Birrioso broche final de Miura
Hasta tres toros se derrumbaron a todo lo largo de su anatom¨ªa en Pamplona
Si es lastimoso un toro de Miura renqueante y tullido, verlo desplomado en la arena es la viva imagen del hundimiento de una referencia fundamental de esta fiesta. Hasta tres toros se derrumbaron a todo lo largo de su voluminosa anatom¨ªa en el ruedo de Pamplona: el primero, que era un inv¨¢lido, noqueado y tullido desde que sali¨® de chiqueros; el tercero, que no pudo soportar que su matador intentara conducirlo a los medios, y el cuarto, que al inicio de la faena de muleta dijo aquello de que hasta aqu¨ª hemos llegado.
Birrioso broche final de la feria de San Ferm¨ªn con unos toros de brava fachada y alma de buey con malas ideas. El ¨²ltimo, Olivito, el toro que hiri¨® de gravedad a varios corredores en el encierro, fue el m¨¢s noble y de mayor recorrido en el tercio final, pero en modo alguno salv¨® de la quema a la corrida entera, sin fuerzas, mansa de solemnidad, descastada y muy deslucida.
Miura / Casta?o, Bolivar, Fern¨¢ndez
Toros de Miura, muy bien presentados, mansos, muy blandos, descastados y deslucidos.
Javier Casta?o: dos pinchazos, estocada y dos descabellos (silencio); media tendida (silencio).
Luis Bol¨ªvar: estocada (oreja); estocada que hacer guardia _aviso_ y un descabello (ovaci¨®n).
Esa¨² Fern¨¢ndez: bajonazo (silencio); seis pinchazos _aviso_ y cinco descabellos (silencio).
Plaza de toros de Pamplona. 14 de julio. Octava y ¨²ltima corrida de feria. Lleno.
A pesar de todo, un torero, Luis Bol¨ªvar, pase¨® una oreja, pero, si bien destac¨® por su entrega y decisi¨®n toda la tarde, el trofeo fue un premio de consolaci¨®n por la tremebunda voltereta que le propin¨® su primero cuando se tir¨® por derecho a matar sobre el morrillo del animal. El toro consigui¨® engancharlo, primero, por la taleguilla del muslo izquierdo; inmediatamente despu¨¦s por la tela del derecho; colgado del pit¨®n, lo arrastr¨® por la arena como un mu?eco y, finalmente, se deshizo del cuerpo desmadejado del torero lanz¨¢ndolo contra el piso. Y all¨¢ qued¨® Bol¨ªvar, hecho un gui?apo, con toda la cara embadurnada de tierra, y con el cuerpo magullado, aunque felizmente intacto. La cogida fue espeluznante, y tama?a paliza merec¨ªa un premio, aunque es cierto que el torero hizo m¨¢s de lo que merec¨ªa ese toro tan descompuesto y de corto viaje como sus hermanos. Lo recibi¨® con dos largas cambiadas de rodillas en el tercio, brind¨® al respetable, no le perdi¨® la cara, y se tir¨® a matar de verdad. Sali¨® a lidiar al quinto enfundado en un pantal¨®n de monosabio, volvi¨® a hincarse de rodillas para recibirlo de nuevo con dos largas, y derroch¨® decisi¨®n ante otro animal duro al que le costaba un mundo embestir. Esta vez fall¨® con la espada y bien que lo lament¨® porque se esfum¨® la posibilidad de la puerta grande para quien tanta falta le hace.
No tuvo mejores opciones Javier Casta?o con un lote nada propicio para el toreo de hoy. El primero de la tarde perdi¨® las manos de salida y en cuesti¨®n de segundos dej¨® claro que ven¨ªa borracho de fuerzas. Casta?o inici¨® su faena de muleta por alto, lo que no impidi¨® que el animal se desmoronara en la arena. Imposible seguir por ese camino. Casta?o lo mat¨® mal, como en ¨¦l es habitual, y se acab¨®. Tambi¨¦n se desplom¨® el cuarto, al que Tito Sandoval pic¨® con acierto, y no hubo m¨¢s.
El m¨¢s joven de la terna, el sevillano Esa¨² Fern¨¢ndez, sali¨® malparado. Se le not¨® en demas¨ªa la falta de oficio. Pero, ?c¨®mo no se le va a notar si no torea? ?Y por qu¨¦, entonces, se anuncia con los miuras? Pues, porque es su ¨²nica opci¨®n y espera que sea la oportunidad que anhela. Pero, no. Se justific¨® ante el dur¨ªsimo tercero, al que recibi¨® de rodillas en los medios, y estuvo por debajo del noblote sexto, al que mulete¨® sin hondura y poco mando, m¨¢s pendiente, quiz¨¢, de llamar la atenci¨®n de las pe?as que de dominar al toro. Al final, dio un m¨ªtin con la espada y adi¨®s oportunidad.
Se acab¨® San Ferm¨ªn. A¨²n resuena el Pobre de m¨ª, triste canto al que se podr¨ªan unir los ganaderos de Miura.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.