Medio siglo de estrellas del jazz en el Pa¨ªs Vasco
?Qu¨¦ tienen los festivales de Getxo, Vitoria y San Sebasti¨¢n para que las estrellas de la m¨²sica quieran ir cada julio?
¡°?Gracias, Barcelona!¡±. Pero no. Por mucho que le pesara, Gato Barbieri no estaba en la Ciudad Condal, sino en San Sebasti¨¢n y, m¨¢s precisamente, en su festival de jazz, tocando su m¨²sica delante de 12.000 espectadores bastante mosqueados. ¡°Menos mal que no tenemos que hacer control antidoping a los artistas¡±, confesaba entonces un miembro de la organizaci¨®n desde el anonimato. A un a?o del cincuentenario del decano entre los festivales de jazz de la pen¨ªnsula, el g¨¦nero musical muestra su cara m¨¢s pinturera en Euskadi. ¡°?Por qu¨¦ el Pa¨ªs Vasco?¡±, se pregunta Miguel Mart¨ªn, director del festival donostiarra. ¡°Aqu¨ª siempre ha existido una curiosidad por las m¨²sicas nuevas, que fue lo que llev¨® a que se organizara el primer festival en San Sebasti¨¢n. Fuimos los primeros y, por mucho tiempo, los ¨²nicos¡±. I?aki Sait¨²a, m¨¢ximo responsable del Festival de Jazz de Getxo, lo confirma: la veteran¨ªa, en esto, como en todo, es un grado. ¡°No hay muchos sitios que cuenten con tres festivales tan veteranos y potentes en tan pocos kil¨®metros¡±, afirma, ¡°y eso ha generado una tradici¨®n cultural ¨²nica¡±.
49 Heineken Jazzaldia San Sebastian
Mi¨¦rcoles, 23 de julio
Escenario Verde 21.30 Ray Davies. 00.30 George Clinton Parliament /Funkadelic
Jueves 24 Julio
Escenario Verde 21:30 Delorean, 00:30 Echo & The Bunnymen
Viernes 25 Julio
Plaza de la Trinidad 21:00 Nicholas Payton & L¡¯Instrumental de Gascogne, The John Scofield ?berjam Band
S¨¢bado 26 julio
Teatro Victoria Eugenia 18.30 L¡¯Orchestre d¡¯Hommes
Domingo 27 julio
Espacio Frigo (Carpa fnac) 20:30 Doble Elefante
Que la cosa viene de antiguo, lo atestigua la existencia de un premio Donostiako Jazzaldia con el que los donostiarras reconocen la figura y obra de un m¨²sico vinculado a la ciudad y su festival. En 1994, dicho galard¨®n fue a parar a las manos de Adolphus Doc Cheatham, entre cuyos m¨¦ritos se encontraba el de haber sido ¡°el primer negro que hizo footing en la playa de Zurriola¡± (Miguel Mart¨ªn), adem¨¢s del primer m¨²sico de jazz en pisar la ciudad, en junio de 1929, junto al ¡°maestro Sam Wooding y sus Chocolate Kiddies¡±. ¡°Est¨¢bamos at¨®nitos¡±, recordaba Franco Orgaz, futuro presidente del Hot Club de Madrid. ¡°Era la primera vez que en este pa¨ªs, se escuchaba el sonido del jazz aut¨¦ntico¡±.
Un poco m¨¢s al Sur, en Vitoria, se alza la ¨²nica estatua erigida a un m¨²sico de jazz en nuestro pa¨ªs. ¡°Wynton Marsalis es, un poco, la imagen del festival¡±, se?ala I?aki A?¨²a, cabeza visible del festival vitoriano. ¡°La primera vez que vino, me lo encontr¨¦ en mitad del aeropuerto con un papelito que dec¨ªa: ¡®Por favor, ll¨¦venme al Portal¨®n¡±. La historia del Festival de Jazz de Vitoria no se entiende sin el a?oso emporio culinario erigido sobre una antigua casa de postas del siglo XV: ¡°Oscar Peterson cre¨® la leyenda del viejo establo entre las estrellas del jazz¡±, recuerda A?¨²a. ¡°Hab¨ªa que verle devorando una ensalada como una monta?a y luego, una lubina entera. ?Ni las raspas quedaban!¡±. El territorio de las leyendas gastron¨®micas en Euskadi tiene el nombre de El Portal¨®n, en Vitoria; Rekondo, en San Sebasti¨¢n; Zortziko, en Bilbao¡ Para¨ªsos con forma de chulet¨®n a la brasa sobre lecho de patata a cuyos aromas acuden como moscas los m¨²sicos de jazz en gira: ¡°El a?o pasado John Zorn se fue directo del hotel al Rekondo¡±, recuerda Mart¨ªn. ¡°Lo ¨²ltimo que pod¨ªa imaginarme: un jud¨ªo progre de Nueva York interesado en la gastronom¨ªa vasca¡±.
Queda claro que, para el m¨²sico, tocar en el Pa¨ªs Vasco es distinto a hacerlo en cualquier otro sitio. Lo confirmaba el pianista y reconocido gastr¨®nomo Michel Camilo a poco de concluir su concierto del pasado d¨ªa 5 en el festival guechotarra: ¡°Est¨¢ el trato que le dan a uno, y la calidez del p¨²blico; y, claro est¨¢, la comida¡ ?y el vino!¡±.
38 FESTIVAL DE JAZZ DE VITORIA-GASTEIZ
Polideportivo de Mendizorroza
Mi¨¦rcoles, 16 de julio 21.00 h. Noa, Miguel Poveda
Jueves, 17 de julio 21.00 h. Trombone Shorty & Orleans Avenue, Dr. John Homenaje a Louis Armstrong
Viernes, 18 de julio 21.00 h. Richard Bona, Manu Katch¨¦, Stefano Di battista, Eric Legnini, Paul Anka, Orquesta Buena Vista Social Club Adi¨®s Tour
Teatro Principal
Mi¨¦rcoles, 16 de julio 18.00 h Andrea Motis & Joan , Chamorro Group
Jueves, 17 de julio 18.00 h Melissa Aldana & Crash Trio
Viernes, 18 de julio 18.00 h Baptiste Trotignon Trio
S¨¢bado, 19 de julio 18.00 h C¨¦cile Mclorin Salvant
Durante el mes de julio, la geograf¨ªa de Euskadi es un trasiego incesante de veh¨ªculos oficiales transportando m¨²sicos e instrumentos desde los aeropuertos m¨¢s pr¨®ximos ¡ªBiarritz, Bilbao¡ª a su destino, y vuelta. Retrasos, vuelos suspendidos, m¨²sicos en paradero desconocido: la pesadilla del organizador de festival. ¡°En 1982 estaba programado el concierto de Dizzy Gillespie y Stan Getz juntos¡±, recuerda A?¨²a. ¡°Todas las entradas vendidas, y Dizzy, que hace su aparici¨®n en un cuatro latas azul. ¡®?D¨®nde est¨¢ Getz?¡¯, le pregunto. ¡®Se supone que viniendo en coche¡¯. Pasan las horas y Getz no aparece. Nos echamos a la carretera con un veh¨ªculo de la organizaci¨®n y un cartel: ¡®Mr. Getz, follow us¡¯, pero nada. Llega la hora del concierto. Dizzy se hace cargo de la situaci¨®n y sale a tocar con el grupo de Getz, al que no conoce de nada. Fin de la primera parte. Dizzy me dice: ¡®T¨ªo, ya no puedo soplar m¨¢s y, adem¨¢s, estos son mal¨ªsimos¡¯. Cuando ya estoy asom¨¢ndome al escenario para tomar la palabra, oigo una voz: ¡®?Acaba de llegar!¡¯. Total, que dan el concierto, y al Portal¨®n. Durante la cena, Getz se muestra distendido y feliz. Hablan entre los dos y el saxofonista se compromete a llevarle de vuelta a Biarritz. Al d¨ªa siguiente Dizzy estuvo esper¨¢ndole. Getz no apareci¨®¡±.
En algo coinciden: la historia del jazz en Euskadi, afirman los directores de los tres festivales vascos, la escriben los propios m¨²sicos. Todav¨ªa se habla de las dos visitas de Charles Mingus a San Sebasti¨¢n, a?os 1974 y 1977, que llevaron el festival donostiarra a la modernidad; o de la de Chick Corea en 1981, porque obtuvo el r¨¦cord absoluto de espectadores (15.000); y, por lo pol¨¦mica, de la de Ornette Coleman, en 1987. El saxofonista consigui¨® aquello que, seg¨²n los manuales, s¨®lo supera en dificultad a colmar el aforo de un teatro o pabell¨®n deportivo: vaciarlo por completo. ¡°Si son 17 espectadores al bis, como si son 17.000¡±, remarca Mart¨ªn. ¡°El jazz es una cuesti¨®n de pasi¨®n, no de n¨²meros¡±.
Pasi¨®n y un trato personalizado: las armas de las que se sirven en estas tierras para traerse a lo m¨¢s de lo m¨¢s: ¡°S¨ª es cierto que nos gusta estar encima de ellos, pero es por puro ego¨ªsmo. Cuanto m¨¢s a gusto est¨¦n, mejor concierto van a dar¡± (Sait¨²a). No puede negarse que la estrategia da resultado. As¨ª, hay quien, como el productor y multiinstrumentista Jan Bang, estar¨¢ este a?o en San Sebasti¨¢n, a¨²n sin formar parte del programa del festival; y quienes se quedar¨ªan muy a gusto a vivir en Euskadi, de poder: ¡°Aqu¨ª tenemos nuestros m¨²sicos de cabecera como Bugge Wesseltoft, Nils Petter Molv?r, Diana Krall o Jamie Cullum, que vienen porque les gusta¡±, se?ala Mart¨ªn. ¡°Otra cosa es que puedan permit¨ªrselo. Las estrellas casi nunca tienen el poder de decidir, son sus agentes los que deciden por ellos¡±.
Chano Dom¨ªnguez y Ni?o Josele recuerdan a Paco de Luc¨ªa
Chano y Josele est¨¢n que no se lo creen. Les falta nada "un ratico apenas" para subirse juntos por vez primera a un escenario. Resulta que los dos gigantes del flamenco-jazz, o as¨ª, est¨¢n aqu¨ª para presentar el disco que acaban de grabar, titulado Chano & Josele,con un concierto de piano y guitarra que pretende ser un homenaje al maestro Paco de Luc¨ªa: "de oportunismo nada", comenta el primero. "Yo llevo un a?o dedic¨¢ndole un tema a Paco en mis conciertos; y Josele, lo mismo".
Hace exactamente un a?o, Paco de Luc¨ªa se sub¨ªa a este mismo escenario para cerrar este mismo festival en la compa?¨ªa del pianista Chick Corea, de donde el reportaje que public¨® este peri¨®dico y mereci¨® honores de portada, incluyendo la ¨²ltima entrevista concedida por el tocaor a un medio de comunicaci¨®n. "Es una responsabilidad que pesa", comenta Josele, "y un acicate". Sentados en torno a un pu?ado de botellas de agua mineral ¡ªel vino se queda para despu¨¦s del concierto¡ª, los protagonistas de la noche rememoraban la fat¨ªdica ma?ana del 26 de febrero, siguiente al fallecimiento del maestro. "Me acababa de levantar para llevar a los ni?os a la escuela y son¨® el m¨®vil; era Chonchi Heredia para cont¨¢rmelo. Me qued¨¦ en shock¡ y hasta hoy". Agarrado al m¨¢stil de su guitarra Vicente Carrillo, Josele parece perdido en sus pensamientos: "todav¨ªa sigo pensando que va a sonar el tel¨¦fono y es ¨¦l". Por lo dem¨¢s, Chano y Josele est¨¢n encantados de conocerse. Ah¨ª queda su historia de un amor ¡ª"art¨ªstico", precisan¡ª nacida al amparo de la ciudad de Nueva York: "hab¨ªa ido a tocar con Chick (Corea)", se adelanta Josele, "y Chano andaba en el mismo estudio grabando un homenaje a Miles Davis. De repente me lo encuentro probando el piano, "?c¨®mo est¨¢s, Chano?'; sin darnos cuenta, est¨¢bamos tocando juntos, como si llev¨¢ramos haci¨¦ndolo toda la vida".
Nueva York les reuni¨® y Fernando Trueba, presente en Vitoria, les condujo a los altares del estudio de grabaci¨®n. ¡°Tocar con Josele es f¨¢cil¡±, comenta el gaditano. ¡°Yo le digo que es un poeta de la guitarra flamenca¡±. El interesado sonr¨ªe a la c¨¢mara: ¡°Me acuerdo de cuando terminaba el concierto, y ven¨ªa Paco: ¡®?has visto c¨®mo tengo las manos?¡¯. Las ten¨ªa destrozadas, con unos dolores insoportables, y era porque tocaba con la cabeza, con la mirada, con toda su alma y su cuerpo¡±.
Llega la hora de la verdad. Para empezar, un Django que poco tiene que ver con la original de John Lewis, o s¨ª, vaya usted a saber. El respetable lo sabe: este concierto, primero que realizan el pianista y el tocaor, es historia. Y es Chano, quien, como el buen vino, mejora con los a?os, y lo que le queda. Y es el "ni?o". Hace no tanto, Paco de Luc¨ªa le incitaba a volar por su cuenta; de aquellas aguas estos lodos. Josele, hoy, es m¨¢s sabio, m¨¢s m¨²sico, m¨¢s todo; su guitarra llega a donde nadie, flamenco o no, ha llegado. Cada uno por su lado y los dos juntos: el t¨¢ndem perfecto. La m¨²sica de Chano & Josele fluye sin sobresaltos, naturalmente. No hay delicia mayor que dejarse llevar por la corriente de un r¨ªo que conduce de John Lewis a Michel Legrand, y a Jobim, y termina desembocando, claro est¨¢, en Paco de Luc¨ªa (Canci¨®n de amor, Ziryab). ?Jazz, flamenco?... para Chano, no hay duda: "M¨²sica".
Babelia
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