En brazos de una madre
La veterana directora belga de cine Chantal Akerman expone sus ¨²ltimas creaciones en la galer¨ªa Elba Ben¨ªtez: sombras y luces, progenitora e hija, ausencias y presencias confluyen en sus im¨¢genes
?Hasta qu¨¦ punto chocan lo p¨²blico y lo privado, lo autobiogr¨¢fico y lo testimonial? ?Qui¨¦n decide qu¨¦ es exterior y qu¨¦ interior? ?Cu¨¢ndo rememorar tanta ausencia convierte a ese recuerdo en presencia? En los ¨²ltimos a?os, la veterana directora belga Chantal Akerman (Bruselas, 1950) ha abandonado la senda de la ficci¨®n por la de la videocreaci¨®n, para forzar al espectador a la toma de decisiones, a implicarse activamente ante lo que ve.
Y, sin quererlo de forma consciente, aunque Akerman reconozca que nace de su proceso de ¡°creaci¨®n org¨¢nico¡±, provocar sensaciones a quien se siente a ver su obra.
Maniac shadows es uno de los ¨²ltimos trabajos de Akerman, y hasta finales de mes se puede ver en la madrile?a galer¨ªa Elba Ben¨ªtez, que por segunda vez expone obra de esa prol¨ªfica creadora. Instalaci¨®n multicanal, los v¨ªdeos est¨¢n compuestos de material grabado en diversas ciudades: la belga vive entre Nueva York y Par¨ªs, y adem¨¢s hay im¨¢genes de otros lugares.
Junto a la multiproyecci¨®n, una colecci¨®n de 100 fotograf¨ªas de la serie Maniac summer #2 y otro video en el que Akerman lee una parte de su texto autobiogr¨¢fico My mother laughs. S¨ª, su madre ¡ªjud¨ªa polaca superviviente del campo de Auschwitz¡ª, es una presencia poderosa en su obra, una sombra en su vida que Akerman rueda a su vez desde las sombras en el plato fuerte de la exposici¨®n, Maniac shadows. Por tel¨¦fono, reci¨¦n despierta en su residencia parisiense, la artista reflexiona: ¡°?Qu¨¦ puedo decir? Juego con la superposici¨®n? Una cosa lleva a la otra. Todo lo que ves es absolutamente org¨¢nico, porque cuando empiezo un trabajo m¨¢s o menos s¨¦ lo que voy a hacer pero desde luego es solo a trav¨¦s de su creaci¨®n como encuentro su fondo, su forma y su resultado final. Para m¨ª es el proceso lo que conforma la obra. Porque ah¨ª te recolocas, te mueves ante lo grabado, influyes en la relaci¨®n entre imagen y sonido... E incluso puedes reflexionar sobre lo que falta, lo perdido, en mi caso el reciente fallecimiento de mi madre. As¨ª que considero Maniac shadows una obra personal y a la vez universal, porque ha sido influida por lo filmado, antes, y por quien la observa, despu¨¦s¡±.
Fascina ver a Akerman convertida en una ni?a anciana filmando con cierta travesura a su madre. Conmueve con sus jugueteos con las cortinas, sombras y umbrales en los que el sol sirve de puente. Es vida, aunque Akerman no olvida avisar al aparecer de vez en cuando su sombra en el suelo: es vida grabada y, por tanto, manipulada. ¡°Y eterna. Por ejemplo, la aparici¨®n de mi madre es fundamental para m¨ª porque es mi progenitora, por supuesto. A la vez espero que el espectador entienda que puede ser cualquier madre: con ella hay una visualizaci¨®n de la ruptura porque es un viejo mundo que se adentra en este nuevo, una figura que se adentra en la actualidad, una ¨¦poca que no recuerda en casi nada a la que ella vivi¨®. Una madre es algo inmune al paso del tiempo, es resistencia y roca, y a la vez, como ser humano, envejece¡±.
Hoy no hay olores, sabores ni tacto. Solo im¨¢genes y sonidos"
Chantal Akerman no piensa parar de trabajar. Necesita moverse para sentirse ser humano. ¡°Es cierto que vivimos tiempos extra?os. Claro que el tel¨¦fono existe desde hace tiempo, pero aqu¨ª estamos charlando sobre arte animadamente sin ponernos cara, en un relaci¨®n, como la mayor¨ªa de las actuales, virtual. Asusta, la verdad. No siento el miedo en una primera impresi¨®n, pero cuando reflexiono sobre en qu¨¦ hemos convertido, por ejemplo, la amistad, me asusto¡±. Contra esa virtualizaci¨®n digital, la artista lucha viajando constantemente, poniendo su c¨¢mara en mercadillos y casas, intentando que su obra aprehenda algo de la humanidad que le rodea y que disfruta. ¡°Hoy no hay olores, sabores ni tacto. Solo im¨¢genes y sonidos. Claro, las relaciones se convierten en cinematogr¨¢ficas... Cuando conoces a alguien sientes, bueno, puedes sentir muchas cosas [risas]. Si esa primera vez nace de una charla v¨ªa Skype, ?ad¨®nde se fueron las sensaciones? Es el triunfo de la imagen, lo que por un lado es algo emocionante pero que por otro provoca cierta pena¡±.
De Madrid Akerman conoce poco. ¡°Por eso solo puedo intuir lo que va a sentir la gente que pise la galer¨ªa. S¨ª me llam¨® la atenci¨®n que si hiciera caso a los peri¨®dicos, pensar¨ªa que est¨¢is en el umbral de la pobreza. Y vi en mi ¨²ltima visita vuestros problemas, aunque tambi¨¦n vi vida, risas... Creo que voy a dejar un tiempo de o¨ªr la radio. Mi madre, que sab¨ªa de desgracias, me contaba que las grandes crisis no las ves venir porque crecen poco a poco hasta que un d¨ªa te han devorado la vida. Como artista tienes que estar en guardia y a la vez seguir adelante. As¨ª es como hemos sobrevivido los hombres, ?no? Yo, al menos, soy una pesimista muy optimista¡±.
Babelia
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