Antony Hegarty: ¡°La Tierra es una hembra¡±

Antony Hegarty (Chichester, Reino Unido, 1971) lleva varios d¨ªas instalado en un hotel madrile?o, pr¨®ximo al Teatro Real. As¨ª que ya sabe que el loro que habita en el jard¨ªn cubierto del hotel se llama Curro. Intenta mantener un di¨¢logo con la criatura: el animal lanza hirientes graznidos y Antony responde con melod¨ªas silbadas. Todav¨ªa no hay conexi¨®n, sospecho. Le asombra saber que Curro era un nombre frecuente entre flamencos o bandoleros, un diminutivo derivado de Francisco. Buena oportunidad para preguntarle su opini¨®n sobre el Papa. Habla de su "preocupaci¨®n social" antes de escaparse por la tangente: "Realmente, no tengo suficiente informaci¨®n sobre ¨¦l". Confiesa que, pese a su sociabilidad, le cuesta ponerse en modo de entrevistado: "Cuando estoy de promoci¨®n puedo estar hasta brillante, pero en la vida diaria soy demasiado t¨ªmido".

Desconf¨ªa, adem¨¢s, de los periodistas: "Mi diario favorito es The Guardian, aunque hace poco tuve una bronca con uno de sus reporteros. Ya conozco el modelo. Pueden mostrarse respetuosos, puede que incluso que el periodista sea gay, pero al final se les escapa: como transexual, te consideran una especie de monstruo. Al final, necesitan soltar alguna frase t¨®xica sobre mi anatom¨ªa".

Le aseguro que estoy m¨¢s que interesado por lo que pueda compartir sobre su visi¨®n femenina del mundo, especialmente su participaci¨®n en un colectivo neoyorquino llamado Future Feminist Foundation. ?Tienen alg¨²n tipo de manifiesto?, pregunto inocentemente. Me ri?e: en ingl¨¦s, asegura,?manifesto es una palabra machista, ya que usa el prefijo man (hombre). Le intento explicar que eso no tiene sentido en espa?ol. Y tampoco en ingl¨¦s, imagino, dado que la etimolog¨ªa de la palabra nos lleva al lat¨ªn?manus, es decir, ¡°mano¡±.

En el universo de Antony, el lenguaje es un campo lleno de minas que hay que detectar. Una vez desactivadas, procede a hablar con mayor tranquilidad: "Estamos viendo el resultado de tantos siglos viviendo bajo diversos monote¨ªsmos patriarcales: cada d¨ªa nos acercamos m¨¢s a una hecatombe ecol¨®gica, si no hay antes una guerra at¨®mica. Debemos girar hacia un paradigma m¨¢s femenino. M¨¢s estr¨®genos y menos testosterona, es mi lema. Necesitamos recuperar la sabidur¨ªa de las brujas, de las sacerdotisas de religiones anteriores al cristianismo: ellas sab¨ªan que la Tierra es una hembra. Los ciclos de las mareas son el equivalente a la menstruaci¨®n. Es la mujer quien est¨¢ ¨ªntimamente conectada con el universo, no el hombre".

Es la mujer qui¨¦n est¨¢ ¨ªntimamente conectada al universo, no el hombre

Y no saquen a relucir los casos obvios de Margaret Thatcher, Benazir Bhutto o Indira Ghandi: "Pod¨ªan ser anat¨®micamente mujeres, pero sus patrones de comportamiento eran masculinos. Eran agresivas, nada abiertas a expresar sensaciones". De repente, Antony decide parar: "No soy bueno teorizando. Leo pocos libros, aprendo m¨¢s de conversaciones con gente m¨¢s instruida que yo".

Hablemos, pues, de su oficio. Hace diez a?os, Antony sali¨® del underground gracias al apoyo decidido de artistas establecidos como Lou Reed y, a otra escala, Rufus Wainwright o CocoRosie. En los ¨²ltimos tiempos, sin embargo, se ha integrado perfectamente en el circuito de la alta cultura, lo que le permite actuar con orquestas sinf¨®nicas en teatros de ¨®pera. ?Se siente utilizado o se trata de un plan perfectamente meditado? Se toma su tiempo para responder. "Esencialmente, lo que yo hago es teatro. Despu¨¦s de haber conocido los peores camerinos del mundo, en el downtown de Manhattan, estoy feliz de llegar a sitios sagrados, como es el Teatro Real. En mi anterior estancia en Madrid, cuando hice Vida y muerte de Marina Abramovic, recib¨ª un trato exquisito. Hab¨ªa personas que se ocupaban de que mi peinado fuera perfecto, de que no hubiera ni una mota de polvo sobre mi ropa. No siento ning¨²n complejo de culpa por ocupar un lugar en este mundo".

Los trans somos perfectos, hombres enriquecidos por la femineidad

Lo considera como un reconocimiento de la nueva visibilidad de los transexuales. "Durante siglos, las mujeres estuvieron alejadas de los escenarios: eran hombres quienes interpretaban sus papeles. Los trans somos perfectos: podemos tener cuerpos de hombre, pero nuestra percepci¨®n est¨¢ enriquecida por una sensibilidad femenina". Vuelvo a insistir: ?y si se trata de una moda, de un capricho, de una concesi¨®n oportunista de los dirigentes de la cultura institucional? "Ya lo he pensado, pero en 2012 program¨¦ el festival Meltdown, en Londres. Y consegu¨ª que Marc Almond interpretara completo uno de sus discos menos reconocidos, Torment and toreros. Marc sufri¨® muchas indignidades con [el d¨²o que compon¨ªa con David Ball] Soft Cell, le censuraban en Top of the Pops y dem¨¢s programas de televisi¨®n, era demasiado mariquita. Ahora, sin embargo, est¨¢ reconocido como uno de los tesoros art¨ªsticos del Reino Unido. Estamos avanzando, no hay retroceso posible".