¡®24: Vive otro d¨ªa¡¯: pura adrenalina
La serie mantiene una de las cualidades esenciales del follet¨ªn: que el lector (espectador en este caso) anhele conocer el siguiente cap¨ªtulo
"T¨² sabes qui¨¦n soy, pulsa cualquier alarma y te vuelo la cabeza", Jack Bauer. Pocas veces una frase define mejor a un personaje y a una serie. La nueva temporada de 24. Vive otro d¨ªa (Fox) es pura adrenalina. El exagente reaparece para volver a salvar al mundo de una amenaza terrorista. Todo, naturalmente, se ha ido sofisticando en esta lucha entre el bien y el mal: la tecnolog¨ªa es ya la coprotagonista de los cap¨ªtulos y por ello su leal amiga Chloe O'Brien resulta imprescindible en la epopeya de Bauer: sin su dominio de la inform¨¢tica nada ser¨ªa igual.
Ocho temporadas se mantuvo en antena una serie con una enorme aceptaci¨®n popular, con 21 premios Emmy y dos Globos de Oro. Su regreso mantiene una de las cualidades esenciales del follet¨ªn: conseguir que el lector (espectador en este caso) anhele intensamente conocer el siguiente cap¨ªtulo. Esa es la gran habilidad de un equipo de guionistas a los que maldecimos por cortarnos la trama en el momento de mayor inter¨¦s. Hollywood ha ido potenciando las series de televisi¨®n en detrimento de los largometrajes con el evidente prop¨®sito de que el espect¨¢culo, la industria y los beneficios contin¨²en y, para ello, la clave es el ritmo de la intriga. Aqu¨ª la serie se desmarca de los folletines tradicionales: todo est¨¢ medido, calculado, nada se deja a la improvisaci¨®n tan habitual en las novelas por entregas decimon¨®nicas.
En esta nueva temporada en la que cada cap¨ªtulo transcurre en tiempo real, Londres es el espl¨¦ndido set. Es la ventaja de las superproducciones. La acci¨®n manda y en ella queda poco lugar para los sentimientos personales. Curiosamente, el mal est¨¢ perfectamente identificado mientras que el bien resulta mucho m¨¢s ambiguo, resbaladizo. Naturalmente Bauer es el caballero que desfacer¨¢ los entuertos pero, en los inicios de esta entrega, es un Bauer condenado, un apestado social que resurge de sus cenizas y que tendr¨¢ que demostrar permanentemente que sus esfuerzos son los correctos para la salvaci¨®n del mundo.
Atr¨¢s quedan episodios oscuros en los que el fin parece justificar los medios y las leyes son con frecuencia m¨¢s obst¨¢culo que norma para la convivencia. El entorno del Presidente, por cierto aquejado de alzheimer, muestra gestos confusos, actitudes poco claras. Son tiempos en los que las lindes se difuminan quiz¨¢ porque las nuevas tecnolog¨ªas, las nuevas armas de destrucci¨®n masiva (y aqu¨ª los drones son sus abanderados), hace tiempo que van muy por delante de la legalidad establecida. Pero, naturalmente, todo este panorama de terror y angustia no podr¨¢ imponerse mientras queden caballeros andantes como Jack Bauer.
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