La sonrisa de Donald Rumsfeld
Canal + 1 estrena un documental que se acerca a la carrera de quien fuera Secretario de Defensa de Estados Unidos con Gerald Ford y con George W. Bush
¡°Hay certezas conocidas y certezas desconocidas. Luego hay cosas que no sabemos que no sabemos y cosas que no sabemos que sabemos. Es decir, cosas que cre¨ªas que sab¨ªas pero que luego result¨® que no pod¨ªas saber¡±. As¨ª comienza Certezas desconocidas, (Canal +, 0.45) el documental sobre Donald Rumsfeld firmado por Errol Morris y as¨ª fue como el exsecretario de Defensa de la Administraci¨®n Bush contest¨® en 2002 a un periodista que le preguntaba por las pruebas de que Sadam Hussein pose¨ªa armas de destrucci¨®n masiva.
Si Rumsfeld y, por extensi¨®n, George W. Bush, ten¨ªan esas pruebas, entonces la justificaci¨®n de la invasi¨®n de Irak pasar¨ªa de ser ¡°simplemente fe¡±, explic¨® el reportero, a ¡°algo m¨¢s¡±. El arte de la respuesta del entonces responsable del Pent¨¢gono sigue intacto doce a?os despu¨¦s, como demuestra ante las preguntas de Morris, el mismo director que ya retrat¨® a otro de los secretarios de Defensa m¨¢s controvertidos de la historia de EE UU, Robert McNamara, en Rumores de guerra (2003).
¡°La ausencia de pruebas no se convierte en prueba de esa ausencia¡±. La dial¨¦ctica de Rumsfeld pudo servir para retorcer cualquier argumento l¨®gico que intentaran blandir tras los atentados del 11 de Septiembre de 2001 cualquiera de los representantes del cuarto poder, pero en la actualidad, cuando el exsecretario juega con las reglas de la historia, intentando reescribir evidencias, su sentido queda en evidencia. ?Estar¨¢ Rumsfeld intentando convencerse a s¨ª mismo de que no pod¨ªa saber lo que sab¨ªa que no sab¨ªa?
¡°La ausencia de pruebas no se convierte en prueba de esa ausencia¡±
Para ¨¦l las respuesta es bien clara. En la tercera categor¨ªa de supuestos, la de las cosas que no sabes que no sabes, ¡°solo puedes llegar a saberlo a trav¨¦s de la imaginaci¨®n¡±. Razonamiento que sirve para explicar, por ejemplo, c¨®mo a pesar de contar con el servicio de inteligencia m¨¢s poderoso del mundo, EE UU no pudo prevenir el ataque a Pearl Harbor: ¡°Fue un error de la imaginaci¨®n porque nunca nos imaginamos que alguien podr¨ªa llegar a hacerlo¡±. Hay periodistas que prefieren perfilar a sus personajes con preguntas inquisitivas. Las de Morris son simples. Rumsfeld se retrata mejor solo.
En enero de 2001, durante la audiencia de confirmaci¨®n de su cargo ante el Senado, asegur¨® que, como ¨¦l, nadie querr¨ªa volver a comparecer en esa sala para explicar los errores de la CIA, ¡°lo que alguien no hab¨ªa hecho, d¨®nde, cu¨¢ndo y por qu¨¦¡±. Fallos de la imaginaci¨®n o no, ocho meses despu¨¦s dos aviones se estrellaban contra las Torres Gemelas en el peor atentado de la historia de EE UU en su propio territorio. ?Explicaci¨®n? La Administraci¨®n y los servicios de inteligencia hab¨ªan estudiado toda la informaci¨®n de la que dispon¨ªan, pero estaban, seg¨²n Rumsfeld, persiguiendo ¡°al cebo equivocado¡±.
¡°Todo parece incre¨ªble cuando miras atr¨¢s¡±, asegura ante la c¨¢mara, sin perder la sonrisa. No le falt¨® ante la prensa, cuando les daba lecciones de realismo tras leer titulares sobre bombardeos en Irak cuando ¨¦l solo ve¨ªa a un pueblo ¡°liberado¡±. Era 2003 y EE UU preparaba la captura de Hussein en Bagdad. Aquella operaci¨®n se hab¨ªa puesto en marca menos de un mes despu¨¦s del 11-S.
?Una operaci¨®n para derrocar a Sadam? ¡°No asesinamos a l¨ªderes extranjeros¡±
Rumsfeld lee para Morris un mensaje destinado entonces a la secretaria de Estado, Condoleeza Rice, y con el t¨ªtulo ¡°pensamientos estrat¨¦gicos¡±. ¡°Los Estados que acojan a terroristas deben saber que est¨¢n condenados si atacan a EE UU. Crear nuevos reg¨ªmenes en Afganist¨¢n y en uno o dos estados que apoyan al terrorismo. Siria fuera de L¨ªbano. Eliminaci¨®n de armas de destrucci¨®n masiva. Si la guerra no cambian significativamente el mapa pol¨ªtico, EE UU no conseguir¨¢ su objetivo¡±.
En pocas semanas el Ej¨¦rcito estadounidense hab¨ªa ocupado Kabul y Osama Bin Laden hab¨ªa huido a Pakist¨¢n. Morris recuerda que los norteamericanos empezaron a relacionar a Sadam con Al Qaeda. ¡°Yo no creo que eso ocurriera eso¡±, contesta Rumsfeld. Pero si uno de los objetivos de EE UU era acabar con Sadam ?por qu¨¦ no lanzar una operaci¨®n para derrocarle? ¡°Nosotros no asesinamos a l¨ªderes extranjeros¡±.
Rumsfeld, art¨ªfice de las primera guerra del siglo XXI, en Afganist¨¢n, y de la de Irak, donde m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s el pa¨ªs sigue desangr¨¢ndose entre divisiones sectarias sin que EE UU pueda aportar una respuesta, es capaz de asegurar en la misma frase que ¡°creer en la inevitabilidad de un conflicto puede convertirse en una de sus principales causas¡±, que ¡°si deseas la paz, prep¨¢rate para la guerra¡± y que ¡°hubiera sido maravilloso¡± que Hussein muriera en uno de los primeros bombardeos de los que fue objetivo.
Robert S. McNamara protagoniz¨® Rumores de guerra (filme con el que Morris gan¨® en 2003 el Oscar al mejor documental) como el responsable del conflicto en Vietnam, aunque llegar¨ªa a pedir disculpas. Rumsfeld todav¨ªa parece lejos de ese momento. Su justificaci¨®n de las torturas empieza por una lista de m¨¦todos de interrogatorio que aprob¨® para su uso individual, no combinado con otros -eso fue prohibido en un informe posterior, asegura- aunque en el margen cuestionara por qu¨¦ hab¨ªa un l¨ªmite de cuatro horas al que someterles, cuando ¨¦l pasaba m¨¢s de ocho todos los d¨ªas sin sentarse.
Rumsfeld, veterano de Vietnam, form¨® parte de la Administraci¨®n Nixon, que abandon¨® justo antes de que estallara el caso Watergate. De las grabaciones a las que someti¨® Nixon todos sus movimientos en la Casa Blanca razona que el ¨²nico mandatario que ha dimitido en la historia del pa¨ªs, hace ahora cuatro d¨¦cadas, ¡°sab¨ªa que era un personaje hist¨®rico¡± y confiaba en que cuando la historia hiciera su balance, ¡°le pondr¨ªa en su lugar¡±. No sabemos si habla de Nixon, de Bush o de s¨ª mismo. Antes de volver a sonre¨ªr, Rumsfeld mira a la c¨¢mara: ¡°Todas las generalizaciones son falsas. Incluida ¨¦sta.¡±
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