Esas mujeres
Escritoras, periodistas y actrices fueron fundamentales a la hora de sacudir la dictadura de costumbres y reivindicar a la mujer libre
Las muertes recientes de dos Ana Mar¨ªas, Matute y Moix, nos privaron de dos representantes de una rama moderna y creativa de la mujer espa?ola que dignific¨® nuestro pa¨ªs durante el siglo pasado. En el mismo acorde que Carmen Mart¨ªn Gaite, Josefina Aldecoa o Carmen Laforet tuvieron un eco duradero sobre la cultura, pero tambi¨¦n sobre la libertad de la mujer a veces con un coste personal desmesurado. La semana pasada mor¨ªa en Madrid la periodista Juby Bustamante y es imposible no hacer extensible ese luto en la misma direcci¨®n. Escritoras, periodistas y actrices fueron fundamentales a la hora de sacudir la dictadura de costumbres y reivindicar a la mujer libre mientras la norma era seguir aplastada por las convenciones religiosas y la autoridad civil y penal de los maridos.
Hace poco tropec¨¦ con una foto de Juby Bustamante con Jean Paul Sartre y era una imagen discordante con la estructura de la sociedad espa?ola de aquel tiempo. Marcos Ord¨®?ez retrataba en su relato oral del Caf¨¦ Gij¨®n a algunas de estas mujeres modernas que romp¨ªan las costuras del pa¨ªs, entre ellas Juby. El periodismo ha sido cruel con muchas de esas profesionales que se fueron demasiado pronto, pero que propiciaron un salto social irrepetible. Si Carmen Rico Godoy ven¨ªa adem¨¢s de ser hija de otra pionera, Josefina Carabias, no le fueron a la zaga firmas como la de Sol Alameda, Montserrat Roig, Pilar Narvi¨®n o incluso siendo m¨¢s joven, Concha Garc¨ªa Campoy.
En un relato lleno de an¨¦cdotas sobre lo que significaba ser chica en las redacciones llenas de hombres, Maruja Torres se autodefini¨® como mujer en guerra. Es imposible recordarlas a todas, pero desde las p¨¢ginas de los peri¨®dicos y revistas, hoy rebajadas por la categor¨ªa despectiva de progres, exigen un reconocimiento admirado. A este pa¨ªs lo cambiaron esas mujeres y otras a¨²n an¨®nimas, que empezaron a conjugar la igualdad en un campo minado. Har¨ªa bien el Ministerio de Justicia en propiciarles un homenaje, en lugar de traerlas a la actualidad por lo que hace treinta a?os ya reivindicaban con furia. Un pa¨ªs con la mujer tutelada y sometida es la viva estampa del atraso. Hay todav¨ªa demasiados como para volver a ser uno de ellos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.