¡®Vuelo congelado¡¯, de Simona Rota
Los nuevos talentos de la fotograf¨ªa espa?ola eligen las obras que mejor les representan
El dicho reza: ¡°Una imagen vale m¨¢s que mil palabras¡±. Lo contrario, que pocas letras valgan lo que mil im¨¢genes, es m¨¢s extra?o. A Simona Rota (Macin, 1979) le pas¨® con Ostalgia: ¡°Es una palabra que naci¨® en los noventa. La inventaron los alemanes de la RDA [el lado sovi¨¦tico del pa¨ªs despu¨¦s de la II?Guerra Mundial] para reflejar su a?oranza por la vida y los objetos de entonces¡±. Tanto los m¨¢s espectaculares, las arquitecturas megal¨®manas de estilo uniforme e industrial, como los m¨¢s mundanos: ¡°Como los botes de pepinillos en vinagre¡±, recuerda entre risas Rota.
La idea, en forma impresa y editada por Fabulario, le ha valido el premio PHotoEspa?a al mejor libro de fotograf¨ªa nacional del a?o en este 2014. Pero antes de cosechar los laureles, Rota tuvo que hacer las maletas. Muchas veces. La artista visit¨® m¨¢s de una vez las rep¨²blicas sovi¨¦ticas de entonces: Georgia, Armenia, Kazajist¨¢n, Azerbaiy¨¢n... Y por supuesto su Ruman¨ªa natal, de la que guarda sus recuerdos: ¡°Para los ni?os era una vida m¨¢s divertida de lo que puede pensarse. Buena educaci¨®n, campamentos, actividades extraescolares gratis, que ahora a ver qui¨¦n se las paga... Por supuesto, te adoctrinaban todo el tiempo, pero en la infancia, si est¨¢s protegido, todo parece fascinante y bonito. Mis padres, claro, recuerdan el miedo y la represi¨®n¡±.
Para pescar en las aguas de la memoria, Rota reconoce que no fue el colmo de la planificaci¨®n. De hecho, la imagen que ha elegido para La foto de mi vida es una an¨¦cdota en s¨ª misma. Y la cuenta a duras penas entre carcajadas. Escenario: Almat?, la ciudad m¨¢s poblada de Kazajist¨¢n, que pasa de largo del mill¨®n de habitantes. ¡°Era noviembre y hab¨ªa una cantidad enorme de nieve. No ten¨ªa equipo para fotografiar as¨ª. ?Se me quemaban todas las fotos! ?Si es que no ten¨ªa ni botas! Tuve que pedir unas prestadas por ah¨ª para no hundirme en la nieve¡±.
Pero la caza, a¨²n con la escopeta de feria y la p¨®lvora medio mojada, tuvo ¨¦xito. La estructura que Rota retrata en esta imagen es un mirador de un estadio de invierno. Resume todo lo que la artista buscaba para su trabajo: edificios magnificentes, que ¡°empeque?ecen¡± a quien los ve. Pero te?idos por un velo de decadencia. En este caso, velo de copos blancos: ¡°Es como un p¨¢jaro enorme. Es un s¨ªmbolo t¨ªpico de entonces, porque en la ideolog¨ªa socialista cl¨¢sica se busca siempre la idea de progreso, de futuro, del nuevo hombre. El ave encarna eso. Sobrevuela el mundo¡±.
Tras dos a?os viajando en busca de sus ostalgias (2009 y 2010), en los que tir¨® m¨¢s de 800 fotos, y otros dos a?os para moldear Ostalgia como libro, Rota tiene ahora otra bella palabra de la que ocuparse: Nadia. ¡°Que viene del nombre ruso Nadista, esperanza. Es mi ni?a y surgi¨® durante el libro, dentro del caos. As¨ª que ahora soy una madre primeriza¡±. Pero es un papel que la hace muy feliz. M¨¢s a¨²n que buscarse p¨¢jaros de acero y cemento bajo la nieve sin llevar las botas puestas.
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