Frondosa tierra de toros y chocolate
Un nuevo documental retrata la pasi¨®n del autor de 'Manhattan Transfer' por la Espa?a rural
Cuando mi abuelo, el escritor americano John Dos Passos, visit¨® Espa?a por primera vez en 1916, se enamor¨® del pa¨ªs, especialmente de los pueblos al abrigo del chaparral, protegido de la gran corrupci¨®n europea por el alto muro que forman los Pirineos. "Los pueblos son el coraz¨®n de Espa?a", escribi¨®. Y hoy en d¨ªa en ellos se sigue favoreciendo al extranjero de coraz¨®n abierto.
El primer viaje a Espa?a de mi abuelo se arregl¨® como un compromiso entre ¨¦l y su padre. Aquel incansable muchacho de veinte a?os quer¨ªa ver la Gran Guerra, pero su padre no se lo permit¨ªa. En su lugar, el padre vio al hijo marchar a Espa?a, un pa¨ªs neutral donde el joven Dos Passos podr¨ªa conocer la tradici¨®n art¨ªstica de dicha naci¨®n.
"Protestar contra la marcha de Jack hubiese sido como retener a un le¨®n furioso que quisiera lanzarse contra su presa. ?Es su destino!", escribi¨® el padre, John Randolph Dos Passos. "Un joven noble de car¨¢cter mucho m¨¢s formado ¡ªun acad¨¦mico m¨¢s refinado¡ª no habr¨ªa seguido adelante¡ Si sobrevive, ganar¨¢ mucho m¨¢s dinero y se har¨¢ mucho m¨¢s famoso".
El joven hombre alcanz¨® la adolescencia con una sensibilidad intelectual europea gracias a la influencia de su padre, pero Espa?a segu¨ªa siendo un fest¨ªn extranjero. Dos Passos busc¨® sus exquisiteces r¨¢pidamente, empezando por Madrid. "Yo quer¨ªa ver la guerra, remar en r¨ªos sin descubrir, escalar monta?as inexploradas", reflexion¨® siendo ya un anciano.
Desde luego, encontr¨® monta?as que escalar. Hizo senderismo por la sierra de Guadarrama y los Siete Picos. "Tras ellos", escribi¨® de Guadarrama, "el sol se pone con una gloria entumecedora. Nunca antes hab¨ªa visto tales puestas de sol; te remueven el alma de la misma manera que un cocinero remueve una olla de caldo, pero lo hace con una cuchara de oro". Chocolate, pan y naranjas constitu¨ªan el aperitivo t¨ªpico a tales altitudes.
Estudi¨® lengua espa?ola y literatura en el Centro de Estudios Hist¨®ricos de Madrid. Ley¨® a P¨ªo Baroja: Mala hierba, La busca, Aurora Roja. Conoci¨® a miembros de la generaci¨®n literaria de 1898, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y Valle-Incl¨¢n incluidos.
Mi abuelo ya era un buscador de buena comida en los d¨ªas anteriores a la televisi¨®n, por no hablar de la Food Network. "No pod¨ªa dejar de pensar en comida", escribi¨®. "El afilado aire invernal me daba un apetito perpetuo. Escrib¨ª a casa contando que las comidas se suced¨ªan las unas a las otras; los espa?oles se pasaban el tiempo comiendo, a excepci¨®n de aquellos que se estaban muriendo de hambre".
Dada su predilecci¨®n por el chocolate, es probable que John Dos Passos visitase la famosa chocolater¨ªa de San Gin¨¦s en Madrid. Dos Passos escribi¨® que el t¨ªpico plato de chocolate "se sirve con un curioso hojaldre dulce y blanquecino y un panecillo por la ma?ana; y yo, adem¨¢s, lo devoro por la tarde en los caf¨¦s, cuando se pueden ver encantadores asnos y mulas con alforjas o carretillas de dos ruedas".
Por encima de todo encontr¨® cordialidad, arte e inspiraci¨®n en la Espa?a rural. "El campo de Castilla", escribi¨®, "es marr¨®n y por ¨¦l circulan arroyos, y los terrenos est¨¢n regados como en California, solo que la parte marr¨®n de las colinas es un p¨¢lido manto en lugar de la rica tierra ocre de las laderas californianas". Visit¨® m¨²ltiples pueblos y ciudades como Aranjuez, Cartagena, Tarragona, Alc¨¢zar de San Juan, Alicante, Oliva y Denia.
Pase¨® por El Pardo, una peque?a localidad al norte de Madrid. Disfrutaba mucho de largas caminatas. Almorz¨® "en la plaza del pueblo bajo amarillos ¨¢lamos oto?ales, cuyas hojas cruj¨ªan al caer bajo del perfecto resplandor del sol durante la quietud del atardecer".
Es probable que el mejor amigo que hizo durante su primer viaje fuese Jos¨¦ (Pepe) Robles, un estudiante universitario en Madrid. ¡°Se trataba de un momento en la vida¡±, escribi¨® Dos Passos, ¡°en que un hombre hace amigos. En el vag¨®n de tercera clase volviendo de Toledo, un d¨ªa me encontr¨¦ hablando con un estudiante de la universidad que quer¨ªa mejorar su ingl¨¦s. Nos entendimos tan bien que conservamos nuestra amistad hasta que muri¨®. La lengua de Pepe Robles era m¨¢s afilada que la de mis conocidos liberales y educacionistas. Su forma de hablar era m¨¢s bien como la escritura mordaz de P¨ªo Baroja¡±.
¡°Estoy loco por Espa?a¡±, conclu¨ªa, ¡°la maravillosa afabilidad de la vida, la dignidad, las etapas espaciadas¡±. La muerte de su padre el 27 de enero de 1917 lo llev¨® de vuelta a Estados Unidos, dando fin a su primera estancia en la frondosa tierra de toros y chocolate.
Actualmente, los pueblos de Espa?a ofrecen los mismos tesoros que disfrut¨® mi abuelo ¡ªla misma musa que apel¨® a Antonio Machado, P¨ªo Baroja y Blasco Ib¨¢?ez¡ª. Las tertulias, pasatiempo literario nacional que tiene lugar en los caf¨¦s, probablemente sean menos frecuentes, pero cuando florecen siguen siendo inspiradoras.
El documental ¡®Duelo al sol¡¯ narrar¨¢ la b¨²squeda de respuestas del escritor a la muerte de su amigo y traductor Jos¨¦ Robles
Pensemos en Fuentidue?a de Tajo, a 65 kil¨®metros al sureste de Madrid, un pueblo que John Dos Passos conoci¨® bien cuando trabaj¨® con Ernest Hemingway en el documental Tierra de Espa?a (1937). La actual alcaldesa, Aurora Rodr¨ªguez Cabezas, posee una sonrisa amigable para todos los visitantes y su coraz¨®n est¨¢ con el electorado. Entr¨® en pol¨ªtica para luchar contra la contaminaci¨®n y ha logrado dejar huella. ¡°Fuentidue?a es para los visitantes¡±, se puede leer en la p¨¢gina web del pueblo, ¡°para encontrar un lugar de descanso y coexistencia con la naturaleza, con nuestras praderas y caminos de la Ca?ada Real Soriana, una tradici¨®n que nos da la historia conectada con nuestros alrededores¡±.
El r¨ªo Tajo ¡ªconocido por los anglohablantes como Tagus¡ª es un oasis para el pueblo de la alcaldesa Rodr¨ªguez. Irriga los campos de los alrededores y es verde como una alcachofa cruda, y fluye vigorosamente a trav¨¦s del n¨²cleo de Espa?a.
Una brisa fresca arrastra a lo largo del r¨ªo un ligero olor a salvia. Un camino de grava atraviesa colinas y barrancos pasando por una granja vigilada por un robusto perro negro. Junto a la granja, un solo cerezo. Sus bayas parecen ambros¨ªa cuando el sol est¨¢ en su c¨¦nit.
Un nuevo documental espa?ol mostrar¨¢ Fuentidue?a de Tajo y el papel que desempe?¨® en la Guerra Civil espa?ola. Duelo al sol, un filme de Time Zone Productions, se ver¨¢ en la televisi¨®n espa?ola en oto?o. Describe la b¨²squeda de John Dos Passos de respuestas a la muerte de su amigo Jos¨¦ Robles, traductor republicano durante la Guerra Civil que ser¨ªa encarcelado bajo sospecha de traici¨®n.
John Dos Passos estaba convencido de que Franco nunca podr¨ªa dirigir de verdad los pueblos de Espa?a. ¡°Este intenso individualismo¡±, escribi¨® el escritor, ¡°nacido de una historia que sienta sus bases en peque?as comunidades aisladas ¡ªpueblos, que es como se llaman en espa?ol¡ª sobre cuyo rostro inalterable, como la hierba de los campos, los acontecimientos florecen y maduran y mueren, es el hecho b¨¢sico de la vida en Espa?a. Ninguna revoluci¨®n ha sido lo suficientemente fuerte para hacerlo flaquear¡±.
Si llegase a instaurarse una tercera rep¨²blica en Espa?a, tal vez se iniciase en los pueblos.
El documental Duelo al sol, dirigido por Sonia Tercero Ramiro y producido por Televisi¨®n Espa?ola, se estrenar¨¢ en la peque?a pantalla en oto?o.
Traducci¨®n de ?lvaro Dom¨ªnguez
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