ¨¢lgidos de mi vida, tengo que retroceder a algunos de los duetos que grab¨¦ entonces. Imagina, un chaval que ha crecido admirando a Jerry Lee Lewis o Little Richard y de repente est¨¢ apoyado en su piano: si el Cielo existe, tiene que ser algo parecido¡±.
Me identificaba con El Cordob¨¦s. Yo tambi¨¦n fui un chico pobre¡±
¡°?Y las damas!¡±, a?ade. ¡°Cant¨¦ con Aretha, Janis, Ella Fitzgerald¡±. Tambi¨¦n con un vocalista espa?ol, le recuerdo: ¡°?Raphael! Me acord¨¦ de ¨¦l cuando sufr¨ª una de mis mayores frustraciones profesionales. ?Sabes lo de Matador?¡±. ?La pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var? ¡°?Qu¨¦? No, no. Matador era un musical basado en la vida de Manuel Ben¨ªtez. Ten¨ªa canciones formidables de Mike Leander y me compromet¨ª a hacer lo que fuera necesario, actuar las primeras semanas, lo que quisieran. Me identificaba con El Cordob¨¦s, yo tambi¨¦n fui un chico pobre que me lo jugu¨¦ todo¡±. Curioso: hacia 1965, Brian Epstein especul¨® con unir a sus Beatles con el torero en una pel¨ªcula. ¡°Ya ves, nada nuevo bajo el sol. El caso es que, cuando llegu¨¦ a Londres, el guion estaba alterado. Los defensores de los animales hab¨ªan protestado y los productores se acobardaron, quitaron muchas referencias al toreo y potenciaron a una especie de Ava Gardner. No lo entiendo: todo era simb¨®lico, los toros estaban encarnados por bailaores flamencos¡±.
Parece genuinamente cabreado: ¡°Sin los elementos dram¨¢ticos, yo me descolgu¨¦ y el musical se cerr¨® en pocas semanas; echaron la culpa a la Guerra del Golfo pero los responsables fueron los productores. No, nunca he ido a una plaza de toros pero uno debe ser respetuoso con tradiciones que no entiende. Pas¨® lo mismo con la caza del zorro en Inglaterra, prohibida por gente que nada sabe de¡¡±. Un clic y su voz se desvanece. La entrevista ha terminado.
Babelia
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